jueves, 21 de agosto de 2014

El Dilema de la Seguridad como falacia y su implicación en la ampliación de la OTAN.

Responder a la cuestión de este breve artículo de Eugene Rumer (La expansión de la OTAN: genialidad estratégica o error histórico) es bastante más sencillo de lo que cree su autor. En Seguridad Internacional la pregunta a responder consiste en: qué causa inseguridad o seguridad. Toda disciplina tiene su pregunta fundamental, en Economía es el reparto óptimo de recursos en condiciones de escasez (no es el crecimiento económico, ni el paro, etc), en Ética se pregunta sobre lo que es justo o injusto, etc. Sigamos, entonces, los principios básicos de la Seguridad Internacional.

El autor divide el debate en dos corrientes de opinión: 1) OTAN Primero (que piensan que la ampliación es inherentemente beneficiosa y garantiza la paz y la seguridad) y 2) Rusia Primero (cuya opinión es que ampliar la OTAN trae inestabilidad geopolítica e inseguridad). 

La pregunta sobre si la ampliación de la OTAN trae más o menos seguridad a Europa, en el caso ucraniano, es bastante sencillo de responder. Rusia siempre ha dicho que ampliar la OTAN a los países de la antigua URSS (excluyendo los países bálticos), era inaceptable y provocaría la guerra y la desintegración de Ucrania o el país que tratase de unirse al bloque occidental. Por otra parte, la amenaza rusa no se limitaba a la OTAN, sino que también era extensible a cualquier acercamiento a las instituciones occidentales, como era el caso de la UE.

También podríamos argumentar que el irredentismo ruso (doctrina Karaganov), llega hasta donde quedaron atrapadas masas de población rusa tras la desintegración de la URSS. Ello implicaría que la ampliación de la OTAN al las repúblicas bálticas hubiera sido perjudicial, dado que sería posible que Europa y la OTAN se vieran envueltas en guerras o guerritas (híbridas o como se las quiera llamar) por culpa de haberse ampliado a los países bálticos. De hecho hace unos días el propio SACEUR, reconocía que la OTAN respondería militarmente a las amenazas híbridas en las repúblicas bálticas. Además, los propios dirigentes bálticos se encargan de recordarnos que temen una invasión o agresión rusa contra ellos, por lo que estarían dando la razón a los de Rusia Primero

La dicotomía entre Rusia Primero vs OTAN Primero, se corresponde con la sempiterna división en la Seguridad Internacional entre lo que ven la Seguridad Como Paz vs Seguridad Como Poder (Defensa). Los que creen en la Seguridad Poder, sostienen que es la capacidad de defensa del Estado lo que otorga la verdadera seguridad, por lo que cuanto más poder se tenga, más seguro se estará. Por contra, los que creen en la Seguridad Paz, creen que aunque a veces aumentar el poder incrementa la seguridad, otras veces incrementar demasiado el poder puede ser percibido como una amenaza por los otros Estados. La hostilidad provocada a los otros Estados (por nuestro aumento de poder) nos haría en realidad más inseguros, además que podría causar que los otros Estados se hicieran con más armas, desatando una carrera de armamentos, que invadieran otros países, etc.

En consecuencia, los defensores de la OTAN Primero también tendrían que defender el argumento de la Seguridad Poder (incrementar el poder de la alianza genera paz y seguridad en Europa), mientras los que sostienen la postura de Rusia Primero también deberían creer (si es que son coherentes) en la Seguridad Paz (la OTAN no debe aumentar su poder porque despertará el revanchismo ruso). No obstante, los papeles pueden invertirse, los nacionalistas euroasiáticos rusos bien podrían ser Seguridad Poder así como Rusia Primero (el imperialismo ruso es bueno para la seguridad europea al ser un contrapeso a la OTAN), del mismo modo que los que están en contra del refortalecimiento ruso y de la perpetuación de su esfera de influencia, podrían ser OTAN Primero a la vez que Seguridad Paz (Rusia es un matón que debe ser detenido). Pero además, tradicionalmente los que creen en la Seguridad Paz, suelen ser defensores de la disolución de la OTAN, abogan por la defensa no provocativa, el transarmamento, la defensa defensiva, etc. Es decir, la clasificación que hace Rumer puede llevar a muchos equívocos y contradicciones.

Para resolver este embrollo, hemos de recurrir a dos conceptos básicos de las Relaciones Internacionales: el equilibrio de poder y el dilema de la seguridad.

El equilibrio de poder es el conjunto de capacidades (poder) e intenciones de los actores. El poder se mide en capacidad militar, económica, demográfica y la geografía. Los que defienden la OTAN Primero, dirán que el poder ruso en comparación al de la OTAN es muy inferior. Rusia estaría en tal inferioridad que unas sanciones económicas severas destruirán su economía, por lo que sería fácil de disuadirla para que no emplease su poder abiertamente contra sus vecinos exsoviéticos, y que si se atraviese a ello sería militarmente fácil derrotarla, estancarla, etc. Los que sostienen el Rusia Primero, creen que las intenciones rusas de defender su esfera de influencia y ganar control sobre los países bálticos es firme, y aunque bien es cierto que el conjunto de la OTAN es inmensamente más poderosa que Rusia, sus integrantes están divididos, que Alemania no impondría sanciones económicas totales, que Francia o EEUU no irían al la guerra para defender a Ucrania o los bálticos, y que en el balance militar del Este de Europa, Rusia es con diferencia el poder preponderante y se impondría con relativa rapidez, facilidad y a un relativo bajo coste.

El dilema de la seguridad (el segundo de los conceptos) es el paralelogramo del equilibrio de poder. Es lo que nos dice si aumentar el poder de alguno de los actores puede provocar más inseguridad o incluso una guerra. El caso más conocido es el de Esparta y Atenas, en el que el crecimiento económico ateniense y la consecuente expansión de su poder naval, alertaron al Esparta, que buscó la alianza con el poder naval de Corinto para equilibrar al de Atenas. El resultado final no fue volver a la situación del anterior equilibrio de poder de antes de la expansión ateniense (anulando los beneficios de la expansión naval), sino que estalló una terrible guerra. La expansión del poder (naval) de Atenas no produjo más seguridad a esa polis, ni siquiera produjo una seguridad igual al la de antes de su expansión, sino que solamente le trajo la destrucción y la ruina.

No obstante, el dilema de la seguridad, aún poseyendo un gran valor descriptivo, en lógica es lo se llama la falacia del falso dilema. No es verdad que todo aumento del poder nacional conlleve la inseguridad. Las carreras de armamento una vez desatadas pueden ganarse. También puede ocurrir que ni siquiera el aumento de nuestro poder provoque una carrera de armamentos o una guerra, el incremento de nuestro poder puede inspirar temor y aumentar nuestra seguridad. E incluso de estallar una guerra no significaría que nuestra seguridad disminuyese: ganar una guerra a un enemigo existencial incrementa nuestra seguridad a la vez que nuestro poder.

Por lo tanto, la forma de resolver el dilema de la seguridad (acabamos de explicar que es un falso dilema, una falacia), que se identifica con el dilema de la Seguridad Poder vs Seguridad Paz, que se corresponde a su vez con el dilema OTAN Primero vs Rusia Primero, es mediante un detenido estudio del equilibrio de poder, de las capacidades e intenciones de cada lado de la diada estratégica, con la que se llegará a una curiosa conclusión.

Esta conclusión consiste en tres opciones. 1) Los defensores de la Seguridad Paz abogarían por la neutralidad (prohibir las esferas de influencia y las alianzas militares, establecer el control y limitación de armamentos mutuo) de todos los países del extinto Pacto de Varsovia, o por lo menos de los de la antigua URSS. 2) Los defensores de la Seguridad Poder de la OTAN (ampliar su esfera de influencia) creen que la alianza no está dividida y que no provocaría que Rusia fuese a la guerra al quedar disuadida. 3) Mientras que los defensores de la Seguridad Poder de Rusia (mantener su esfera de influencia) creen que no será disuadida al disfrutar de una gran superioridad en el Este, y a que la OTAN no lograría ponerse de acuerdo en una postura común en caso de amenaza de guerra.

Es decir, la forma correcta de afrontar la cuestión no es mediante el dilema Rusia Primero contra OTAN Primero (el dilema de la seguridad). La forma correcta de afrontar la cuestión es mediante un trilema: Seguridad Paz como Neutralidad y Control de Armamentos, Seguridad mediante el Poder de la OTAN y Seguridad mediante el Poder de Rusia. El dilema de la seguridad, al ser un falso dilema, una falacia, daba como única solución el control de armamentos, neutralizar los países, etc. La única respuesta sería la Seguridad como Paz. Pero al ser un falso dilema (la Seguridad como Paz o el caos) oculta las otras dos posibles respuestas: Seguridad por el Poder del actor 1 (OTAN) o del actor 2 (Rusia).

El trilema de la seguridad no sólo impide caer en la falacia del falso dilema para analizar la Seguridad Internacional, sino que saca a relucir las clasificaciones de lógica absurda como en las que incurre Rumer. Una lógica falaz que podría llevarnos a un gran embrollo analítico, tal y como explicábamos unos párrafos más arriba.

Respecto a la crisis ucraniana, personalmente siempre me he posicionado en la postura de Seguridad Poder de Rusia. Putin nunca había dudado en ir a la guerra (Georgia) para defender el interés nacional ruso y su esfera de influencia, y durante años había advertido que iría a la guerra en Ucrania, que la invadiría y que el país sería desmembrado. Y no es sólo la postura de Putin, es la posición esencial de todas las corrientes de opinión en política exterior en Rusia salvo la de los occidentalistas. Ha sido dicho y hecho, por lo que el devenir de los acontecimientos y de los hechos me ha dado (por ahora) la razón (han invadido Ucrania, apoyan la rebelión, etc), por lo que creo que en el largo plazo los desafíos de Rusia a la OTAN se incrementarán.

En mi opinión, se debería permitir a Rusia hacer lo que quisiera en su esfera de influencia exsoviética (salvo en los bálticos); incrementar el gasto militar en la OTAN hasta lograr las capacidades convencionales suficientes (unidades acorazadas y mecanizadas) con las que disuadir a Rusia; Reino Unido, Francia, Italia y España deberían desplegar al menos una brigada mecanizada cada una en Alemania, EEUU dos brigadas pesadas; como colofón los países bálticos deberían tener un estatus especial dentro de la OTAN, en el que se permitiera la presencia combinada tanto de fuerzas terrestres de la OTAN como de Rusia.

Con la presencia de militares de la OTAN se garantizaría la soberanía e independencia de esas repúblicas (el temor actual a ser invadidos en cuestión de horas sin que la OTAN tuviese tiempo de organizar alguna defensa efectiva), a la vez que la presencia de la fuerza rusa, bloquearía el uso de la presencia adelantada de unidades mecanizadas de la OTAN como una amenaza. El despliegue combinado resolvería el dilema de seguridad (opta por la Seguridad Poder de los dos actores como solución) y ambas partes saldrían ganando, pero presupone que ambas partes no buscan acrecentar su poder a costa de la otra, lo cual sería demasiado suponer.

En tal caso, la ampliación a los bálticos hubiera sido un error histórico. Sería el fruto de la discordia y pecado original de las posguerra fría, ya que occidente provocó una situación por la que no estaría dispuesto a sacrificarse, sin poder disuadir a Rusia de posteriores agresiones para recuperar el terreno perdido. De resultar así las cosas, la culpa de la guerra no sería de Putin por ser un "loco" o no ser de este mundo, sino que sería responsabilidad de la falta de compromiso en la defensa y el gasto militar que ha demostrado Europa occidental estos años.

La solución al trilema en Europa del Este es la Paz (mediante el) Poder de Rusia. Ello es así debido a que la UE y la OTAN carecen de determinación. Incrementar el poder de la OTAN ampliando la alianza, provocaría una agresión de Rusia ya que la OTAN no podría disuadirla (la ampliación genera inseguridad), ya sea por temor de escalada a una guerra nuclear contra Rusia, no poder contener de forma efectiva una guerra híbrida, etc.