jueves, 5 de noviembre de 2015

El declive del Ala Aérea de los portaaviones de EEUU.

Los portaaviones de EEUU, debido a la composición de su Ala Aérea típica, tienen cada vez menos capacidad de ataque (peso de las municiones que pueden transportar los aviones de ataque) y menos alcance.

Como es sabido, durante los años 90 (desde la cancelación del A-12) hasta la actualidad, la US Navy ha estado cambiando el Ala Aérea de sus portaaviones realizando falsas economías. El resultado es que de un Ala de unas 90 aeronaves en los años 80 se ha pasado a una de 50. Si en los 80 había una amplia diversidad de aviones especializados con una gran autonomía la mayoría, ahora el Ala está monopolizado por cazabombarderos Hornet y Superhornets, aviones polivalentes de escasa autonomía y una capacidad de carga limitada.

En un entorno mundial cuyo régimen militar es el de la revolución madura en los asuntos militares, la capacidad de ataque antibuque basada en tierra incrementa su efectividad y alcance de forma considerable, haciendo muy vulnerables plataformas como los portaaviones. Que el alcance de ataque a tierra desde los portaaviones sea en la actualidad tan reducido, hace que los grupos de combate de la US Navy queden sin capacidad de contraataque y réplica por el espacio de cientos, e incluso miles, de kilómetros contra las capacidades de la A2/AD china equipada con DF-21, J-20, Tu-22, etc.

Es muy significativo que el actual tipo de ala tenga una gran deficiencia respecto a cuando los portaaviones americanos estuvieron equipados con el bombardero nuclear embarcado A-3 (años 50), o cuando los Intruder y Skyhawk podían ser reabastecidos en vuelo por los KA-3 (años 60).

En el estudio del CNAS titulado Retreat from Range: The Rise and Fall of the Carrier Aviaton, se hace una revisión detallada de la evolución de las capacidades de las alas embarcadas desde los años 20 hasta la actualidad en base a tres parámetros: 1) número de aeronaves, 2) capacidad de carga de municiones de ataque y 3) alcance de los aviones de ataque.

Se ha dicho muchas veces, con razón, que los portaaviones son muy vulnerables en la guerra naval antiacceso y negadora de área actual. El portaaviones, según algunos, podría tener los días contados. Es algo que se escucha en realidad desde los años 80, cuando la URSS puso en jaque a los grupos de combate americanos cuando desarrolló los Tu-22 y los SSGN Oscar y Oscar-II. Ahora que los EEUU tienen el principal foco de su política militar en China (JOAC, AirSea Battle, Third OffSet), se dice que los portaaviones americanos vuelven a ser igual o más vulnerables a cuando lo fueron a fines de los años 80, por lo que sería mejor abandonar los grupos de combates aeronavales por algún tipo de aproximación compensatoria y asimétrica contra China.

El argumento parece muy razonable, pero ello deja que la batalla por el espacio aéreo sería dejada prácticamente en exclusiva a bases en tierra. El problema es que las bases aéreas que tendrían que hacer frente a China (como Kadena o Guam) son mucho más vulnerables a ataques chinos de lo que puede serlo un portaaviones. Si se reduce el número de portaaviones y no se incrementa su ala embarcada, tanto en cantidad de aviones como en el alcance de los mismos, no habrá nada que se interponga a algún intento chino de controlar el mar de China y el espacio aéreo al rededor de Taiwán (una vez destruyese las bases aéreas). Sin superioridad aérea, cualquier aproximación militar de EEUU a China está condenada al fracaso. La solución, por lo tanto, sería la de unos portaaviones con aviones embarcados más grandes o que pudieran operar a mucha más distancia que la actual y con más capacidad de permanencia (aviones no tripulados). En cualquier caso, son las pobres características del F-35 en cuanto a alcance, su casi nulidad en cuanto a combate aéreo (ver aquí y aquí) y su limitada capacidad de carga, lo que verdaderamente condena a los portaaviones americanos actuales frente a un posible conflicto futuro con China o cualquier país costero con capacidades A2/AD.

A continuación, las imágenes del citado estudio del CNAS que ilustra la evolución del ala embarcada en los portaaviones de EEUU, así como las posibles opciones para un futuro próximo.













¿Ataca poco Rusia al Estado Islámico?

La propaganda mediática occidental no se cansa de repetir que los rusos casi no bombardean al Estado Islámico, concentrando sus ataques aéreos contra los rebeldes; que Rusia no está interesada en combatir al Califato, etc.

Todo eso es mentira y lo reconocen con la boca pequeña los mismos americanos. EEUU, durante el mes pasado, hizo unos 100 ataques aéreos, todos contra el Estado Islámico. Rusia hizo más de 800 ataques aéreos, de los que (según el propio Pentágono) entre el 10% y el 15% fueron contra el Califato. Hagan números, el Pentágono está diciendo que Rusia ha hecho, por lo menos, entre 80 y 120 ataques aéreos contra el Estado Islámico. Es decir, Rusia podría estar atacando más al Daesh que EEUU.

También es común leer que Rusia no está interesada en la guerra con el Califato y que sólo se limita a hacer avances territoriales contra los rebeldes. Eso es algo que de nuevo es falso. El objetivo inmediato de la intervención rusa es controlar el área de Aleppo. Según algunos informes, fue en Aleppo comenzó la intervención rusa en Siria a mediados de septiembre (antes de los ataques aéreos que se iniciaron el 30 de septiembre) dirigiendo mediante asesores los ataques terrestres contra el Estado Islámico. Concretamente el inicio de la intervención fue al Este de Aleppo, en los combates por la base aérea de Kweires. El objetivo ruso sería conquistar el área de Kweires y asegurar la base aérea, que sería el segundo principal punto de apoyo de las operaciones rusas en Siria después de la base que opera en Latakia. Rusia también hace ataques contra el Estado Islámico en Raqqa y DeirEzzor.

No obstante, los combates por Kweires (y Aleppo) son los principales, allí los rusos (en su coalición con sirios, iraníes y combatientes de Hezbolá) combaten intensamente contra el Estado Islámico. De hecho ello ha provocado que el Califato esté lanzando contraataques muy violentos tanto en el área de operaciones de Kweires (intentando tomar Safira hace una semana), así como intentando controlar la carretera que va de Hama a Aleppo (área de Ithariya) e intentando cortar la ruta M-5 en Homs.

Que nadie se engañe, Rusia está en Siria por un doble objetivo: 1) mantener un régimen amigo en Siria que le permita tener las bases en suelo sirio (y un pie en Oriente Medio); 2) atacar e intentar destruir al Estado Islámico al considerar que un triunfo yihadista (sea de yihadista "moderados" como del Califato) sería una amenaza muy grave a los intereses rusos en Asia Central y el Cáucaso. Esos dos objetivos van unidos connaturalmente y Rusia no puede renunciar a ninguno de los dos si quiere tener éxito.

En resumen, ni por el número de ataques aéreos ni por las ofensivas terrestre que apoya, Rusia ataca poco al Estado Islámico, de hecho lo ataca bastante. Hay que destacar que de tener éxito la ofensiva rusa en Aleppo-Kweires, sería el mayor golpe contra el Estado Islámico desde que comenzaron las ofensivas internacionales, por el simple hecho de que cortaría de raíz su línea de comunicaciones que va desde la frontera turca hasta Mosul, pasando por su capital, Raqqa.

domingo, 1 de noviembre de 2015

¿Quedan pocos misiles para frenar a Assad?

Durante los últimos siete días de octubre, las fuerzas rebeldes y yihadistas han disminuido de forma muy considerable el ritmo de disparos de misiles antitanque (ATGM), respecto al muy elevado ritmo de disparos que sostuvieron desde que el día 7 de octubre las fuerzas pro-Assad iniciaran sus ofensivas terrestres para reconquistar terreno a los rebeldes (el famoso día de la masacre de tanques en Hama).

Es muy significativo que, mientras están transcurriendo importantes encuentros y combates en la batalla de Aleppo (en los intentos de las fuerzas pro-Assad por tomar Hader/Al-Eis y romper por Khan Tuman hacia la ruta M-5), los rebeldes, que en ocasiones anteriores hicieron demostración de un uso intensivo e indiscriminado de misiles antitanque (incluso disparándolos contra grupos de infantería), no estén intentando frenar los importantes avances territoriales de las fuerzas del régimen (especialmente los días 30 y 31 de octubre y 1 de noviembre)

En octubre se han disparado 140 ATGM, una cifra récord. Este gran aumento en número de disparos comenzó el 7 de octubre con la susodicha ofensiva en Hama. Del día 1 al 6 se dispararon solamente 3 misiles. Del 7 al 24 se dispararon 124 (6,8 disparos al día de media). Mientras que en los últimos siete días del mes, del 25 al 31 de octubre, se dispararon 13 (1,8 de media). Los días 30 y 31 se dispararon solamente 2 misiles cada día, a pesar de los importantes avances de las fuerzas progubernamentales en dirección Hader.



Dado que, aparentemente, los rebeldes y yihadistas están disparando pocos misiles al mismo tiempo que las fuerzas de Assad  hacen importantes progresos territoriales, no sería descabellado pensar que (quizás) los rebeldes andan escasos de misiles y que por ello no pueden frenar a la variopinta fuerza que apoya la causa de al-Assad. De ser así, las noticias que hablaban que los saudíes habían enviado con carácter de urgencia 500 misiles TOW a los opositores, se habrían encontrado con alguna clase de obstáculo.

Evidentemente, hay que esperar a que pasen algunos días y semanas para observar la situación con más perspectiva y ver que se consolide la tendencia (o no), antes de sacar ninguna conclusión. No obstante, durante estos días me había llamado mucho la atención que el ritmo de disparos fuera tan bajo para los importantes avances proAssad que están ocurriendo en Aleppo y que contrastan mucho con, por ejemplo, los días de ofensiva en Hama el 7 de octubre y en Aleppo el 16-17 de octubre.

viernes, 30 de octubre de 2015

Una posible Revolución Diplomática en la guerra de Siria. Tres objetivos y tres opciones.



La situación de las alianzas y alineamientos en Siria podría sufrir un gran cambio de forma inminente.

Hasta ahora el intricado entremado de alianzas en la guerra de Siria llevaba años sin cambios esenciales. Por contra, lo que que si fue evolucionando fue la magnitud de las implicaciones y apoyos a las distintas facciones en la guerra. Si bien es cierto que cada vez los apoyos y apuestas iban siendo mayores, también es cierto que los alineamientos no cambiaban de forma sustancial. Irán apoyaba a Assad como también lo hacía Rusia; turcos, saudíes y qataríes intentaban derrocarle apoyando a los rebeldes; EEUU y Occidente querían derrocar a Assad y apoyaban a rebeldes y kurdos.

EEUU tenía dos objetivos prioritarios: 1) de 2012 en adelante, acabar con la dictadura de Assad (y con las bases rusas en Siria) y 2) desde julio de 2014 (con la caída de Mosul), contener al Estado Islámico. Para conseguir el objetivo 1, EEUU no dudó en apoyar directa o indirectamente a grupos yihadistas, incluso asumiendo el riesgo de que en Siria pudiese instaurarse un Emirato salafista. Esto no es ninguna conspiranoia, el por entonces director de la DIA (general Flynn) ya se opuso en 2012 a seguir el modelo libio por el riesgo que terminara surgiendo un Emirato salafista, cosa que ha terminado sucediendo con el surgimiento del Estado Islámico(1). Es decir, el objetivo 2 es un hijo bastardo de la fallas de la estrategia del objetivo 1. Para implementar la estrategia para conseguir el objetivo 1, se darían armas a la oposición aun sabiendo que muchas acabarían en manos de yihadistas u operadas por no yihadistas pero empotrados en grupos yihadistas (como ha sucedido con los misiles TOW del FSA disparados en unidades empotradas en Al-Nusra). Al mismo tiempo se intentaría formar una milicia siria dirigida por EEUU, que sería el representante de los intereses americanos en las negociaciones político-militares durante la guerra y el posconflicto, algo que finalmente terminó fracasando de forma miserable en el verano de 2015.

El plan americano y de sus aliados turcos, saudíes y qataríes, de dar apoyo a los rebeldes para conseguir el objetivo 1, parecía estar logrando su objetivo de destruir las fuerzas de Assad, culminando importantes victorias militares en Idlib y otros lugares que dejaron a las fuerza pro-Assad al borde del colapso.

Los árabes y/o suníes (Arabia Saudí, Qatar, Turquía), en su particular guerra fría contra Irán y los árabes chiíes, tampoco hacían remilgos en apoyar a casi cualquier grupo de yihadistas que no fuera el Estado Islámico. Su objetivo, además de derrocar a Assad, era evitar la conformación de un arco chií desde Irán a Líbano que daría la preeminencia geopolítica regional a los iraníes, algo que podríamos denominar como objetivo 3. Es decir, esta coalición de intereses además de tener los objetivos 1 (derrocar a Assad y acabar con las bases rusas en Siria) y 2 (contener o destruir al Estado Islámico), tienen un objetivo 3 (impedir el surgimiento de un arco chií e iraní en la región).

Con las derrotas de Assad y la intervención de las monarquías del golfo en Yemen para acabar con los houthis revolucionarios chiíes, Arabia Saudí intentó hace unos meses en la Liga Árabe conformar una Fuerza Árabe Conjunta para intervenir contra los iraníes allí donde hiciera falta (pensando como primer objetivo Siria). Turquía, aunque no formaría parte de dicha fuerza, apoyaría políticamente esa fuerza y actuaría militarmente también de forma conjunta con la fuerza árabe para terminar de derrocar a Assad.

Por otra parte, hay que resaltar que el objetivo 3 (impedir la creación de un arco chií-iraní) no es perseguido por EEUU. En Irak a EEUU le ha dado igual que Irán controle de facto el gobierno e intervenga militarmente. Podría decirse que en Irak, EEUU solamente persigue el objetivo 2 de derrotar al Estado Islámico, siendo indiferente al objetivo 3, al mismo tiempo que al estar ausente algún dictador que derrocar, no persigue ningún objetivo de clase 1.

A pesar de la euforia inicial que se produjo en Arabia Saudí por su intervención en Yemen y la aparente buena acogida que tuvo la idea de la Fuerza Árabe Conjunta, las ilusiones se desvanecieron rápidamente. La guerra en Yemen se estancó miserablemente y la actitud de Egipto respecto a la Fuerza Árabe Conjunta se enfrió. El mundo árabe suní en realidad no tiene comunión de intereses a la hora de fijar los objetivos prioritarios. Si para Arabia Saudí y Qatar lo principal es derrocar a Assad y contener a los chiíes sirviéndose de yihadistas, para Egipto e incluso Jordania, lo principal es combatir a los yihadistas, dejando lo de derrocar a Assad como algo secundario.

No obstante, a pesar de que el ideal de una fuerza panárabe no fuera posible sin Egipto, las monarquías del golfo y Turquía siguieron adelante con su intención de derrocar a Assad, apoyando masivamente (junto a EEUU) con suministros militares a la oposición de rebeldes y yihadistas. Durante la primavera y verano de 2015, el plan parecía que iba a lograr su objetivo final de derrocar a Assad de manera irresistible... hasta que sucedió un acontecimiento que lo cambió todo: la intervención militar de Rusia en Siria. Intervención rusa que estuvo mediada y planeada de forma conjunta con Irán.

Irán tiene como objetivo ser la potencia predominante en la región, un objetivo que se hunde en las raíces milenarias persas, así como por el sempiterno conflicto entre chiíes y suníes dentro del Islam. Teherán busca crear una gran continuidad geopolítica desde sus fronteras hasta el Mediterráneo, enlazando a Hezbolá, Siria e Irak con Irán. Sostener al gobierno de Assad era, por lo tanto, imprescindible para que Hezbolá pueda seguir teniendo una retaguardia logística segura. Por ese motivo, la Guardia Revolucionaria iraní y Hezbolá están involucrados directamente en la guerra de Siria. Como todo responde a un plan cuyo objetivo es crear un arco chií en la región, también hay milicias iraquíes chiíes (auspiciadas por Irán) que luchan en Siria del lado de Assad.



No obstante, aunque Irán y Hezbolá habían estado interviniendo directamente del lado de Assad, tal apoyo no estaba resultando suficiente para evitar lo que parecía una derrota inminente del régimen sirio. Por ello, los iraníes (principalmente el general Soleimani y los Guardas Revolucionarios)(2), durante este verano, estuvieron cabildeando con los rusos para inducirles a que intervinieran en la guerra en conjunción con ellos y darle la vuelta a la situación militar. Finalmente los rusos intervinieron en conjunción y alianza con los iraníes, pudiéndose observar sobre el terreno múltiples muestras de que actúan conjuntamente. La intervención rusa y los refuerzos iraníes han logrado el objetivo inicial de dar la vuelta a la situación militar y evitar el colapso del régimen. El propio Jefe de Estado Mayor Conjunto de EEUU lo ha reconocido públicamente en el Congreso: las fuerzas pro-Assad han pasado de encarar un desmoronamiento inminente a ser los más fuertes y empezar a retomar terreno a los rebeldes a lo largo y ancho del teatro de operaciones(3).

El éxito de la intervención ruso-iraní en estabilizar la situación militar ha puesto los objetivos y la estrategia americana en un callejón sin salida, ya que mientras Irán y Rusia intervengan de manera suficiente, Assad queda blindado y su derrota militar resulta inviable. La única alternativa es una confrontación directa con Rusia, algo que las potencias de la región no pueden hacer por sus propias carencias militares. Pero aunque es una opción que sí está al alcance de las capacidades americanas, su costo (riesgo de una guerra nuclear) lo hace políticamente inaceptable.

El callejón sin salida que ha significado la intervención rusa para EEUU, un auténtico "end game", ha hecho que en Washington se vuelva a la situación de 2011/12, cuando se discutían los objetivos americanos en Siria. Los que triunfaron entonces, que presionaban por derrocar a Assad (el objetivo 1) mediante una estrategia igual a la que se siguió en Libia en 2011 (el liderar desde atrás a yihadistas)(4), ahora se han quedado sin argumentos, ya que la única manera de no perder la guerra es una confrontación directa con Rusia. Y viceversa, los que se oponían a dicha estrategia ahora han recobrado peso.

El único problema es que abandonar la estrategia que EEUU sigue desde 2011/12 supone un cambio que significaría una auténtica Revolución Diplomática(5) en la guerra siria (opción que barajan algunos analistas), ya que implica abandonar como objetivo prioritario el derrocar a Assad, al ser ese un objetivo inviable. La nueva situación implica abandonar el objetivo 1 y quedarse EEUU persiguiendo solamente el objetivo 2, siendo indiferente al 3. O lo que es lo mismo, un escenario en Siria igual al iraquí pero con Rusia operando sobre el terreno. Si finalmente EEUU se decanta por un escenario en Siria como el iraquí, significaría cooperar con rusos e iraníes a la vez que se desprecian los intereses de saudíes, qataríes y turcos. Si los turcos, saudíes y qataríes siguen con sus intenciones de perseguir el objetivo 1 apoyando a los rebeldes (y atacando Turquía a los kurdos apoyados por EEUU), ello los pondría en rumbo de colisión con EEUU y Rusia. Ese cambio en los objetivos americanos significaría una revolución diplomática porque EEUU pasaría a cooperar con Rusia e Irán en vez de enfrentarse a ellos. A su vez EEUU pasaría a enfrentarse a Turquía y Arabia Saudí u obligarlos a aceptar el nuevo juego.

No obstante, lo anterior es sólo un escenario entre muchos otros escenarios posibles. Para hacer un resumen, podrían esquematizarse las opciones americanas más plausibles después de la intervención rusa del siguiente modo.

A) Perseguir tanto el objetivo 1 de derrocar a Assad (y eliminar las bases rusas) para de esa manera reducir la influencia rusa e iraní, como conseguir el objetivo 2 de la destrucción del Estado Islámico (ya no su mera contención como se hacía hasta ahora). Para ello EEUU tendría que seguir la estrategia actual de apoyar a yihadistas, añadiendo además el enfrentamiento directo con Rusia y desplegar alguna suerte de fuerza militar terrestre, para tener al mismo tiempo la capacidad suficiente de destruir al Califato y derrocar a Assad derrotando a iraníes y rusos.

Esta opción, como se indicó anteriormente, aun siendo posible es políticamente inasumible por ningún gobierno norteamericano, dado el riesgo nuclear de enfrentarse a un interés vital ruso.

-. Es decir, la opción A implica que EEUU persigue los objetivos 1, 2 y 3 (derrocar a Assad, destruir al Estado Islámico e impedir el surgimiento de un arco chií-iraní apoyado por Rusia).

B) Renunciar al objetivo 1 pero intentando dividir a la alianza ruso-iraní, proponiendo un gobierno de Assad que incluya miembros de los rebeldes pero echando del país a Hezbolá e Irán, a la vez que se da garantía a los rusos de conservar sus bases en Siria. A continuación, uniendo esfuerzos americanos, rusos, sirios y kurdos, perseguir el objetivo 2 de destruir al Califato así como de destruir también a los yihadistas y rebeldes que se opongan al acuerdo.

Esta opción, aunque es posible, la considero poco probable porque Irán y Hezbolá son actualmente imprescindibles en los equilibrios internos en Siria. Una vez se ausentes los iraníes, nada impediría que los rebeldes que se alzaron contra Assad vuelvan a hacerlo, esta vez con éxito al estar el ejército sirio muy debilitado. Además, la fuerza iraní y de Hezbolá presente en Siria es imprescindible para atacar y vencer al Estado Islámico, tal y como ocurre en Irak.

-. La opción B implica que EEUU persigue los objetivos 2 y 3 mientras renuncia al objetivo 1.

C) Renunciar al objetivo 1 (no derrocar a Assad y/o garantizar la permanencia de las bases rusas) sin tratar de destruir la alianza ruso-iraní, persiguiendo el objetivo 2 de destruir al Califato.

Ello significaría que EEUU se implicara con alguna suerte de fuerza terrestre aunque con el único objetivo de destruir al Estado Islámico. Sería una intervención relativamente limitada y no un gran despliegue, a la vez que también tendría un área de operaciones restringido al Norte de Siria y quizás Ramadi, tal y como reza la nueva estrategia americana de las tres r (Raqqa, Ramadi y Raids). Al mismo tiempo significaría la marginación y derrota de las aspiraciones de Turquía y las monarquías del golfo. Siria se convertiría en una nueva Irak pero con un Assad en el poder (aunque quizás podría darse el caso de un Abadi sirio que sustituyese a Maliki/Assad).

-. En resumen, la opción C implica que EEUU solamente persigue el objetivo 2 (destruir al Califato) mientras renuncia a los objetivos 1 y 3 (derrocar al régimen de Assad e impedir la emergencia del arco chií-iraní apoyado por Rusia). Es decir, un escenario similar al iraquí.

Que Irán haya sido invitada a las negociaciones del viernes en Viena para negociar el fin de la guerra en Siria, parece indicar que los americanos están escogiendo la opción C. Que Egipto también haya sido invitado (país que se alinea con la tesis de enfocarse en el Estado Islámico y ser indiferente respecto a la permanencia de Assad) también abunda en la idea de que EEUU está intentando implementar la opción C.

De terminar siendo así (ya que esto es por el momento sólo una especulación), significaría toda una revolución diplomática en el conflicto y en la geopolítica de la zona. EEUU habría sido derrotado en su objetivo inicial de derrocar a Assad y ganar influencia contra Rusia. La influencia de Rusia e Irán se acrecentaría al ser los garantes del nuevo orden regional, ya que son ellos los que han conseguido hacerse con la capacidad de veto. Los grandes perdedores serían las monarquías del golfo y Turquía, ya que de facto Irán habría logrado conformar su ansiado arco chií. No obstante, Irán no sería ninguna potencia hegemónica regional, ya que su posición depende del apoyo ruso y de que no sea percibida como una gran amenaza por EEUU, Israel y la propia Rusia. Si Irán intentase pasarse de la raya, Rusia podría cambiar su alineamiento de respaldo a Irán y pasar a apoyar al resto de poderes regionales y a EEUU. Eso fue exactamente lo que le ocurrió a Irak cuando trató de convertirse en un hegemón regional: que la URSS dejó de apoyarlo y aprobó las resoluciones del Consejo de Seguridad para echar a Irak de Kuwait. Ese ejemplo es algo que cualquier aspirante a hegemón regional (Irán) no debe olvidar nunca. Aunque por otra parte, es de sobra conocido que a pesar de la experiencia histórica el hombre sigue cometiendo los mismos errores una y otra vez, errores de cálculo que podrían cometer los decisores iraníes.

No obstante, por el momento, eso sólo son cábalas sobre un futuro incierto. Lo único cierto ahora es que Rusia e Irán han intervenido de manera decisiva en Siria, dando un vuelco a la situación militar en favor de Assad y cambiando completamente las reglas del juego, hasta el punto de que tal intervención significa un bloqueo a todos los planes (han logrado lo que en Ciencia Política se conoce como capacidad de veto). Pero que 1) la situación se quede en tablas indefinidamente con una guerra que no termina de ganar nadie (que sería una suerte de Opción D) o 2) que se conforme un nuevo juego (la revolución diplomática) como parece que se está intentando, es algo en realidad incognoscible, aunque en mi opinión es la opción C (la revolución diplomática) la que tiene más probabilidades de imponerse finalmente.

sábado, 29 de agosto de 2015

La subida de tipos de la FED y las tres posturas básicas al respecto.



1) En este vídeo se explica bastante bien como los ciclos de la bolsa preceden y predicen los ciclos en la economía real.

Por lo tanto, una vez la economía real entra en fase de recuperación y en velocidad de crucero tras el despegue, lo lógico y normal es que las bolsas caigan. Con las condiciones monetarias endureciéndose, las bolsas sobrevaloradas (con rentabilidades limitadas) por el efecto de los QE , y la rentabilidad en las inversiones en la economía real mejorando por el auge económico, tendría que haber un trasvase de recursos financieros desde las bolsas y los bonos, al crédito de empresas y particulares.

Esta sería la postura de la FED y los acontecimientos actuales estarían indicando que hay que empezar a subir tipos de interés (y ni hablar de un QE4).

2) Después vienen los Ray Dalio diciendo que lo que hace falta es un nuevo QE para salvar a los mercados. Pretenden que el casino de la bolsa sustituya la economía real y auténtica, la que genera bienes y servicios.

Quieren una economía de casino bursátil siempre ascendente y nuevas medidas de QE, sin importar que eso retrase la recuperación económica o fastidiase la economía de la gran mayoría de la gente de la calle. No dicen que un nuevo QE produciría una disminución del crédito y la inversión para la producción de bienes y servicios y el consumo, ya que el dinero se iría hacia el mercado bursátil por las subidas esperadas que produce el QE (independiente de todo PER y expectativas de negocio, ingresos y beneficios netos).

3) Otra cuestión, que difiere de las visiones tipo Ray Dalio pero coinciden en que tendrá que venir igualmente un QE4, es la que sostienen personas tipo Peter Schiff. Ellos dicen que en realidad las políticas de flexibilización cuantitativa de estos años no han servido para encauzar la economía, sino que crearon una nueva gran burbuja que impidió el ajuste y depuración necesarios de la burbuja anterior.

Los ZIRP, LSAP y QE no sirvieron para encauzar la inversión y el dinero desde la trampa de liquidez y el credit crunch hacia la economía real, sino que distorsionaron el mecanismo de precios e indujeron a realizar una gran cantidad de inversiones relativamente poco rentables que, una vez se normalicen las condiciones monetarias, generarán una oleada de impagos y una nueva crisis y quiebra del sistema financiero.

Por ese motivo, según ellos, el QE4 será inevitable y simple cuestión de tiempo. Las cifras de recuperación económica, dicen, serían un espejismo, por lo que si se se escarba un poco en ellas y algunos fundamentos, se observaría que la recuperación tiene los pies de barro y las cifras de demanda entrarían con relativa rapidez en una nueva recesión (una vez acabasen los estímulos monetarios y se endureciese la política monetaria, que es la fase en la que actualmente estamos).

4) Estas son algunas de las cuestiones esenciales que hay que tener presente para interpretar la realidad de la actual coyuntura económica. Por ese motivo, es tan preocupante el hundimiento de la bolsa china (porque está anticipando un catacroker económico). Por ese motivo, los análisis que decían que no iba a haber problemas en la bolsa americana estaban tan errados (los va a haber ya sea porque la economía real americana vaya a mejor o por si esa mejoría es una mejoría burbuja que explotase), algo que de hecho muchos indicadores estaban mostrando.

No obstante, como siempre digo, es imposible predecir el futuro de nada. No sabemos si la FED va a subir los tipos de interés o no, tampoco sabemos si puede haber un nuevo QE o no, y ni sabemos exactamente qué está pasando en la economía americana real (la que produce bienes y servicios) ni el porqué está haciendo lo que hace (¿se recupera de verdad o es una burbuja a la que no le queda mucho por explotar?).

Esto es lo que hay. Por ese motivo, lo que vaya a ocurrir durante los próximos meses probablemente vaya a ser crucial e histórico (como, por ejemplo, la continuidad o la ruptura de Chimerica).

martes, 4 de agosto de 2015

El crash de la bolsa china y su posible frenazo económico


La madre del cordero del desencadenante de la crisis bursátil en China, está en si las previsiones de crecimiento económico para 2015 que se muestran en el gráfico son creíbles.

Puede observarse que para crecer entorno al 7%, el consumo tendría que aumentar considerablemente respecto el año anterior para sostener la actividad económica interna (lo que necesariamente implica más importaciones de bienes de consumo). En ese entorno de incremento de las importaciones de bienes de consumo, la aportación neta del sector exterior también tendría que hacerse positiva para añadir puntos al PIB: la disminución de las cantidades de materias primas y de sus precios (inducido respectivamente por 1.- la menor inversión china y 2.- la caída de los mercados internacionales de commodities) debería ayudar a ello, pero que las cifras del sector exterior del gráfico sean realistas, es otro foco de escepticismo sobre la verdadera marcha de economía de China.

El pinchazo en curso de 1) la enorme burbuja inmobiliaria y de 2) el excesivo nivel de deuda en el que había incurrido el tejido productivo chino (generando una posible gran burbuja de empresas sin tasa se retorno suficiente para pagar intereses y quizás ni el principal de las deudas) es lo que, se tiene que suponer, está detrás de la gran disminución de la inversión en el PIB de China que se muestra en la barra del año 2015 del gráfico.

En resumen, las autoridades chinas (como es sabido) están queriendo pinchar las grandes burbujas que se habían creado en su país estos últimos años. Pero para evitar la aparición de paro y la consiguiente recesión económica, se han propuesto desesperadamente que el crecimiento económico y la tasa de actividad la sostenga el consumo interno (sin incurrir en déficits por cuenta corriente).

Ese intento de que fuera el consumo el que tomara el protagonismo en el crecimiento del PIB, es lo que hubo detrás del fuerte impulso a las bolsas que dio el gobierno chino hace un año. Querían que muchos ciudadanos se metieran en una bolsa alcista para incrementar su sensación de riqueza y así estimularles a que consumieran: lo que en economía se conoce como Efecto Riqueza.

En ese contexto se entiende la gravedad de lo que ocurre con las bolsas en China. Los fundamentales de la economía pueden ser peores de lo que la gente y empresas creían, lo que les habría llevado a disminuir la actividad más de lo esperado anteriormente por las expectativas decrecientes y el miedo a insolvencias. Eso hace que, por ejemplo, muchas de las empresas salidas a bolsa no fueran una buena inversión, iniciándose la retirada de dinero de las bolsas y anulando el Efecto Riqueza a los consumidores que esperaban las autoridades.

El temor es que el crecimiento económico sea sensiblemente inferior al que muestra ese gráfico, generándose paro y la aparición de capacidad ociosa, uniéndose ello al pinchazo de varias burbujas de inversión que podrían ser el origen de una muy grave crisis de deuda. Es decir: la antesala de una grave recesión o incluso una depresión, si no se toman medidas económicas extremas en caso de seguir empeorando el panorama y materializarse el runrún que hace un tiempo persigue a la economía china.

En conclusión, lo de las bolsas no es tan importante aisladamente, lo importante es si el cambio de modelo de crecimiento económico (de pasar de la inversión al consumo) se está produciendo éxitosamente o no, porque el pinchazo de las burbujas de inversión unido a una caída del consumo, llevaría a la recesión, el paro y una crisis de deuda a la griega o española.

martes, 14 de abril de 2015

Armas nucleares rusas y la estrategia americana.

El futuro incierto del arsenal nuclear ruso.

Rusia no podrá, probablemente, mantener el ritmo que le gustaría en la modernización y reemplazo de su fuerza estratégica. Tiene un problema industrial en cuanto a las cantidades de misiles balísticos intercontinantales terrestres que podrá fabricar y poner en servicio, así como en misiles de lanzamiento en frío submarinos, también intercontinentales y balísticos.

No obstante, en EEUU alucinan (como se insinúa en este artículo del The National Interest) si esperan que eso signifique que las cantidades de cabezas nucleares en servicio van a caer por debajo de las 1500. Rusia tiene relativamente fácil convertir sus Topol-M en vectores MIRV y poner sobre raíles varios de sus ICBM también con MIRV. Para ello Rusia tendría que salirse de los límites del tratado START, cosa que me temo hará dada la situación militar en su extranjero cercano, los desarrollos doctrinales y materiales en disuasión convencional y ataque global inmediato en EEUU, y el despliegue de defensas antimisiles en Europa.

La fuerza nuclear estratégica rusa estará lejos de los gloriosos días de la Unión Soviética y el Ejército Rojo, pero no es, ni será por un tiempo, una fuerza hueca. Especialmente con la política militar de Obama, porque si se hubiera seguido como hasta 2008, EEUU ya estaría cerca de la superioridad nuclear y estratégica absoluta respecto a Rusia. Pero mientras el marica de los drones y similares gobiernen en Washington, Rusia seguirá teniendo fácil compensar su inferioridad nuclear relativa.

El arsenal nuclear ruso y la defensa antimisil de EEUU.

En un mundo dónde 1) el tamaño de los arsenales nucleares es mucho más pequeño que durante la guerra fría y 2) el uso probable del arsenal ruso será el de "desescalar" guerras, el interés estratégico de EEUU es limitar la eficacia disuasiva de ese limitado arsenal que tendrá un uso también "limitado".

Como se indica en este artículo del Lexington Institute, la mejor forma que tiene EEUU de hacer tal cosa, no es tanto mejorando su fuerza de segundo ataque o incrementando la eficacia de su arsenal de primer ataque, sino la de desplegar una buena defensa antimisiles que disuada el "primer uso" que pueda hacer Putin de sus armas nucleares (o de ascender por los primeros peldaños de la escalera nuclear).

La fórmula es sencilla: defensa antimisiles para dominar la escalada nuclear. De ese modo, toda la doctrina estratégica rusa se desmoronará sobre sí misma sin dispararle un tiro.

Pero hoy todo se hace al revés y EEUU (y la OTAN/UE) se lanza a la conquista del Este europeo sin estar preparado militarmente ni en el aspecto convencional ni en el estratégico. En ese caso, la disuasión fracasará y Rusia invadirá (ya lo ha hecho en Ucrania y Georgia) y si los errores de cálculo estratégico de los occidentales continúan, llegaremos al momento del correctivo nuclear contra inconscientes de los burócratas de Bruselas (Washington son palabras mayores) y sus secuaces.

Armas nucleares y la Tercera Estrategia de Compensación (Offset)


En este interesante papel del CNAS, alerta de la dejación que se está haciendo en plano doctrinal en la nueva estrategia americana de "compensación" respecto a las armas nucleares.

Académicamente, además de en la doctrina y papeles oficiales, es clamoroso que no se está produciendo la suficiente cantidad de estudios sobre disuasión y control de la escalada en el nuevo entorno estratégico. Desde el final de la guerra fría, este es un aspecto de los estudios estratégicos y de seguridad que no recibe la atención suficiente, máxime cuando en la actualidad el equilibrio de poder entre las grandes potencias se ha calentado tanto.

Particularmente interesante en este papel, es la explicación de cómo podría emplear Rusia su capacidad nuclear para imponer zonas de exclusión y antiacceso sobre el Este y Centro de Europa, con sistemas antiaéreos de gran alcance y armas de ataque stand-off situadas en Rusia. El arsenal nuclear ruso dejaría su territorio como santuario desde el que atacar, con las armas antedichas, el aérea de operaciones que considere necesario.