jueves, 27 de marzo de 2014

El equilibrio perdido (y el realismo político olvidado).

Inspirándonos en Hedley Bull (la figura central de la Escuela Inglesa) podría decirse que hay dos reglas básicas para comprender cómo se produce el orden (y desorden) en la sociedad internacional (sociedad que está dominada por las grandes potencias). 1º) Las grandes potencias han de mantener cierto equilibrio de poder entre sí (añadiendo al esquema de análisis conceptos tales como el equilibrio de amenazas, el equilibrio del terror en equivalencia esencial, etc), para generar con ello una situación estratégicamente estable (que no haya incentivos para atacar primero e iniciar una guerra) quedando lo político-militar estancado aunque pacíficado. Bajo esta premisa, las grandes potencias si quieren garantizar la paz, no buscarán la superioridad militar entre sí, ni tampoco permitirán que su poder decaiga demasiado. 2º) Respetando las esferas de influencia mutuas y no injiriendo en ellas. Las grandes potencias tienen necesidad de esferas de influencia porque no sólo buscan la seguridad y la integridad de ellas mismas, sino que también crean "posesiones" (los países e intereses dentro de la esfera de influencia) que han de mantener tanto para proyectar su poder en esas zonas (e impedir que sea otra gran potencia la que ejerza el poder ahí) como para evitar que alianzas consideradas enemigas amasen demasiado poder añadiendo nuevos miembros. Naturalmente, al respetar las esferas de influencia, no se hacen guerras (o agresiones indirectas) para "robar" parte de la esfera ajena, ni tampoco se harán guerras para defender la esfera propia (al ser respetada y no injerida). Cumpliendo con estas dos reglas básicas descritas: 1) al no crear incentivos para la agresión y el aventurismo (manteniendo un balance militar equilibrado), 2) ni tener intenciones de hacer actos provocadores (respetando las esferas de influencia), la paz y el orden internacional quedan garantizados por pura necesidad y lógica aplastante.

Esta es una verdad casi perogrullesca, y es una de las directrices fundamentales de cualquier análisis realista en política internacional. No obstante, algo tan elemental y fácil de entender (no hay que estudiar ningún libro de Teoría de Juegos y Seguridad Nacional ni otras complejidades para comprenderlo) raramente es seguido ni por políticos y burócratas, ni por los analistas y periodistas que tratan las relaciones internacionales. En esa misma línea ayer afirmaba lo siguiente.

"Recapitulemos y contrastemos las dos situaciones. La guerra fría se caracterizaba por 1) sólidos bloques y esferas de influencia que no se atacaban o injerían, y 2) equilibrio del terror y de fuerzas convencionales que desalentaba cualquier aventurismo. La actual situación es justo la contraria, 1) EEUU no respeta la esfera de influencia rusa, promueve agresiones indirectas que tendrán una elevada probabilidad de éxito (mucho más que cuando la esfera rusa era controlada mediante dictaduras totalitarias), promueve la adhesión a la OTAN de países de la esfera de influencia rusa y la CEI, 2) la disminución de la efectividad de la disuasión nuclear (teniendo que recurrirse cada vez más a la disuasión convencional) y los desequilibrios militares de fuerzas convencionales (explicados de manera sucinta y clara aquí y aquí). En consecuencia, ahora hay 1) mucha más motivación para atacar la esfera de influencia rusa y 2) muchos menos desincentivos disuasivos nucleares para desalentar esas injerencias y sin la situación militar convencional de callejón sin salida del balance militar de antaño. Esta es una situación en el que el choque entre Rusia y Occidente es bastante más factible (que en la guerra fría) y en las que los errores de cálculo son bastante más probables."

De igual modo, hace unas semanas indicaba esto sobre el absurdo de la política Obama respecto a Rusia.

"Apartado 4 Esferas de influencia. Por otro lado, no es posible llegar a acuerdos estratégicos y de equilibrio de poder con una gran potencia… cuando se hace una injerencia y agresión indirecta en la esfera de influencia de esa gran potencia. Eso es así porque sencillamente esa gran potencia buscará la forma de rearmarse y buscar su seguridad militar de forma unilateral para intentar salvaguardar su interés nacional."

Efectivamente, hoy se ha sabido que Obama incluso ofreció dar la información sobre la Defensa Antimisil a los rusos, aunque dicha propuesta encontró con la fuerte oposición de la burocracia y los congresistas de EEUU. Obama buscaba acuerdos a toda costa para lograr el equilibrio militar, pero olvidó respetar la esfera rusa, y ahora sus relaciones con Rusia están cuanto menos arruinadas. Obama es de esa clase de políticos de gran potencia que hacen política exterior sin tener claro ni lo esencial (lo mismo puede decirse del papel de la UE).

Profundizando en la tesis de que las consecuencias de la crisis ucraniana han cambiado dramáticamente la situación estratégica y política en Europa (desde una tranquila posguerra fría) a una situación bastante más endiablada e inestable, tenemos hoy que la inteligencia americana afirma que la probabilidad de una invasión de territorio ucraniano más allá de Crimea es bastante más elevada de lo que se creía anteriormente, y que las intenciones rusas podrían llegar a lograr ganancias territoriales incluso en las repúblicas bálticas. Esta clase de graves percepciones habrían sido inauditas hace menos de dos meses.

La explicación de cómo se ha llegado a esto es bastante fácil de exponer. La OTAN, UE y EEUU han agredido indirectamente la esfera a rusa para ganar terreno. En consecuencia, ahora se percibe (acertadamente o no) que Rusia también quiere injerir de alguna manera en la esfera occidental para garantizar su seguridad. Por lo tanto, la segunda regla básica que nombrábamos al comienzo para mantener la paz y el orden ha sido violada.

Pero para colmo, la primera regla también está siendo violada de forma flagrante. Daniel Gouré (director del prestigioso Instituto Lexington) explicaba con bastante claridad como el equilibrio convencional ya no existe, y que de hecho probablemente ahora está a favor de Rusia. Richard Dannatt, también dice que el Reino Unido no debería retirar sus tropas del todo de Alemania, y que de hecho debería revertir el declive numérico de su ejército de tierra y aumentarlo en por lo menos una brigada más. James Arbuthnot, director del comité de defensa británico, también afirma que el Reino Unido necesita poderosas fuerzas convencionales para hacer frente a amenazas emergentes imprevistas y que para tener una disuasión creíble ha de poder responder a todos los niveles (y no solamente en el nuclear). Reincidiendo en este clamor sobre el equilibrio militar perdido por la OTAN respecto a Rusia también está esta otra columna del NYT. Pero a pesar de todas estas evidencias, los países europeos no parecen dispuestos a incrementar su fuerza militar convencional, una cuestión que va mucho más allá de la meramente presupuestaria y entra en lo doctrinal y cómo se han remodelado las unidades militares y se ha escrito la nueva doctrina y revisiones estratégicas. De una situación en la guerra fría de balance militar relativamente equilibrado y de "callejón sin salida" hemos pasado a prácticamente lo contrario.

En Occidente hemos perdido el sentido común político (realista) y diplomático. Hemos llegado a una situación bastante grave en la seguridad europea por haber olvidado dos reglas elementales y bastante sencillas de la política internacional. No hemos respectado la esfera de influencia rusa (queriendo ampliar la OTAN y la UE) y no hemos seguido una política militar de equilibrio respecto a Rusia, alentando sus agresiones (el consejero de seguridad nacional ucraniano alerta que Rusia planea la Operación Primavera Rusa para sublevar e invadir el Este y Sur de Ucrania), lo que podría forzar una intervención militar polaca, francesa e incluso americana para impedirlo (cuando tendría que haberse seguido una política militar que disuadiera a Rusia de hacer invasiones a gran escala en Ucrania y "amenazar" a las repúblicas bálticas alarmándolas sobremanera). Hay una total falta de coherencia entre la política exterior y militar, y una ausencia absoluta de congruencia de estas respecto al desafío de seguridad que implica Rusia. Y así, sin haberse dado cuenta, alentando las protestas de Euromaidan, promoviendo la Asociación Oriental y rescatando la política de 2008 de la Declarción de Bucarest, se ha puesto a Europa patas arriba y al borde de la guerra.

2 comentarios:

  1. Y con una brigada más pretenden tener peso internacional......... En fin, es lo que hay.
    ¿Quién tiene la superioridad convencional? Parece que unos y otros piensan que la tiene el adversario.
    Desde luego a Ucrania le ha salido muy caro tener unas FF.AA. de pacotilla. Y esa situación no la puede solucionar ni en unas semanas ni en unos meses.

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    1. Ya ves, aunque el Reino Unido no quería dejar ni una. Pues en la perspectiva global la superioridad convencional la tiene la OTAN, pero en el Este europeo la tiene Rusia. La OTAN tendría que hacer un gran redespliegue de tropas y que sus países miembros hicieran cambios doctrinales volviendo a la guerra terrestre de alta intensidad, para restablecer el equilibrio convencional con Rusia.

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