domingo, 30 de marzo de 2014

El tiempo se agota para la diplomacia en la crisis ucraniana.

Hoy Domingo se reúnen Kerry y Lavrov para tratar de llegar a un acuerdo sobre el asunto ucraniano. Aunque siempre es imposible predecir ningún resultado en esta clase reuniones políticas, lo cierto es que las condiciones en las que se plantea no parecen demasiado propicias para que EEUU y Rusia lleguen a un acuerdo. Las posturas no parecen reconciliables sin que alguna de las dos partes ceda en lo esencial. Este es un asunto estratégico de suma cero y los resultados "ganar-ganar" no son posibles.

En contra de lo que dicen algunos analistas como Jesús Núñez, aquí no se sigue ningún guión preestablecido. Una partida de ajedrez no es una coreografía de baile, y todo este asunto nos ha estallado en la cara a los occidentales por no entender las implicaciones estratégicas de las relaciones de la UE y la OTAN con Ucrania, y que meterse en el patio trasero de Rusia, en su esfera de influencia, es provocar guerras, anexiones, intervenciones militares, etc. Pretender que la anexión de Crimea responde a un guión es sustituir el análisis estratégico por la conspiranoia de una suerte de plan preestablecido. No hay guión, y las líneas de esta historia se improvisan a cada paso. Si se siguiese un guión eso significaría que habría un régimen de seguridad que hubiese evitado la actual crisis en curso. Es más, puede ocurrir que aunque se siguiese un régimen de seguridad, como lo fue durante la guerra fría (el ejemplo supremo de régimen de seguridad) no significa que no hubiese un conflicto. Pero ahora no tenemos tal régimen, por lo que hay que deducir que la situación actual no es como la guerra fría, es peor. No obstante, el conflicto estratégico entre poderes normalmente no llega a la guerra, esta siempre es con diferencia la solución peor y más cara, la ultima ratio, y la consecución de la política por otros medios es el fin de un proceso y nunca un estado permanente.

Los objetivos rusos para Ucrania son los siguientes. 1) Ucrania debe permanecer neutral (no entrar en la OTAN), 2) el referendum y anexión de Crimea han de ser respetados, 3) constitución federal, 4) el ruso lengua oficial junto al ucraniano 5) elecciones locales y nacionales para legitimar los nuevo liderazgos, 6) desbandar a los grupos de extrema derecha que realizaron el putsch del 21 de febrero. Para supervisar tales acuerdos ha de crearse un grupo de apoyo que supervise tal acuerdo.

Por contra, EEUU teme la constitución federal en Ucrania, y según la conversación de Obama y Putin de este viernes, la posición básica americana es que Rusia se retire de Crimea y que se desplieguen observadores internacionales para garantizar el derecho de las minorías. Es evidente que no puede haber término medio (es un todo o nada) en dos de los puntos más importantes: el de la neutralidad ucraniana y el de abandonar Crimea. U Obama cede en los puntos esenciales o no habrá negociación posible.

Como señala Andranik Migranyan, la solución a esta grave conflicto pasa porque EEUU vuelva a respetar la esfera de influencia rusa sobre Ucrania. Es evidente y muy sencillo de comprender (o debería serlo) que todo este tema nos ha explotado en la cara a los occidentales por no respetar la esfera de influencia rusa. Rusia está dispuesta a hacer lo que sea para volver a poner a Ucrania en su esfera. Y como eso es así, mejor dárselo a Rusia por las buenas que forzarla a hacerlo por las malas. Ello llevaría a una guerra en Ucrania que podría degenerar en una situación muy grave si esta guerra se estancase, podría invitar a una intervención militar polaca o francesa (tal y como alertó Fabius) con la esperanza de arrastrar detrás a parte de la OTAN y a EEUU (tal y como sucedió en Libia). Tales errores de cálculo, como ha quedado claro con Fabius, están bastante presentes en las mentes de los líderes mundiales, líderes que son capaces de declarar  públicamente disparates que llevarían a una guerra general en Europa.

Como decía Brzezinski, Rusia necesita a Ucrania en su esfera de influencia para ser una gran potencia en Europa. Por lo tanto, si Rusia quiere seguir siéndolo y no consigue que sus propuestas del grupo de apoyo sean aceptadas, tendrá que lograrlo mediante la intimidación directa a Ucrania, y si esto no funciona, tendrá que invadirla directamente. Podría ocurrir que Rusia decida no asumir ese coste, pero entonces dejaría de ser la gran potencia que creía que podría ser. Estos son dilemas políticos que no tienen un resultado mecánico y es imposible hacer ninguna clase de predicción a ciencia cierta, pero la determinación que muchas veces ha demostrado Putin hace pensar que es más probable que Rusia se arriesgue a la invasión que a perder su estatus de gran potencia (en el caso que la salida negociada para mantener a Ucrania en la esfera rusa no sea posible).

La perspectiva de una invasión tampoco es una idea remota y un vestigio atávico de nostálgicos de la guerra fría o los años 30. Son hechos que los propios ucranianos aceptan, y que tras el shock inesperado de la anexión de Crimea (inesperado por la desinformada comunidad de inteligencia y diplomática americana y occidental) el propio SACEUR y la inteligencia americana admiten. Mark Galeotti (experto en temas militares rusos) escribe un interesantísimo post en su blog de cómo sería una invasión rusa de Ucrania. El consejero de seguridad nacional ucraniano advierte de la "operación primavera rusa" con la que los rusos sublevarían las regiones del Sur y Este ucranianos para preparar la invasión terrestre con la enlazar Rusia, Crimea con Tranistria. También se especula con que la operación tendría que contar con una invasión convergente desde la misma Tranistria, principalmente con fuerzas especiales y aerotransportadas, para tomar Odessa. Es más, esta semana han habido bastante noticias de la concentración de dichas fuerzas especiales en esa región secesionista moldava (encendiendo todas las alarmas). El tiempo corre en contra de Rusia, cada día y semana las fuerzas de defensa ucranianas estarán mejor preparadas, y algunos analistas señalan que el tiempo se le acaba a Putin, estableciendo la ventana de oportunidad para invadir Ucrania entre el 1 abril (cuando comienzan a completarse las unidades militares rusas con reclutas) y el 25 de mayo (fecha de las elecciones presidenciales en Ucrania.

En resumen, hay una serie limitada de resultados en esta crisis: 1) que EEUU acepte la vuelta de Ucrania a la esfera de influencia rusa obligando al liderazgo ucraniano aceptar todas o las mayorias de las exigencias del documento del grupo de apoyo, 2) que Rusia se resigne a perder Ucrania (dejando de ser una gran potencia regional europea), 3) que Rusia no pueda imponer sus objetivos pacíficamente y tenga que invadir Ucrania (con éxito), 4) que la invasión se estanque y/o intervengan algunas potencias de la OTAN produciéndose una situación explosiva e imprevisible.

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