miércoles, 21 de septiembre de 2016

Guerra India-Pakistán: la doctrina Cold Start y la Paradoja de la Inestabilidad/Inestabilidad.


Hace tres días, el domingo 18 de septiembre, militantes entrenados y promovidos por Pakistán hicieron un ataque contra un cuartel del ejército indio en Kachemira, matando a 17 militares e hiriendo a 35. En Pakistán la prensa está avisando que como consecuencia, podría estallar una guerra con India. ¿Cómo es posible que un ataque tan pequeño despierte los temores a una guerra?

La Doctrina Cold Start.

Un ataque de tales características, por sí mismo, no suele una causa que desate una guerra entre países, por lo que puede dar la impresión que esto podría limitarse a una de las simples y numerosas escaramuzas fronterizas entre Pakistán e India. No obstante, hay algo que SÍ podría hacer este ataque diferente y desatar una guerrita directa entre esas dos potencias nucleares. Ese algo se llama "Cold Start", que consiste en una doctrina militar sumamente ofensiva adoptada por India hace unos años. Aunque tal doctrina no se ha adoptado formalmente, en los canales diplomáticos, académicos de seguridad internacional y militares, se da por supuesta su existencia y que ha sido adoptada. El embajador americano en Nueva Delhi hablaba de Cold Start en los cables filtrados, también se escriben muchos artículos académicos sobre esa doctrina, y los militares de India y Pakistán hacen maniobras para implementar o contrarrestar Cold Start.

La Cold Start es una doctrina militar de ataque preventivo y represalia (en first strike) con la que India planea responder a Pakistán, invadiendo parte de su territorio, cada vez que sufra una agresión indirecta pakistaní (básicamente terrorismo, insurgencias, etc). Los militares indios decidieron que no querían otra guerra del Kargil contra Pakistán, un modelo de guerra limitada típica entre potencias dotadas de armamento nuclear, en las que dirimen sus diferencias por medios bélicos pero sujetos a muchas restricciones (nota: guerra limitada NO es sinónimo de guerra pequeña).

Una guerra limitada fue lo mismo que sufrieron los EEUU en Corea o Vietnam, donde por temor a escalar a una guerra con pocas limitaciones que llevara a la destrucción nuclear, los americanos aceptaron luchar guerras bajo los términos "limitados" que le imponían y que la dejaban en desventaja. En dichas guerritas, aunque pueden llegar a ser de magnitud considerable en cuanto a las cantidades de hombres y material empleado, no se busca un acto bélico decisivo, sino que adopta la forma de una suerte de guerra de desgaste, con operaciones muy violentas pero que no terminan de ganar ni decidir la guerra. Los EEUU no quisieron o no supieron escalar en Vietnam, quedando condenados a jugar bajo esas reglas que terminaron por desangrarlos. Sin embargo, en Corea, después de varios años de estancamiento, Einsenhower amenazó con escalar la enquistada y embarrada guerra usando armas nucleares para terminarla, teniendo un éxito sobresaliente y consiguiendo el final de la misma. Tal éxito con la amenaza de escalada y represalia masiva, llevó en los EEUU a la política del New Look, bajo la cual no aceptaban una guerra convencional y sangrante con la Unión Soviética, sino que escalarían a una gran guerra nuclear de aniquilación.

La Cold Start sigue una lógica similar de escalada, pero sin recurrir a las armas nucleares. Surgió como una respuesta a los fallos de la "Doctrina Sundarji", que era la doctrina que anteriormente guiaba la política militar y de defensa de India para enfrentarse a Pakistán. La Sundarji mantenía cuerpos de infantería en disposición defensiva junto a la frontera con Pakistán, dejando los cuerpos mecanizados en el centro del país. Una vez se iniciara la agresión pakistaní, los cuerpos de infantería en la frontera pararían el golpe, mientras los cuerpos mecanizados harían el contraataque adentrándose en territorio de Pakistán. La Sundarji mostró sus fallos y limitaciones cuando el ataque al parlamento indio de 2001, ejecutado por terroristas entrenados por Pakistán. Con la Sundarji no se podía responder adecuadamente a una escalada de tensión porque llevaría demasiado tiempo movilizar a las fuerzas mecanizadas y acorazadas hasta la frontera, lo que daría tiempo a Pakistán de contramovilizar y contrarrestar la efectividad de cualquier ataque indio. Con la Sundarji, la India se condenaba así misma a padecer ataques limitados sin poder hacer una escalada (como amenaza hipotética o como acción real para materializar la amenaza) con la que anular las agresiones indirectas pakistaníes.

Con la Cold Start, la India puede movilizar una gran cantidad de tropas mecanizadas en pocos días y prepararse para una invasión limitada de Pakistán, y hacer del territorio tomado una moneda de cambio y palanca negociadora. Con la Cold Start no estamos hablando ni de ataques nucleares preventivos contra Pakistán, ni que la India vaya a invadir todo el territorio pakistaní. De lo que trata esta doctrina india es de hacer una guerra convencional limitada contra Pakistán para aplastar agresiones indirectas que son mucho más complicadas de combatir a nivel inferior. La amenaza o materialización de un gran castigo, bajaría los humos a los decisores pakistaníes de seguir apoyando el terrorismo y las insurgencias.

Paradojas de la Estabilidad/Inestabilidad y de la Inestabilidad/Inestabilidad.

La paradoja de estabilidad/inestabilidad, hace referencia (por Glenn Snyder y Liddell Hart) que la introducción del arma nuclear en un conflicto, hace que los enfrentamientos directos entre las potencias implicadas sean evitados para no provocar una escalada que llevase a una guerra nuclear. Como contrapartida, la competición y el conflicto se hace en niveles inferiores y periféricos al de un enfrentamiento directo y convencional entre las potencias, enfrentamientos indirectos que serán más violentos y agresivos que antes de la introducción del arma nuclear. Fue un fenómeno que se vio claramente durante la Guerra Fría y también cuando la India y Pakistán libraron la guerrita del Kargil, o cuando Pakistán promovió un ataque contra el parlamento indio.

(Comparación de Kapur entre la Guerra Fría y Pakistán vs. India)

Pero, contrariamente a la predicción de esa paradoja, surgen hechos que corroboran la hipótesis alternativa de la paradoja de la inestabilidad/inestabilidad. Dicha paradoja (descrita por Paul Kapur) dice que el arma nuclear puede aumentar tanto la inestabilidad en el nivel inferior como en el superior. De hecho, la introducción de la doctrina Cold Start (guerra mecanizada directa e invasión de Pakistán) no induce a que las armas nucleares lleven a una la estabilidad en el nivel superior y la inestabilidad en el nivel inferior, sino que lleva tanto a una elevación de la inestabilidad en el nivel superior como en el inferior. La manera que los indios encontraron para hacer frente a la inestabilidad en el nivel inferior del conflicto no fue luchando dentro de ese nivel, sino que siguió la lógica de Einsenhower para lidiar con la guerra de Corea y la amenaza soviética a Europa Occidental.

Los indios han diseñado Cold Start para escalar el conflicto cuando Pakistán crea, erróneamente, que puede hacer agresiones indirectas sin temor a sufrir represalias de manera directa (como la muerte de los 17 militares hace tres días), por estimar que los indios están aterrados que eso conduzca a una guerra nuclear. Los indios, con esta doctrina, están diciendo abiertamente que no aceptarán esas reglas del juego de agresiones indirectas y guerritas limitadas al estilo del Kargil, sino que no dudarán en invadir parte de Pakistán directamente con grandes fuerzas convencionales. Es como si los EEUU en Vietnam, ante la continua infiltración de tropas del norte, hubieran invadido Vietnam del Norte en lugar de aceptar desangrarse en el sur en una guerra muy difícil de ganar.

La paradoja de la inestabilidad/inestabilidad indica que precisamente por causa del terror nuclear, bajo ciertas condiciones, induce a que la guerra directa convencional sea más probable porque considera que nadie escalará al nivel de una guerra total, ya que puede llevar a la destrucción nuclear. Una guerra convencional directa y relativamente limitada, debido a su coste reducido comparado al de una guerra convencional total, es más probable porque existiría la certidumbre que no se llegaría a una gran guerra total de mucho más coste económico, por temor que ello desencadene la destrucción mutua.

La simple existencia práctica de esa doctrina india, y las numerosas maniobras militares que se han ido haciendo estos años para perfeccionar su implementación, es un argumento a favor de la tesis de Kapur. Pero la cuestión ahora, y cada vez que haya un ataque como el de hace tres días, es si además del campo de las amenazas y las maniobras (que ya forma parte de la realidad y no de la teoría), la inestabilidad en el nivel estratégico que describiera Kapur cobra forma en una guerra convencional directa y limitada entre India y Pakistán.

No obstante, en la India la toma decisiones sobre política exterior y los asuntos sobre la guerra y la paz no está casi influida por los militares (al contrario que en EEUU, donde el Pentágono y la Junta de Jefes tiene una gran influencia), por lo que la respuesta de Modi no tiene que ir necesariamente en consonancia con la cultura estratégica y de defensa presente entre los militares.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Corea del Sur quiere "nuclear sharing" con las armas nucleares tácticas de EEUU.


El gobierno de Corea de Sur quiere que EEUU despliegue armas nucleares tácticas en suelo surcoreano y que sea en régimen de compartición nuclear (nuclear sharing) y doble llave.

Todavía no han hecho la petición abiertamente pero en canales intergubernamentales con los EEUU se está barajando la idea. Corea del Sur sigue teniendo garantías nucleares por parte de los americanos, aunque estos retiraran el armamento táctico nuclear en 1991 del suelo de ese país. Esta postura que sostiene Seul de abogar por el nuclear sharing, está motivada al torear Corea del Norte a toda la comunidad internacional (más bien la comunidad internacional se autoengañó) violando la Declaración Conjunta de Corea del Sur y del Norte para la Desnuclearización de la Península Coreana. En contra de lo estipulado en esa declaración, los norcoreanos han terminado por construir y probar sus propias armas nucleares, armas que siguen perfeccionando y probando en estos momentos. Como respuesta al armamento nuclear de Corea del Norte, los surcoreanos y americanos establecieron un Comité de Política de Disuasión Extendida, similar al Grupo de Planeamiento Nuclear de la OTAN. No obstante, en suelo Europeo sigue habiendo armamento nuclear táctico y que está en nuclear sharing, algo que en Corea del Sur no sucede en estos momentos, lo que es un agravio comparativo para los surcoreanos.

Con el nuclear sharing y la doble llave, los surcoreanos podrían lanzar ataques nucleares contra Corea del Norte con el armamento nuclear americano, siempre que tuvieran la aprobación de las autoridades norteamericanas (compartición nuclear) y de los empleados públicos americanos que custodian el lanzamiento (doble llave). Es decir, aunque la última palabra la tuvieran los EEUU, los surcoreanos entrarían plenamente en el núcleo del ciclo de la toma de decisiones en el devenir de una guerra nuclear, limitada o no, contra el régimen comunista del norte. Recordar que los surcoreanos ya están presentes en la parte más periférica del ciclo de decisión, al establecerse el Comité de Política de Disuasión Extendida hace unos años, que planea sobre los blancos a atacar, doctrina de empleo, etc.

Aunque los americanos actualmente tienen la obligación de defender con armas nucleares a Corea del Sur llegado el caso extremo que lo justificase, casi la mitad de los surcoreanos creen que los EEUU no cumplirían lo pactado. La opinión pública surcoreana es consciente del famoso fenómeno de "decoupling" (desacoplamiento), que en la guerra fría decía que a la hora de la verdad, los EEUU no sacrificarían Chicago o Nueva York para salvar Hamburgo o Londres. Por ese motivo, una mayoría de surcoreanos quieren tener armas nucleares o que los EEUU vuelvan a desplegarlas (como era el caso hasta 1991).

Sumario de argumentos a favor y en contra.

Que ese redespliegue nuclear táctico se haga en nuclear sharing 1) reforzaría, piensan los más halcones en surcorea, la estrategia de "disuasión activa" que están implementando desde hace pocos años, rebautizada hace unos días como de "castigo y represalia masiva". 2) También evitaría la proliferación nuclear, ya que los surcoreanos no tendrían que preocuparse de conseguir sus propias armas nucleares. 3) Las armas nucleares tácticas americanas en surcorea también podrían usarse como palanca negociadora con los norcoreanos, planteándola como moneda de cambio de ellos abandonar sus armas nucleares y los americanos entonces volverían a retirar sus armas nucleares tácticas. 4) El redespliegue también sería una medida sumamente valiosa para dar credibilidad a la disuasión nuclear (extendida) que los EEUU tiene con Corea del Sur. Como toda disuasión se conforma de la triada capacidad, voluntad y percepción, el redespliegue evidenciaría la voluntad americana de defensa nuclear, y sería una señal que la percepción norcoreana no podría malinterpretar de que los americanos no estarían decididos a defender a los surcoreanos mediante guerra nuclear.

En el lado de los que se oponen a dicha medida de redesplegar armas nucleares tácticas americanas, argumentan que ello 1) provocaría una escalada de tensión con China y Rusia; 2) que las armas tácticas en surcorea podrían provocar un ataque preventivo contrafuerza de rusos y chinos, debido a que dicho armamento podría servir para hacer ataques contrafuerza a los activos nucleares chinos y rusos; 3) que las mismas funciones del armamento nuclear táctico podría hacerse mediante armamento nuclear estratégico empleado tácticamente (por lo que no hay necesidad que EEUU redespliegue armas tácticas), ya que los misiles de crucero desde bombarderos estratégicos, los ICBM y SLBM pueden atacar blancos de forma muy precisa; 4) que EEUU redespliegue armas nucleares tácticas va contra el espíritu de la política nuclear americana de la actual administración, enunciadas en el Discurso de Praga del presidente Obama y en el OPLAN 8010, que lo que busca es marginalizar el armamento nuclear de su estrategia de disuasión, ya que el armamento nuclear táctico reduce en vez de elevar el umbral nuclear.

domingo, 11 de septiembre de 2016

¿Nueva Guerra Fría o Paz Caliente?


La tensión internacional entre las grandes potencias está desde hace unos años de actualidad otra vez, después del letargo estratégico del "momento unipolar" de los poco más de 15 años que siguieron al final de la Guerra Fría. La cuestión ahora es si este renacer de la tensión y competición entre las grandes potencias (Rusia, EEUU, China, etc) puede catalogarse o no de Nueva Guerra Fría.

Definiendo qué es una guerra fría.

John Gaddis hizo la definición canónica de lo que fue la Guerra Fría (La Paz Larga) y que usaré como hilo conductor en la comparación entre ambos periodos.

La Guerra Fría fue un conflicto 1) bipolar, entre dos superpotencias, 2) que conformaban dos campos ideológicamente antagónicos y hostiles, 3) en el que la política exterior era regida por la política de bloques, 4) y  la amenaza de guerra nuclear garantizaba en última instancia la estabilidad. Como consecuencia de lo anterior, 5) el conflicto quedaba congelado en vez de ser caliente y dinámico (no había cambios de alianzas entre las potencias, invasiones entre los países de los bloques, etc). No obstente, 6) la competición bajo ciertas reglas estaba permitida: I) las esferas de influencia en los bloques eran intocables; II) como no podían atacarse directamente entre sí las superpotencias, tenían que recurrir a proxies o países subsidiarios para competir y agredirse de manera subsidiaria e indierecta fuera del espacio de los bloques; III) la guerra nuclear era el último recurso, por lo que antes de recurrir a "la bomba" tenían que agotarse todas las opciones de guerra convencional y estar amenazado un interés vital y existencial.

Hay que resaltar que todo este entramado de condiciones estaban destinadas a que el conflicto entre las dos superpotencias no se resolviera, dejando el conflicto en una situación fría o congelada para evitar una tercera guerra mundial. No era una situación de bipolaridad en el que dos grandes potencias no tenían motivos de conflicto ni hostilidad entre sí, sino que era un conflicto bipolar que NO podía solucionarse debido a la alta hostilidad y odio ideológico entre ambos bloques, pero que, no obstante, pudo mantenerse congelado o contenido por el temor a los elevados costes de una guerra directa, teniéndose que recurrir a la competición indirecta.

Pero la Guerra Fría (periodo histórico concreto) no es el concepto de guerra fría en general. Inspirándome en Gaddis, defino que toda guerra fría reúne las siguientes características: 1) es un conflicto 2) con animadversión altamente hostil (ideología política, religión, nacionalismo, etc) 3) que se mantiene contenido o congelado indefinidamente 4) por el temor palarizante al alto coste de una guerra directa entre los principales contendientes, 5) recurriéndose a la competición y agresión indirecta a través de intermediarios (proxies).

Nótese que en la definición NO he hecho referencia a la bipolaridad, las armas nucleares, etc, por lo que puede haber guerras frías multipolares, sin terror nuclear, sin política de bloques (aunque sí con un alto grado de polarización en los sistemas de alianzas, como en el periodo de Paz Armada previo a la Primera Guerra Mundial), etc.

La Guerra Fría histórica, la que tuvo lugar entre los EEUU y la Unión Soviética, sería una variación concreta de esa definición general y que Gaddis canonizó de manera magistral. La Guerra Fría histórica, además de las características generales de mi definición tendría las detalladas por Gaddis en su famoso artículo de "La paz larga": arsenales nucleares, bipolaridad, tensión y hostilidad ideológica (no era, por ejemplo, una hostilidad religiosa), etc.

¿Es la Nueva Guerra Fría una guerra fría?

Dando por hecho que la Nueva Guerra Fría y la Guerra Fría son diferentes entre sí, pero al mismo tiempo ambos conceptos están haciendo referencia a que son una guerra fría, la pregunta es si la situación actual de Nueva Guerra Fría es realmente una (nueva) guerra fría.

1) Conflictividad.

Evidentemente, en la actualidad vuelve a haber un conflicto de los EEUU y la OTAN contra Rusia en Europa. Da igual que el entorno internacional actual no sea de bipolaridad ni de unipolaridad, sino que sea un sistema internacional apunto de entrar en la multipolaridad, ya que como definí antes la polaridad no es relevante para dilucidar si estamos en una guerra fría en estos momentos. Por consiguiente, este requisito sí lo cumple la Nueva Guerra Fría para poder ser catalogada de guerra fría, debido a que hay conflictividad entre las grandes potencias (sea un sistema bipolar o multipolar). Es decir, aun introduciendo a China en la ecuación además de la competición EEUU-Rusia, es evidente que hay conflictividad entre este chinos y americanos. Por lo tanto, el elemento de competición conflictiva geopolítica entre las grandes potencias que existe en toda guerra fría, sí se da en la Nueva Guerra Fría.

2) Animadversión.

El actual nivel de animadversión u hostilidad, sea por diferencias religiosas, ideológicas, etc, dista mucho de ser altamente hostil como, por ejemplo, la que hubo entre EEUU y la URSS durante la Guerra Fría o la que también hubo entre Esparta y Atenas.

Como constraste a la Nueva Guerra Fría, ejemplos contemporáneos en política internacional de alta hostilidad los tenemos en Oriente Medio, en el conflicto entre suníes y chiíes o entre salafistas suníes contra laicos suníes. Las grandes potencias como Rusia, China o EEUU no tienen en la actualidad el grado de hostilidad que sí tienen los árabe suníes de Arabia Saudí con los farsis chíies de Irán, o la hostilidad entre el Califato o Al Nusra (Jahbat Fateh al Sham) con los regímenes laicos árabes.

Aunque es verdad que el aspecto ideológico en la competición entre las grandes potencias en la Nueva Guerra Fría es clave, tiene las siguientes y limitadas características esenciales: 1) democracias liberales de corte occidental (lo que incluye a Japón, Corea del Sur, etc) y sus aliados no democráticos, se enfrentan a 2) regímenes democráticos no liberales (democracias iliberales como Rusia) y regímenes autoritarios (China), pero sin haber la hostilidad y el odio de la destrucción total del enemigo político, como sí había en las guerras de religión en Europa o las guerras napoleónicas y de revolución que siguieron a la Revolución Francesa.

Las grandes potencias en estos momentos, aunque con diferencias ideológicas, no tienes cosmovisiones del mundo completamente incompatibles, ya que aunque China (por ejemplo) no sea una democracia, no pretende poner en duda la propiedad privada o el mercado, como sí hacían los comunistas soviéticos y que en última instancia debería conducir a una guerra de aniquilación. Por poner otro ejemplo, la animadversión presente entre las grandes potencias, puede parecerse al que surgió después de las guerras de religión europeas de los siglo XVI y XVII, en al que la hostilidad se redujo sensiblemente después del Tratado de Westfalia, pasando el sistema internacional de una gran animadversión hostil a una situación de mayor moderación, en el que se aceptaba la existencia de potencias de diferente religión en Alemania.

3) Contención o congelación del conflicto.

Actualmente el conflicto entre las grandes potencias y sus esferas de influencia no está congelado. En Ucrania, que formaba parte de la esfera de influencia rusa, el régimen amigo de Moscú fue derrocado por otro amigo de Occidente y al que los gobiernos occidentales se apresuraron en reconocer. A continuación Rusia invadió partes de Ucrania y se anexionó Crimea. Esto dista mucho de una confrontación y competición congelada típica de los periodos de guerra fría.

Otro ejemplo es el comportamiento de China en su mar meridional, en el que las líneas de conflicto distan de estar congeladas tal y como recoge la Declaración de Conducta de la Partes en el Mar del Sur de China. El comportamiento chino está siendo tan irrespetuoso en el mantenimiento de las líneas de conflicto, que pretende obtener derechos extraterritoriales en todo ese mar haciendo anexiones en la práctica. En Filipinas, desde 2012, se ha apropiado en la práctica del arrecife de Scarborough (muy cerca de las costas filipinas y de su capital), expulsando a los pesqueros filipinos e impidiendo cualquier actividad económica filipina en la zona, destacando los chinos de manera permanente una flota de guardacostas junto al arrecife, permitiendo que sean los pesqueros chinos los que realicen la actividad económica. La situación es muy grave porque Filipinas está dentro de la esfera de influencia norteamericana y tienen un Tratado de Defensa Mutua que obliga a EEUU a defender Scarborough de China, conflicto que puede estallar en cualquier momento del futuro.

Por consiguiente, no hay contención ni congelación de las líneas el conflicto, por lo que también según este aspecto, el panorama estratégico internacional actual no sería de una (nueva) guerra fría.

4) Temor palarizante por alto coste de una guerra directa entre las grandes potencias.

Aunque todavía no haya sucedido una guerra entre las principales potencias del sistema y en apariencia este aspecto sí asemeja la Nueva Guerra Fría a una guerra fría, la realidad no es como parece. Los Estados Unidos están siguiendo una política de ir marginalizando las armas nucleares de su estrategia nuclear (desde el Discurso de Praga que hiciera Obama). Tal intención estratégica de ir marginalizando las armas nucleares está muy presente en los papeles doctrinales americanos sobre disuasión, dando cada vez más prioridad a la disuasión convencional en lugar de la nuclear desde que se aprobara el OPLAN 8010 (ver desde página 10 de este pdf).

El significado estratégico de estos cambios doctrinales, es que los EEUU están concibiendo como algo posible una guerra contra alguna gran potencia como puede ser Rusia o China. No debería sorprender esta nueva situación estratégica opuesta al de la Guerra Fría, en la que una guerra entra grandes potencias será una norma y forma de proceder aceptable. Esto es posible porque el que no haya una hostilidad y animadversión existencial entre las grandes potencias, y el que no se respeten las esferas de influencia mutuas, hace viable que puedan haber guerras limitadas entre las grandes potencias sin que ello implique un paso previo a una ulterior aniquilación del adversario.

Aunque una guerra limitada entre grandes potencias no deja de ser algo sumamente grave, ya que no dejaría de ser una gran guerra con el riesgo a que se escale a un intercambio nuclear a gran escala accidentalmente, el grado de paralización es muy inferior al de la época en el que el entorno estratégico mundial era de MAD (destrucción mutua asegurada).

En la historia hay multitud de ejemplos de periodos en los que el temor a las graves consecuencias de una guerra (no nuclear) entre la grandes potencias, mantenía la paz y el sistema internacional casi congelado. Tal fue el caso de la rivalidad entre Esparta y Atenas antes de que estallase la Guerra del Peloponeso, o la época de la Paz Armada de antes de la Primera Guerra Mundial. No obstante, al no haber terror a la guerra nuclear, aquellos periodos de guerra fría que podían durar décadas, solían acabar en una gran guerra sistémica. La diferencia de el momento actual con esos la Guerra Fría o la Paz Armada, es que no hay hostilidad existencial entre las grandes potencias en busca de la supremacía en el sistema internacional. Las guerras ahora serían por objetivos mucho más limitados, como puede ser el tipo de gobierno en Ucrania, el estatus de los países bálticos o la soberanía en los atolones y arrecifes del mar del Sur de China.

Por consiguiente, el elemento de terror paralizante por miedo a una guerra nuclear o una gran guerra convencional total, está cuanto menos muy limitado o ha desaparecido. Resaltar que la propia OTAN ya reconoce que una guerra limitada con Rusia por causa de los países bálticos es posible, hasta el punto que ha sido el tema central de la última cumbre de la OTAN de Varsovia. Es decir, en la OTAN admiten que ya no hay un temor paralarizante a que una gran potencia (Rusia) pueda hacer una agresión limitada contra una esfera de influencia de EEUU como es la alianza atlántica.

5) Competición indirecta mediante proxies.

Los ejemplos de la Paz Armada o los años anteriores al estallido de la Guerra del Peloponeso, nos muestra como en los periodos de guerra fría las grandes potencias evitan 1) enfrentarse directamente entre sí y 2) no atacar ellos mismos las esferas de influencia contrarias (para evitar que el ataque escale a una guerra directa entre las grandes potencias). Efectivamente, cuando las grandes potencias dejaron de comportarse de ese modo, ello condujo a que el sistema internacional dejara de ser una guerra fría y pasase a una guerra sistémica, como fue el caso la larga Guerra del Peloponeso en la competición por robarse aliados la Liga de Delos y la Liga del Peloponeso entre sí; o como cuando en 1914 Austria atacó a Serbia, que se había convertido en un país protegido de Rusia.

Durante la Guerra Fría, las superpotencias no atacaron a los proxies enemigos directamente sino salvo para defender a un proxy amigo del ataque de un proxy del adversario, y siempre de manera limitada sin ánimo de invadirlo completamente, derrocar al régimen, etc (caso de los bombardeos americanos contra Vietnam del Norte). De ese modo se evitaba el riesgo de enfrentamiento directo entre las superpotencias, ya que si, por ejemplo, la URSS atacaba Alemania o Japón los EEUU tendrían que haber ido a la guerra contra los soviéticos, y si EEUU atacaba Cuba o Hungría, la URSS habría ido a la guerra contra los EEUU. Por ello, la competición y las agresiones internacionales ocurrían fuera de las esferas de influencia y mediante proxies, interviniendo las superpotencias solamente para intentar defender a su proxy de ser derrotado de la agresión del proxy enemigo.

En la Nueva Guerra Fría tales limitaciones no existen y pueden violarse. En Europa aunque tal tipo de agresiones directas no se han dado todavía, en la OTAN se da por supuesto que Rusia tiene como opción hacer agresiones híbridas para terminar invadiendo parcial o totalmente los países bálticos, por lo que los propios decisores de la élite occidental aceptan que en el entorno internacional actual la regla de no agredirse directamente no existe y puede violarse. En Extremo Oriente estamos viendo como China hace agresiones directas e híbridas para apropiarse de territorio que no le pertenece, como en el arrecife de Scarborough, a un aliado de la esfera de influencia de EEUU.

6) Conclusión.

Hemos visto como los rasgos de la Nueva Guerra Fría en realidad no es que no se correspondan con la Guerra Fría, sino que tampoco se corresponden en casi nada con la definición de tipo ideal de guerra fría que hice al comienzo, definición que puede ser tomada como un tipo ideal en el sentido weberiano del término.


Definiendo las características del panorama estratégico actual: la Paz Caliente.

El panorama estratégico contemporáneo, tal y como acabamos de ver, no es de guerra fría y por lo tanto carece de la estabilidad y seguridad que tuvo la Guerra Fría. Pero más allá de la comparación negativa entre la definición de tipo ideal de guerra fría con el momento presente, sería deseable proceder a un análisis estratégico concreto de la situación actual.

La carencia de congelación y contención en la competición entre las granes potencias y la posibilidad a enfrentamientos limitados directos entre estas grandes potencias (lejos de las guerras totales típicas del siglo XX), me ha llevado a etiquetar la situación contemporánea y de los años venideros como de Paz Caliente.

Algo que justifico por las siguientes cinco características que detallo a continuación.

1) Segunda Era Nuclear.

El mundo contemporáneo poco tiene que ver con el de la Destrucción Mutua Asegurada. Estamos inmersos en la Segunda Era Nuclear, caracterizada por: más de dos actores nucleares importantes, arsenales nucleares reducidos, protagonismo de armas estratégicas convencionales, gran importancia de los sistemas defensivos (principalmente escudos antimisiles).

Aunque es verdad que en los tiempos de la Guerra Fría habían países, como Francia o Reino Unido, que tenían arsenales nucleares de cierta importancia, lo cierto es que en comparación, los enormes arsenales y capacidades que tenían las dos superpotencias los hacían casi irrelevantes a la hora de influir en la disuasión estratégica global. Sin embargo, a medida que se fueron implementando los tratados de reducción de armamentos, se ha llegado a una situación en la que con el New START, Rusia y EEUU solo tienen unas 1550 cabezas nucleares estratégicas cada una (desde los varios de miles de décadas anteriores). Además, con la expansión previsible de los arsenales nucleares y balísticos chino, indio, pakistaní, etc, entre los próximos 10 o 20 años, se llegará a una situación en el que la disuasión nuclear mundial ya no tendrá que dirimirse solo entre dos países, sino que tendrá que tenerse muy presente las capacidades nucleares de algunos países más.

Basta con hacer el siguiente experimento mental para darse cuenta de las implicaciones. Durante la Guerra Fría, la destrucción mutua entre dos superpotencias era casi el único cálculo que se planteaba en la disuasión mundial, llegándose siempre a la conclusión de que nadie podía ganar una guerra. Sin embargo, si en un futuro (dentro de por ejemplo 20 años) estalla una guerra limitada entre Pakistán e India, teniendo esta última unas 1000 cabezas, mientras China, Rusia y EEUU unas 1550 cada una, podría darse el caso en el que China podría amenazar a India (para evitar que gane la guerra), por lo que tendríamos una circunstancia en la que China (1550 cabezas) se enfrentaría a India, EEUU y Rusia (tradicional aliado de India) con 4100 cabezas en total, quedando los chinos en total inferioridad. No habría nada parecido a la disuasión mutua asegurada en el que cada gran potencia tenía la capacidad de destruir varias veces el arsenal enemigo (y sus ciudades). Esta situación contraria al de Destrucción Mutua Asegurada queda explicada en el siguiente párrafo.

La proliferación y perfeccionamiento de 1) las armas de precisión, de largo alcance y de los sistemas de información, hace posible que ahora se puedan atacar muchos objetivos de un golpe, con una gran exactitud, a miles de kilómetros de distancia. Dichas capacidades, permiten que puedan atacarse los arsenales e infraestructuras nucleares de cualquier país nuclear de manera no nuclear o con armas nucleares de pocos kilotones. Como los arsenales nucleares ahora son de pequeño tamaño, es mucho más sencillo hacer un ataque contra las fueras nucleares del adversario, destruyendo un alto porcentaje de su arsenal. Además, 2) dado que los sistemas antimisiles son cada vez más comunes y efectivos, se puede llegar a la situación en que el pequeño porcentaje de armas supervivientes podrían ser anuladas por dichos escudos antimisiles.

Es decir, en la Segunda Era Nuclear es y será factible que potencias nucleares se ataquen y desarmen entre sí, sin que ello signifique la Destrucción Mutua Asegurada. La estrategia nuclear no tiene el efecto moderador y apaciguador del que hablaba Gaddis en The Long Peace.

2) Menor hostilidad ideológica entre las grandes potencias.

La animadversión entre grandes potencias (la hostilidad e inquina entre ellas) es uno de los factores que más caracteriza los sistemas internacionales. En la historia, las épocas en que había una fuerte hostilidad ideológica, como durante las guerras napoleónicas, el sistema internacional era mucho más violento respecto a las épocas en que apenas se daba dicha hostilidad (como las épocas inmediatamente posterior y anterior a la Revolución Francesa). No obstante, esta correlación entre nivel de hostilidad y violencia entre potencias cambió con la aparición del arma nuclear.

Antes del arma nuclear, las guerras de objetivos totales (destruir otra gran potencia, cambiar su forma de gobierno, orden social, etc), solían ser muy destructivas aunque asumibles para las mentalidades mesiánicas. Pero con la posibilidad de destrucción nuclear total, las guerras de objetivos totales se volvieron un absurdo. Había mucha tensión pero no se pasaba de ahí por miedo a la destrucción mutua absoluta.

Aunque la actual situación hostil entre Occidente y sus rivales (Rusia, China, etc) tiene un componente ideológico no desdeñable (democracia liberal occidental contra el resto de formas de gobierno), el odio ideológico típico del siglo XX y la Guerra Fría brilla por su ausencia. Esa menor hostilidad relativa, unida a la situación de la actual estrategia nuclear de Segunda Era, ahonda en el fenómeno descrito de que una guerra (limitada) entre grandes potencias que ahora es racional, porque la competición es por objetivos comparativamente pequeños (fronteras, esferas de influencia, etc).

3) Paradoja de la Estabilidad/Inestabilidad.

Esta paradoja es el fenómeno que ocurre cuando países con un conflicto geopolítico entre sí se arman nuclearmente. El peligro de la destrucción masiva produce un efecto estabilizador y esos países tratarán de evitar un gran conflicto directo entre ellos. Como contrapartida, aumenta las probabilidades de que se enfrenten de manera limitada o indirecta

En la Guerra Fría dicha paradoja se manifestó en que las superpotencias tuvieron que recurrir a competir mediante conflictos por intermediario, incrementando los conflictos en la periferia de ambos bloques. También incentivó las estrategias de guerra operacional convencional (no estratégica) como la doctrina de Respuesta Flexible. En el conflicto entre India y Pakistán, que estos países se armaran nuclearmente no impidió la Guerra del Kargil de 1999. De hecho, la probabilidad de que este tipo de conflictos limitados aumenten en un futuro se ha incrementado, debido a que la situación de la disuasión nuclear mundial está lejos de la Destrucción Mutua Asegurada y a que la hostilidad entre potencias es relativamente limitada.

Es decir, además de que un conflicto estratégico entre grandes potencias es ahora mucho más probable que durante la Guerra Fría, en el plano de los enfrentamientos limitados e indirectos (como la guerra del Kargil) también aumenta el riesgo de enfrentamiento, a causa de la paradoja de la estabilidad/inestabilidad conjugada con los rasgos de la Segunda Era Nuclear y de carencia de hostilidad existencial elevada.

4) Mayor libertad de alineamientos en lugar de la Política de Bloques.

En este periodo de Paz Caliente que caracteriza el panorama estratégico internacional, las potencias ya no tendrán su política constreñida por el rígido corset de la política de bloques, en el que no había opciones de cambiarse de bando. En la actualidad el comportamiento de la potencias estará guiado por el estricto interés nacional y no por su pertenencia y lealtad a un bloque específico.

Las potencias harán equilibrio de poder y bandwagoning (unirse al ganador en lugar de hacerle equilibrio de poder) según les convenga. Recientemente hemos visto como la Turquía de Erdogán aunque perteneciendo al bloque de la OTAN, llegaba a acuerdos con Rusia (rival de EEUU) para hacer equilibrio de poder a las fuerzas kurdas de las SDF que apoyaban los EEUU, invadiendo directamente Siria y combatiendo a los proxies kurdos de EEUU a pesar de ser el país líder de su supuesto bloque. En Extremo Oriente también estamos viendo como el presidente filipino Duterte está tentado de hacer bandwagoning con China en lugar de enfrentarse a ella amparándose en el apoyo de EEUU.

5) Guerras híbridas y agresiones directo/indirectas en esferas de influencia.

En la primera parte de este artículo se señaló que el actual conflicto entre OTAN y Rusia, no es un conflicto congelado y en el que se respeten las esferas de influencia. Los países occidentales, con el legítimo objetivo de expandir la democracia, respaldan revoluciones de colores en el Este de Europa. Rusia, para mantener el control en su esfera de influencia y debido a que ya no tiene el gran poder convencional que tenía en la época del Ejército Rojo, tiene que recurrir a intervenciones militares relativamente pequeñas y de objetivos mucho más modestos comparadas a las que hizo en Hungría en 1956 o Checoslovaquia en 1968. La Guerra de Georgia ni siquiera llegó a conquistar la capital georgiana y fue muy corta en el tiempo. La guerra en Ucrania aunque más duradera, adoptó una forma híbrida y también de objetivos muy limitados.

Podría resumirse el concepto de guerra híbrida en que es un modo de guerra que emplea medios militares convencionales, medios irregulares típicos de guerrillas e insurgencias, además de la ciberguerra. Es decir, es tanto una agresión indirecta (guerrillas y operaciones encubiertas) como directa (ejército ruso en Crimea, guardacostas chinos armados apropiándose de arrecifes y atolones). La lógica que subyace en ese tipo de guerra, es poder intervenir militarmente pero sin cargar con la responsabilidad de hacer una agresión de manera abierta, esquivando los costes de las represalias, coerciones y de tener sufragar una invasión convencional.

Por lo tanto, ese tipo de guerra permite que haya más conflictos militares, porque suponen muchos menos costes a las potencias que las hagan. Dado que en el actual conflicto Este-Oeste no se respetan las esferas de influencia, Rusia como forma de presionar a la OTAN por la guerra en Ucrania, o cualquier otro conflicto que pueda suceder, podría decidir hacer una guerra híbrida contra los países bálticos. Es un quid pro quo: como Ucrania ya no es la esfera de influencia intocable de Rusia, los países bálticos o los miembros orientales de la OTAN tampoco son intocables. El riesgo es evidente: como ya no se respetan las esferas de influencia, y dado que se interviene de manera directa/indirecta con guerras híbridas, sería posible que la OTAN y Rusia terminen enfrentándose directamente a una escala no total, como hicieron India y Pakistán en el Kargil, por delimitar las fronteras de dichas esferas, inducidas por el efecto de la Paradoja de la Estabalidad/Inestabilidad

6) Conclusión.

Las cinco características descritas, definidoras del nuevo marco estratégico en el que se mueve el mundo, desembocan en 1) un entorno internacional que poco tiene que ver con la congelación y contención que existían durante la Guerra Fría. Y 2) las características del periodo actual de Paz Caliente, también tienen poco que ver con la definición general y de tipo ideal que di sobre el fenómeno de guerra fría.

Por consiguiente, 1) como la actual competición entre las grandes potencias no es una guerra fría, 2) aunque al mismo tiempo poco tiene que ver con las grandes guerras del siglo XX o de las guerras napoleónicas y de revolución, 3) pero sin asemejarse tampoco con los periodos de carencia de conflictos importantes entre las grandes potencias (como en la época de la Europa de los Congresos o durante el "momento unipolar" posterior a la Guerra Fría), 4) podría catalogarse el panorama estratégico actual de Paz Caliente.

No es guerra fría, tampoco guerra caliente (tercera guerra mundial o guerra sistémica general), ni es un paz fría (ausencia de conflictos como durante la Europa de la Restaruración), sino sencillamente y por eliminación es una paz caliente (no hay riesgo de guerra sistémica pero sí conflictos y competición importantes)

Guerra termonuclear simulada en 1961.



En los tres primeros minutos de este vídeo, sale una fantástica animación de lo que sería una guerra nuclear estratégica. En parte todo sigue igual pero al mismo tiempo estamos ahora mismo en una fase de cambios radicales en la estrategia nuclear, cambios que son muy sutiles pero de consecuencias de cambio estructural muy superiores a la introducción de la NUTS (utilización selectiva de objetivos nucleares) y la LNO (opciones nucleares limitadas).

Después de la animación termonuclear estratégica del comienzo, el general en la reserva James Stewart nos enseña el fantástico sistema de comunicaciones de los EEUU (el vídeo es de 1961) para garantizar una conducción de la guerra nuclear exitosa. Los más frikis de los aficionados a los temas de defensa y doctrinales, podrán ver un claro antecedente de la Guerra Basada en Redes y de todo un entramado C4ISTAR.

Durante el vídeo se simula un ataque nuclear de la Unión Soviética con ICBM y bombarderos estratégicos, y puede verse la respuesta de americana a la detección de la amenaza. Destacar que en 1961 ya existía el SIOP (plan de guerra único integrado), de ahí que el estilo de conducción de la guerra nuclear y/o estratégica no sea tan diferente a como pudo concebirse hasta el año 2003, cuando comenzaron los OPLAN y la erosión de la MAD (destrucción mutua asegurada) hasta su posible cercana defunción (ver aquí y aquí).

viernes, 9 de septiembre de 2016

La crisis del arrecife de Scarborough.


Como puede verse en el mapa, Scarborough es un bajo de arena que está muy cerca de Filipinas y su capital, Manila. El bajo está solamente a unos 240 kilómetros de las costas filipinas (muy alejado de las costas chinas). Dicho bajo está a punto de ser tomado por los chinos para comenzar la construcción de una base militar en él, lo que obligaría a Obama a tener que echarlos por la fuerza, lo cual conduciría a un conflicto militar entre China y EEUU.

Aunque Scarborough está muy alejado de las costas chinas, los chinos reclaman el bajo como suyo y desde 2012 impiden que los filipinos puedan hacer actividades económicas al rededor del bajo de arena como les correspondería. Ante tal agresión china, en 2013 Filipinas llevó el litigio a la Corte Permanente de Arbitraje, que en julio de 2016 dio la razón a Filipinas. A pesar de ello, los chinos han dicho que seguirán reclamando el bajo y que harán construcciones en ese bajo porque les pertenece diga lo que diga la Corte de Arbitraje. Siguiendo esa línea, en agosto los chinos dijeron (a través del diario SCMP) que después de la cumbre del G-20 (primeros días de septiembre) y antes de las elecciones presidenciales americanas de noviembre, podrían hacer la reclamación formal sobre Scarborough y comenzar la construcción de infraestructura en el atolón.

¿Por qué es importante la construcción de infraestructura en Scarborough?

Porque en otros atolones y arrecifes del mar del sur de China, los chinos están construyendo grandes bases militares aeronavales con capacidad para decenas de aviones de caza y bombarderos cada una, tal y como puede verse en las siguientes imágenes.




Sería inaceptable para Filipinas que China le robara la isla, se la anexionase y construyera una gran base militar muy cerca de Manila y Subic Bay, ya que es una amenaza muy directa a su seguridad y sus principales instalaciones militares. Para colmo, China pretende tener derecho económico exclusivo al rededor del bajo de Scarborough, motivo por el cual actualmente expulsa a los pesqueros filipinos y deja que los pesqueros chinos realicen esa labor en su lugar. También impide China que haya cualquier tipo de actividad económica filipina en la zona (como permitir a petroleras buscar yacimientos) salvo el tránsito de buques. China también podría crea una zona de identificación aérea frente a Filipinas y su capital, en el caso de que desplegase decenas de aviones de caza y baterías de misiles tierra-aire y antibuque en Scarborough. Resaltar que cuando China tenga sistemas de defensa aérea rusos S-400, el espacio aéreo de Manila estaría dentro del radio de alcance de dicho sistema y sus misiles.

El tema del bajo de arena de Scarborough no es un asunto aislado, sino que forma parte de las intenciones chinas de anexionarse los islotes, atolones, etc, de todo el mar del sur de China que está dentro de lo que ellos llaman la "nine-dash line", representada en la siguiente imagen.


Pero la cuestión que hace a Scarborough especialmente peligroso es que al estar tan cerca de las costas filipinas y caer dentro del Tratado de Defensa Mutua entre EEUU y Filipinas, compromete la credibilidad de EEUU en toda la región. Si Obama (o el presidente que venga después) permite a los chinos violar la soberanía de un aliado tan importante como es Filipinas, dejándoles construir bases militares en Scarborough frente a Manila, entonces es que EEUU no tiene la determinación para enfrentarse a los chinos en cualquier otro lugar del mar del sur de China y en la nine-dash line. Por ese motivo, Obama ha dicho que el hacer construcciones en Scarborough es una línea roja que no permitirá cruzar a los chinos. Sería catastrófico para la política exterior norteamericana permitir algo así.

Desde la advertencia que hicieran los chinos en agosto de reclamar la soberanía en Scarborough y comenzar la construcción de infraestructuras allí ¿han seguido adelante para materializar esas intenciones en hechos? Según ha denunciado Filipinas, China ha estado concentrando barcos y guardacostas para iniciar las tareas de construcción y desde el miércoles esas tareas habrían comenzado. En la imagen de abajo puede verse la disposición de la flota china en el arrecife de Scarborough.


En el caso que los chinos comiencen la construcción de infraestructura en Scarborough, traspasando la línea roja de Obama, los EEUU se enfrentan a un grave dilema: escoger entre 1) credibilidad (lo que puede llevar a un enfrentamiento miliar con los chinos) o 2) paz (a costa de perder la credibilidad y la influencia en la zona), algo que además de ser catastrófico para la política exterior norteamericana, desarmaría cualquier defensa militar americana entorno a la primera cadena de islas.



No hay que descartar que Obama decida evitar el conflicto y no enfrentarse a los chinos, aunque ello significase una catástrofe para la diplomacia y la política exterior americana. Pero en el caso que Obama (o el presidente que sea) decida plantar cara a la agresión china, la cuestión es qué tipo de medidas tomará. Podría simplemente limitarse a sanciones económicas contra China (como en el caso ucraniano contra Rusia), pero también podría declarar un ultimátum para que los chinos retiren sus trabajadores del bajo de arena. También podría decidir establecer un bloqueo entorno al bajo al mismo tiempo que plantea el ultimátum. Pero en el caso que los chinos hicieran caso omiso al ultimátum y no se retirarsen de Scarborough, habría que emplear la fuerza para ejecutar su expulsión, lo que llevaría a un conflicto armado entre los EEUU y China.

Estad atentos a lo que hagan los chinos en Scarborough porque no será como en las Spratley o las Paracelso, la crisis en este bajo de arena podría ser algo igual de grave a la Crisis de Berlín o la Crisis de los Misiles Cubanos, con buques frente a frente en alta mar, bloqueos y riesgo de guerra entre dos grandes potencias.

lunes, 5 de septiembre de 2016

La necesidad de un nuevo régimen de seguridad para Europa.


Alemania y Francia están proponiendo que comiencen negociaciones para establecer un nuevo tratado de control de armamentos en Europa. Es un intento de relajar las tensiones entre Occidente y Rusia que llevan años aumentando, desde el segundo mandato de Bush cuando se empeñaba en expandir la OTAN al este, que alcanzaron su cenit con la guerra de Ucrania y el despliegue de batallones en Polonia y los países bálticos.

No hay que olvidar que la Guerra Fría pudo concluirse gracias una madeja de acuerdos y tratados que desde el lado occidental llevamos años socavando. Pero el nuevo orden europeo de la posguerra fría no consistía en una serie de acuerdos y tratados aislados, sino que formaban un sistema en el que se sostenían unos a otros, lo que en relaciones internacionales se conoce como "régimen de seguridad". El fin último de tal régimen era el de mantener un equilibrio militar y estratégico entre la OTAN y Rusia, para así permitir a los rusos retirarse del este de Europa sin que la alianza atlántica se aprovechara de la debilidad rusa amenazando sus intereses y seguridad.

Dicha red de tratados y acuerdos formales e informales eran los siguientes. 1) Tratado FACE/CFE, en el que el equilibrio militar entre el oeste y Rusia se detallaban las cantidades específicas de sistemas de armas que podían tener cada bando y la distribución territorial máxima en cada sector. 2) Tratado INF, para evitar que una guerra nuclear táctica degenerase en una gran guerra estratégica en el escenario europeo. 3) Tratados START y ABM, con los que se aseguraba la destrucción mutua asegurada y que ni Rusia ni EEUU pudieran hacer un ataque contrafuerza, que anulase la capacidad disuasiva de los arsenales nucleares estratégicos.4) El Acta Fundacional OTAN-Rusia y la supuesta promesa de no ampliar al este la OTAN (suposición muy discutida), con los que se limitaba la expansión de la alianza y que en el caso de expandirse no habría un redespliegue militar en los nuevos países de la organización. 5) Medidas para crear confianza y seguridad (CSBM) en el marco de la OSCE.


Básicamente, la red de acuerdos y tratados buscaban: 1) mantener el equilibrio de poder militar en los aspecto convencionales y nucleares; 2) limitar y contener el ejercicio del poder militar y político, imponiendo restricciones a la concentración de tropas y su movimiento, y constriñendo la creación o ampliación de alianzas que en la práctica significan romper con esas limitaciones. Es decir, mantener un equilibrio de poder y que dicho poder no pudiera usarse contra el otro bando.

¿Qué pasó para que dicho régimen de seguridad se desmoronase? 1) La OTAN, al expandirse al este, destruyó el equilibrio militar convencional y político: i) se socavabó el fundamento del tratado FACE al dejar de tener sentido que Rusia no pudiera redesplegar sus fuerzas en su flanco sur si era necesario, y porque las cifras estipuladas en el tratado se habían quedado obsoletas (el no poder llegar Rusia al tope y sin embargo la OTAN tener mucha más superioridad cuantitativa); ii) destruyó el acuerdo informal de "no ampliación de la OTAN" que permitió la caída del muro y la retirada de la URSS/Rusia del este. 2) La derogación del ABM junto al desarrollo de armamento ofensivo de precisión y nuclear de bajo rendimiento, es un intento de romper el equilibrio estratégico disuasivo: las defensas antimisiles en Europa y Extremo Oriente, unido a las nuevas armas ofensivas como la B61-12, LRSO, etc, pueden acabar con la utilidad disuasiva del arsenal nuclear ruso, clave de bóveda de su estrategia.

En consecuencia, Rusia tuvo que salirse del FACE para poder desplegar sus tropas en el flanco sur y salvaguardar militarmente sus intereses en su esfera de influencia (Moldavia, Ucrania, Caucaso, etc) o en donde considerase necesario. Para responder a los sistemas antimisiles, fruto de la anulación del ABM, Rusia está violando el tratado INF para poder desarrollar armamento nuclear táctico con el que atacar dichas defensas y asegurar una conducción de una guerra nuclear limitada de manera eficaz.

Lo que ahora proponen Alemania y Francia es lo que tuvo que haberse hecho como tarde entorno al año 2007 (cuando Rusia no tuvo más remedio que suspender el FACE), y que debió en consistir en adaptar a la nueva realidad de la época algo que había quedado desfasado respecto a los primeros años 90. Sin embargo, como en aquellos momentos Rusia parecía muy débil, no parecía que pudiera oponerse demasiado a la ruptura del equilibrio de la posguerra fría.


Pues bien, unos 10 años después de que comenzara el proceso de demolición del régimen de seguridad de la posguerra fría en Europa, hemos tenido ya dos guerras (la de Georgia y Ucrania) directamente relacionadas con el asunto del equilibrio de poder político-militar europeo. Pero eso ya es el pasado, la pregunta que deberíamos hacernos ahora es si en los próximos 10 años, queremos otras dos guerras sobre estos temas con Rusia, guerras que probablemente serán más peligrosas que las dos anteriores (motivo por el cual la OTAN despliega cuatro batallones en el este violando el Acta Fundacional) o si queremos revertir la deriva belígena de las relaciones Occidente-Rusia de esta última década.

La propuesta alemana y francesa de firmar un nuevo FACE, que recoja y satisfaga la ansiedades estratégicas rusas, es un paso en la buena dirección. No obstante, un nuevo FACE no puede negociarse aisladamente, lo que tiene que instaurarse es un nuevo régimen de seguridad en Europa, que evite tanto cualquier tipo de expansión al este, como el despliegue de sistemas antimisiles en el centro, norte y este de Europa. Si EEUU y Europa quieren defenderse de los misiles iraníes, la solución tendría que venir de 1) sistemas de lanzamiento desplegados en el Mediterráneo o el sur de Europa, y sobre todo 2) de un tratado de limitación de armamentos que la comunidad internacional debería imponer a Irán.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Defensa Antimisil americana y el ICBM ruso Sarmat.


Desde hace años hay una agria polémica de hasta qué punto las defensas antimisiles que están erigiendo los EEUU entorno a Rusia, son o no una amenaza para la credibilidad disuasiva del arsenal nuclear estratégico ruso

En general, en Occidente, se suele despachar el asunto con comentarios un tanto condescendientes sobre la proverbial paranoia rusa y su mentalidad de cerco. Pero resulta que si se echa un vistazo a los datos y se analiza un poco, en realidad se comprueba que los temores rusos están bien fundamentados. La preocupación rusa se puede resumir en dos apartados: el defensivo y el ofensivo. 1) Los misiles antimisiles del tipo que se despliegan en Europa (SM-3) sí podrían derribar los ICBM rusos en la fase de impulso (boost) y de ascenso. 2) Las instalaciones antimisiles en Europa podrían transformarse rápida y encubiertamente en plataformas que disparasen misiles ofensivos contra los ICBM y puestos de mando rusos (instalando misiles de crucero donde estén instalados los SM-3); a ello se añade que los EEUU están desarrollando nuevas armas de precisión convencional y nuclear de bajo rendimiento, por lo que la combinación de ambas capacidades podrían destruir buena parte del arsenal disuasivo ruso en tierra.



Para saber si un sistema antimisil puede interceptar en vuelo a un ICBM, las dos variables principales son 1) velocidad de ascenso del antimisil y 2) el momento en que se detecta el vuelo del ICBM después de ser lanzado. Pues bien, tal cosa se ha modelado por varios especialistas teniendo en cuenta las prestaciones de los misiles SM-3IIA (4,5 kilómetros por segundo) y SM-3IIB (5,5 km/sg), añadiendo una cantidad razonable de tiempo desde que se dispara el ICBM hasta que se detecta y se ordena el disparo. Pues bien, por ejemplo, según esta publicación de Arms Control, si los misiles interceptores SM-3IIB están situados en el mar del Norte o de Barents (en buques Aegis), sí podrían derribar los ICBM rusos. En la siguiente imagen pueden verse los kilómetros por segundo mínimos que necesitarían los interceptores lanzados desde el mar del Norte y de Barents, para derribar los ICBM disparados desde las bases rusas indicadas


Puede comprobarse que las prestaciones del misil interceptor SM-3IIB (de 5,5 km/sg) son suficientes para derribar los ICBM rusos. En esta otra modelación que se ve en la imagen de abajo, también se comprueba que buques dotados con SM-3IIB posicionados en el mar de Barents y del Norte, sí pueden derribar los misiles intercontinentales rusos en su vuelo hacia los EEUU, menos los misiles de la base de Irkutsk (que en el mapa del comienzo puede verse que está localizada en Extremo Oriente).


Por lo tanto, queda demostrado que potencialmente el escudo antimisiles que erigen los EEUU en Europa sí son una amenaza a la fuerza disuasiva nuclear estratégica rusa. No es ninguna paranoia infundada del Kremlin. Tal es así, que el desarrollo del misil SM-3IIB fue cancelado por el presidente Obama. No obstante, el resto de la infraestructura antimisil se sigue desarrollando en Europa, tanto los lanzadores de misiles antimisiles, como los radares capaces de detectar la fase de impulso y ascenso de los misiles balísticos rusos, como la red de telecomuniaciones y puestos de mando para interconectar todos los datos y hacer lanzamientos remotos de misiles antimisiles (barcos americanos disparando misiles antimisiles en el mar del Norte usando la información de seguimiento y targeting de los radares situados en Europa continental).

Es decir, aunque es un paso importante el que Obama suspendiera el desarrollo del SM-3IIB, lo cierto es que el resto de la infraestructura antimisil se sigue construyendo y nada impediría que, el próximo presidente, tome la decisión de volver a desarrollar el SM-3IIB, o que el actual presidente hubiera decidido desarrollar ese misil antimisil SM-3IIB en secreto. Con toda la infraestructura ya construida y ultimada, solo faltaría el último paso de desplegar el misil antimisil IIB, algo que podría hacer relativamente rápido.



Para colmo, los EEUU están decididos a desarrollar un sistema de alerta temprana para detectar el lanzamiento de ICBM mediante una constelación de satélites en el espacio, lo que podría reducir el tiempo de detección (con un mínimo de precisión útil, superior al de la firma infrarroja que detectan los satélites SBIRS) para poder disparar los misiles antimisiles tan solo unas decenas de segundos después de que se lanzasen los ICBM rusos (respecto a los 120/155 segundos actuales), lo que incrementanría considerablemente la efectividad de los antimisiles para derribar los ICBM durante su fase de impulso y ascenso.

Como el escudo antimisiles norteamericano en Europa sí plantea una amenaza muy considerable a los ICBM rusos, algunos dicen que Rusia debería disparar sus misiles balísticos intercontinentales no en dirección a la costa este americana (como se ve en las tres primeras imágenes) vía Europa y el Polo Norte, sino que debería hacerlo en dirección la coste oeste. Pero hay dos problemas con esa alternativa: 1) la gran mayoría de la población y de la economía de EEUU está en la coste este, 2) los americanos podrían desplegar antimisiles en el Pacífico, Corea, Japón, etc, algo que de hecho ya están haciendo.

Las mejores alternativas que tienen los rusos son las dos siguientes.

1) Desplegar misiles hipersónicos, ya que estos tienen una trayectoria no balística y son mucho más difíciles de interceptar debido a su alta velocidad y capacidad de maniobra, lo que convierte a los misiles antimisiles (de por sí poco maniobreros) en armas poco eficaces contra los misiles hipersónicos.

2) La otra alternativa es la de desplegar un ICBM superpesado de tal potencia en su empuje que pueda hacer trayectorias hacia los EEUU evitando el Polo Norte y Europa, a través de rutas más ecuatoriales o el Polo Sur (totalmente alejados de los sistemas antimisiles). Si además dicho ICBM pudiera transportar de 10 a 15 cabezas nucleares de varios cientos de kilotoneladas cada una, la capacidad disuasiva nuclear de Rusia quedaría mucho más reasegurada. Si para colmo dicho ICBM podría dispararse en un lapso de un minuto a pesar de ser de combustible líquido, dichos misiles serían menos vulnerable a un primer ataque contrafuerza que pudiera destruirlos en tierra. Dicho ICBM ruso es el Sarmat, que tendrá que hacer su primera prueba dentro de pocos meses y entrará en producción dentro de pocos años. En las dos siguientes imágenes pueden verse las trayectorias que puede hacer el misil Sarmat en su aproximación a EEUU y las principales características del misil.



A pesar de resultar reiterativo, quisiera volver a destacar que la amenaza de los sistemas antimisiles norteamericanos es real y no fruto de la paranoia, y que los rusos en consecuencia desarrollan misiles y otras capacidades que intentan anular a la defensa misil estadounidense. Una defensa antimisil de los EEUU, que de combinarse con ataques preventivos de armas nucleares de bajo rendimiento (explosión pequeña) y convencionales de alta precisión, podrían destruir la mayor parte de la fuerza de ICBM rusa en tierra (tal es el caso de los programas americanos del Prompt Global Strike, la bomba aérea B-61-12 que analicé aquí o el misil LRSO), dejando a los misiles rusos supervivientes como presa fácil de los sistemas antimisiles.

Además del misil Sarmat o desarrollar misiles hipersónicos, los rusos están tomando medidas como volver a desplegar ICBM en trenes para así hacerlos muy difíciles de localizar y atacar (ya que pueden moverse hasta 1000 km al día), o mejorar sus armas nucleares tácticas para destruir preventivamente el escudo antimisiles norteamericano en Europa. Aunque eso ya es algo que analizaré en otra entrada de este blog en otro momento.