Sin embargo la realidad no es como aparenta. Tal explosión de patentes no es debido a una gran mejora en la cantidad y calidad de innovaciones de la economía, empresas y centros de investigación chinos. Esa explosión se debe a los incentivos perversos del entorno institucional chino.
Las patentes en China las autoriza y aprueba la Administración Nacional de Propiedad Intelectual de China (CNIPA, anteriormente la Oficina Estatal de Propiedad Intelectual). Y la Estrategia Nacional de Patentes, exige a la CNIPA que, dado que las patentes son una métrica esencial para la innovación, el número de patentes debe ser aumentada para así mejorar la capacidad de innovación de la economía china.
Sin embargo, como bien indica la teoría económica cuando se otorgan incentivos perversos, como los organismos burocráticos deben cumplir con ciertas métricas, pues se buscan subterfugios para alcanzar la cifra y no ser castigados por la administración y cumplir con los planes. Esto ha inducido a que se registren como patentes pequeños cambios incrementales en equipos, procesos, etc, y no a una auténtica innovación (que sí sería objeto de patente en países europeos, EE.UU., Japón, etc).
Por lo tanto, decir como hacen en el comentario del enlace del que ha sido extraída la imagen, que ese número de patentes que ofrece la WIPO es una especie de termómetro de que China es una economía tan innovadora que ya supera a los mismísimos EE.UU., o Japón, sencillamente carece de sentido. No es para nada cierto que <<Las patentes registradas en un país son un buen reflejo del músculo económico que tiene este y de la capacidad de innovación que se posee en una economía.>>
La métrica que sí suele usarse para medir la innovación de los países vía patentes (aunque en puridad la innovación no puede reducirse a las patentes, ojo), es el de las patentes triádicas.
Las patentes triádicas son la auténtica regla de oro para observar realmente las nuevas patentes que se están haciendo a nivel internacional y comparar países. Las patentes triádicas se presentan conjuntamente en los mercados tecnológicos más grandes del mundo: la Oficina de Patentes de Japón (JPO), la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos (USPTO) y la Oficina Europea de Patentes (EPO).
Las patentes triádicas son la métrica a tener en cuenta porque, cuando una universidad, empresa o centro de investigación realmente logra una innovación, registra esa patente no solamente en su país de origen, sino que lo hace los principales lugares del mundo de excelencia tecnológica y científica, como es Japón, Europa y EE.UU..
Las patentes triádicas son la métrica a tener en cuenta porque, cuando una universidad, empresa o centro de investigación realmente logra una innovación, registra esa patente no solamente en su país de origen, sino que lo hace los principales lugares del mundo de excelencia tecnológica y científica, como es Japón, Europa y EE.UU..
Las triádicas son un filtro esencial porque 1) no se tramitan pequeños cambios incrementales para cumplir con los objetivos de "innovación" del plan quinquenal y las "estrategias" gubernamentales (además el coste de las patentes en dinero y tiempo, desincentiva innundar con solicitudes de falsas innovaciones); 2) permite el acceso a los principales mercados tecnológicos mundiales, y lugares de la auténtica innovación científico-técnica, en los que la patente e invención serán protegidas legalmente.
En realidad, una representación más ajustada a la realidad del número de patentes es el que se ve debajo, en los que China aún está muy lejos en la métrica regla de oro de patentes triádicas.
En 2015, China solo presentó 2.889 patentes triádicas. En comparación, Estados Unidos presentó 14.886 patentes triádicas, y Japón presentó 17.361 en el mismo año.
Las patentes en China se clasifican en"patentes de invención" altamente innovadoras y patentes de "modelo de utilidad" y "diseño" de menor calidad. Solo las patentes de invención podrían reflejar realmente la capacidad de innovación. Los datos de la CNIPA indican que solo el 19% de todas las patentes autorizadas en China en 2017 se clasificaron como patentes de invención. Este número sugiere que el gran volumen de aplicaciones de China puede no representar con precisión un aumento en su nivel de innovación tecnológica.
En el anterior gráfico, se muestran las patentes tríadicas por sectores hasta 2018.
Otra forma de interpretar la "calidad" de las patentes es la frecuencia en ser citadas en otras patentes, ya que indican que la innovación realmente era útil y mejora la capacidad científico-técnica de una economía. Pues bien, China en esta métrica también sale mal parada, tal y como indican los análisis científicos que contrastan metodológicamente los datos, siendo las patentes chinas de mucho menos valor que las de EE.UU., Europa, Japón o Corea del Sur.
La calidad de las patentes chinas es tan baja que las empresas y centros de investigación chinos no pagan por mantenerlas. En solo un año ya han dejado de pagar por su protección una cantidad sustancial, y a los cinco años ya casi ningún centro de investigación o empresa china está pagando por esa patente (al ser inútil y no compensar el pago de derechos). En EE.UU. lo normal es que se paguen durante 25 años, al igual que en el resto del mundo desarrollado, que apuran el pago de la patente hasta que venza el plazo máximo.
En el gráfico de abajo puede observase el decaimiento del pago de patentes chinas en cinco años.
La productividad china también indica que la introducción de innovaciones tecnológicas en su economía no va al ritmo que podría deducirse de su elevado número de patentes registradas. La productividad china tiene un promedio negativo los últimos años.
No obstante, eso solo mide la introducción de innovaciones tecnológicas que pueden ser nacionales o extranjeras. Mide tanto que Tesla ponga una fábrica en China o que una empresa china de teléfonos móviles introduzca algo nuevo (con patente extranjera). Pero lo que está claro es que si la productividad mide toda la introducción de innovación tecnológica en los procesos productivos, tanto chinos como extranjeros en China, que la productividad sea negativa indica que China no es tan innovadora como suele afirmarse y como sostienen en el enlace de El Ordern Mundial.
La calidad de las patentes chinas es tan baja que las empresas y centros de investigación chinos no pagan por mantenerlas. En solo un año ya han dejado de pagar por su protección una cantidad sustancial, y a los cinco años ya casi ningún centro de investigación o empresa china está pagando por esa patente (al ser inútil y no compensar el pago de derechos). En EE.UU. lo normal es que se paguen durante 25 años, al igual que en el resto del mundo desarrollado, que apuran el pago de la patente hasta que venza el plazo máximo.
En el gráfico de abajo puede observase el decaimiento del pago de patentes chinas en cinco años.
La productividad china también indica que la introducción de innovaciones tecnológicas en su economía no va al ritmo que podría deducirse de su elevado número de patentes registradas. La productividad china tiene un promedio negativo los últimos años.
No obstante, eso solo mide la introducción de innovaciones tecnológicas que pueden ser nacionales o extranjeras. Mide tanto que Tesla ponga una fábrica en China o que una empresa china de teléfonos móviles introduzca algo nuevo (con patente extranjera). Pero lo que está claro es que si la productividad mide toda la introducción de innovación tecnológica en los procesos productivos, tanto chinos como extranjeros en China, que la productividad sea negativa indica que China no es tan innovadora como suele afirmarse y como sostienen en el enlace de El Ordern Mundial.