Cada vez es más frecuente ver artículos en sitios especializados y en prensa sobre los cañones electromagnéticos (Electro Magnetic Rail Gun o EMRG), artículos que dicen que la defensa antimisil puede ser revolucionada por este tipo de cañones, que actualmente están en desarrollo para la marina pero que pueden instalarse también en tierra. En este artículo del National Interest se dice nada más y nada menos que la amenaza misil de Corea del Norte puede ser anulada por los EMRG y la supuesta revolución que suponen.
La mentira o falsa promesa de la revolución de los EMRG.
Las razones para apoyar el argumento se pueden resumir en tres.
1) Son armas antimisiles mucho más baratas que las actuales, si los misiles antimisiles actuales pueden llegar a costar 10 millones de dólares, cada munición disparada desde un EMRG costará 25.000/50.000 dólares (ver este artículo del WSJ).
2) Se incrementa el número de disparos antimisiles, si un destructor puede llevar unos 90 misiles antimisiles, mientras que el mismo buque con un EMRG podría transportar 1.000 cargas.
3) Además de funciones defensivas antimisiles, los cañones electromagnéticos tienen una función ofensiva nada desdeñable, ya que pueden atacar a mucha mayor distancia que los cañones actuales, por lo que (por ejemplo) pueden atacar en tierra a los misiles enemigos de manera mucho más rápida y barata a lo que podría hacer la aviación (los F-15K coreanos tardarían mucho más tiempo en ir hasta el objetivo localizado y atacarlo, pudiendo quedar la información desfasada).
Visto de ese modo, la Disuasión Activa surcoreana, que analicé en este blog hace dos años y que es la base estratégica disuasiva de la actual política de defensa coreana, podría cumplimentarse con los EMRG de manera mucho más barata y eficaz que con la combinación "tradicional" de misiles antimisiles, aviación de ataque y misiles balísticos y de crucero en la que se fundamenta actualmente. Los cañones electromagnéticos realmente revolucionarían la estructura de la fuerza antimisil tanto en su vertiente defensiva (derribar misiles) como ofensiva (destruirlos en tierra).
Los límites de los cañones electromagnéticos.
Aunque los EMRG, de culminar su fase de desarrollo, seguramente sí tengan una función en la arquitectura antimisil del futuro en las fuerzas armadas de EEUU, en realidad tendrán una función muy limitada.
1) La primera razón de que esto será así es que tienen solo un alcance antimisil de unas 20 o 30 millas náuticas, tanto para el cañón de 32 megajulios que se está desarrollando en la actualidad como para la versión de más de 60 que pueda haber en un futuro. El motivo es que la alta velocidad de la munición y lo pequeño de sus superficies de control, apenas da capacidad de maniobra al proyectil para corregir su trayectoria, por lo que más allá de esa distancia hacer un disparo balístico perfecto contra un blanco en movimiento es prácticamente imposible. A muy corta distancia tampoco tendría demasiada utilidad.
Por lo tanto, una defensa antimisil no puede basarse solo en cañones electromagnéticos porque la defensa estaría limitada a solo una capa defensiva, mientras que durante el resto de la trayectoria de vuelo del misil enemigo estos serían inmunes. Además, un alcance tan limitido, requeriría construir una cantidad enorme de cañones a lo largo y ancho del país para gozar de defensa antimisil. Vean, para hacerse una idea, el siguiente gráfico en el que se superponen los alcances de las diferentes defensas antimisiles y antiaéreas en Filipinas.
2) La segunda razón de que tendrá una función limitada, es que no pueden atacar blancos que maniobren. Dado que los proyectiles de los EMRG casi no pueden maniobrar, no pueden ser efectivos contra misiles de crucero que puedan maniobrar en la fase terminal, contra aviones, etc. Por ese motivo, la estructura de una defensa antimisil no puede estar basada solamente (ni mayoritariamente) en cañones electromagnéticos. Las intalaciones antimisiles de los EMRG podrían ser atacadas y destruidas por misiles de crucero, dejando luego el camino expedito para los misiles balísticos (que sí pueden interceptar los EMRG en su fase terminal de 20 o 30 millas náuticas).
Vean esta representación de ataque con misiles de crucero hipersónicos, que tienen una alta capacidad de maniobra en la fase terminal, contra Guam por parte de China.
3) La tercera razón es que los EMRG tienen una cadencia de disparo muy baja, de solamente 6 o 10 disparos por minuto, comparados con las varias decenas de disparo por minuto que pueden hacerse con los misiles. Por lo tanto, un ataque de varios misiles balísticos podría saturar fácilmente un sistema de defensa antimisil de cañones electromagnéticos. La saturación sería fácilmente lograda tanto por la escasa cadencia de disparo como por el alcance limitado de los EMRG. Un sistema con mucho más alcance como el THAAD, podría derribar muchos más misiles por tener más tiempo para derribarlos (debido a su alcance superior) como a que puede realizar muchos más disparos por minuto.
Vean los siguientes cuadros que comparan varios sistemas antimisiles según cadencia de disparo, coste, alcance, tipo de objetivos que pueden destruir (recordar que los EMRG no pueden derribar misiles de crucero que puedan maniobrar) y el tipo de guía para destruir el objetivo.
4) La cuarta razón es el coste. Aunque es verdad que la munición de los EMRG es mucho más barata que la de los ESSM, THAAD, etc, se pasa por alto que el sistema de misiles en desarrollo AI3 (basados en componentes baratos de misiles existentes, como el sidewinder) bajarán mucho el coste de cada misil a unos 100.000 dólares cada uno, además que tendrá mucho más alcance (de 50 a 60 millas) y con mucho más cadencia. Es verdad que sigue siendo más caro que los 25.000/50.000 de la munición de los EMRG, pero ya no estamos hablando de misiles de millones de dólares.
Para colmo, en distancias de cero a treinta millas náuticas, hay sistemas tan o más baratos y con mucho más cadencia de disparo que los del de los EMRG. Por ejemplo, la munición de los EMRG (el HVP) también podrá usarse en cañones de artillería corrientes, por lo que integrados en un sistema de defensa aérea, se podría posicionar a un precio módico baterías de artillería de campaña en función antiaérea. Aunque los HVP en bocas de artillería corriente se emplearían para alcances de 10 a 20 millas, lo cierto es que al poder ser usados en piezas de artillería corriente, se podrían desplegar en mucha mayor cantidad de defensa antimisil que con los caros y complejos EMRG. También hay que recordar que actualmente el cañón de un EMRG necesita ser reemplazado después de varias decenas de disparos (que es un proceso lento que deja inoperativo el sistema).
En la siguiente imagen puede verse el tamaño real de un HVP; en la de debajo los sabot que usarán los HVP dependiendo del cañón desde donde se disparen, así como sus alcances (disparados contra objetivos en superficie), cadencia de disparo, etc.
La realidad del futuro de la defensa antimisil en la fase terminal.
Por todos esos motivos, la defensa antimisil que se planea para el futuro en la fase terminal balística (recordar que también hay defensa antimisil para el curso medio y en su fase de ascenso), tanto embarcada como en tierra, será una mezcla de misiles de diferentes alcances, lásers (SSL), munición HVP disparada desde cañones convencionales y cañones electromagnéticos, y sistemas de defensa de punto como con el cañón CIWS Phalanx y los misiles RAM.
Con dicha arquitectura defensiva, se intenta contrarrestar de manera económica, la proliferación de misiles de crucero, misiles balísticos y drones, que abundan cada vez en mayor cantidad, menor precio y una capacidad de precisión que antes solo estaba disponible para grandes potencias como EEUU (recordar lo poco precisos que fueron los SCUD que usó Sadan Hussein durante la guerra de 1991). En los tres diagramas siguientes puede verse tal tipo de defensa futura (en los que los EMRG son solo un arma entre varias)
En las tres imágenes siguientes, se desglosa el concepto de incrementar las cargas antimisiles en la distancia corta (hasta poco más de 30 millas), algo que podría hacerse a un precio relativamente muy económico con los nuevos medios (láser SSL, EMRG, HVP, etc), para defender a la fuerza (ojo, solo la fuerza como buques y bases, no se puede defender un país entero con este tipo de defensas de tan limitado alcance). No obstante, en los planes no se contempla la renuncia a la defensa a más larga distancia a la fase terminal balística. Tampoco, evidentemente, implicarán los cañones electromagnéticos que se renuncia a la defensa antimisil en las fases de ascenso y curso medio de los misiles balísticos.
Para finalizar, señalar que el alcance ofensivo de los EMRG será de solo unas 110 millas náuticas, y que el tamaño y peso del proyectil no puede, al ser tan pequeño, atacar eficazmente muchos tipos de objetivos. Por ello, no se puede renunciarse a los alcances muy superiores de la aviación y los misiles balísticos (que tendrían un tiempo de vuelo al objetivo similar a la de la munición HVP disparada desde un EMRG), con la gran capacidad en explosivos o submuniciones que pueden trasportar (muy superior a los del pequepo HVP).
En definitiva, los cañones electromagnéticos o EMRG, de superar la fase de pruebas, estarán en el arsenal futuro y serán útiles, pero estarán muy lejos de ser un cambio revolucionario, de bajo coste y alta efectividad, que anule los arsenales balísticos de Corea del Norte, Irán y mucho menos de Rusia, China.