viernes, 27 de noviembre de 2015

Rusia consigue empezar a dividir a los rebeldes en Siria.

Ayer se iniciaron una serie de acontecimientos en la guerra civil siria (en el Norte de Aleppo) de una gran importancia estratégica y que han pasado desapercibidos a los medios de comunicación no especializados y a muchos de los especializados: Rusia ha conseguido dividir a los rebeldes y hacerlos luchar unos contra otros.

Mientras los medios de comunicación se han estado centrando en la relativa espectacularidad de los bombardeos rusos a unos convoyes turcos en el Norte de Aleppo, han pasado por alto la estrategia que había detrás de esos bombardeos y que ha representado un vuelco que de perpetuarse en el tiempo, significaría un gran cambio en la situación estratégica en la guerra y en el sistema de alianzas y bandos constituidos. Hasta ahora, el Ejército Libre Sirio (el FSA) había estado combatiendo al lado de los yihadistas, considerados por algunos como "moderados", de Al Nusra y Ahrar al-Sham, para tratar de derrocar a Assad, que era el enemigo común.

Pues bien, ayer jueves la aviación rusa lanzó docenas de ataques aéreos en el Norte de Aleppo (la zona donde transitaban los convoyes turcos), a posiciones de Al Nusra y de Ahrar al Sham. Acto seguido un poderoso grupo del FSA, Jaish al-Thuwar (quizás la facción más fuerte del FSA, ahora además integrante de las SDF que promueven los Estados Unidos), en conjunción con los kurdos del YPG, comenzaron a atacar a Nusra y Sham, tomando algunas localidades. Hoy viernes han seguido los combates y la progresión en dirección a Aleppo por parte del YPG y la facción mencionada del FSA, con la clara intención de cortar la línea de suministros que va de la frontera turca hacia a Aleppo (ver el círculo rojo en el mapa).


Mapa de octubre de este año de Peto Lucem para tener una perspectiva más amplia.


Las rutas que van de Turquía hasta Aleppo están siendo bombardeadas por la aviación rusa, destruyendo los convoyes que se han visto arder por las redes sociales, algo que forma parte del plan de ahogar logísticamente a los rebeldes en Aleppo que resisten a rusos, sirios progubernamentales, iraníes, etc, ya que se sospecha que en esos convoyes se transportan armas.

Para colmo, para Turquía no ha hecho más que empeorar la situación desde que derribó el avión ruso (tal como expliqué en mi entrada anterior). Rusia ha desplegado baterías de misiles antiaéreos S-400 y va a enviar una docena extra de cazas, por lo que las operaciones de bombardeo que estaba realizando Turquía en Siria contra los kurdos del YPG son impracticables, motivo por el cual ha suspendidos sus vuelos sobre Siria. Es decir, en el Norte de Aleppo la situación ha dado un giro de 180 grados en contra de Turquía: de poder enviar suministros tranquilamente a Aleppo y bombardear a los kurdos cuando le venía en gana, ha pasado a que sus convoyes son bombardeados a placer, que Rusia bombardee directamente a los grupos proxy de Turquía para que el terreno lo tomen grupos que ahora operan junto a los rusos, al mismo que tiempo que la aviación turca queda con el espacio aéreo vedado en Siria.

Hasta ahora, los rebeldes estaban haciendo frente a las fuerzas progubernamentales solamente en el Suroeste de Aleppo, perdiendo territorio constantemente, abandonando incluso Hader y Tel Eis. Que ahora los rusos junto a kurdos y facciones del FSA abran en el Norte de la ciudad un segundo frente es un hecho tan dramático, que probablemente desestabilizará todo el despliegue rebelde. Lo que está ocurriendo en el Norte, de perpetuarse en el tiempo, significaría un cambio muy importante en el sistema de alianzas dentro de la pléyade rebelde a unas semanas de la reunión en Arabia Saudí, en la que va a decidirse los grupos y líderes que asistirán las reuniones internacionales de enero y que establecerán las condiciones para la transición siria.

Con estos cambios en los alineamientos en las filas rebeldes, así como con la aproximación de Occidente a las tesis rusas de hacer la vista con Assad y concentrar esfuerzos contra el Califato, las cosas están sucediendo tal y como explicaba con la Opción C en lo que escribí sobre la Revolución Diplomática que podría estar sucediendo en la guerra civil siria. Recuerden, para analizar lo que pasa políticamente en la guerra siria: tres objetivos y tres opciones.


Turquía se autoimpone una Zona de Exclusión Aérea en Siria.

Turquía suspende los vuelos de sus aviones sobre Siria en los bombardeos contra el Califato (y contra los kurdos). Una pena, tenía muchas ganas de ver cómo Rusia empezaba a derribar aviones turcos y se armaban par de buenos incidentes.

Al final a los turcos lo de derribar el avión ruso les está saliendo el tiro por la culata. 1) No han impedido que Francia y Occidente sigan escorando hacia la posición política rusa de hacer la vista gorda con Assad y concentrar los esfuerzos contra el Estado Islámico; el incidente ha demostrado que Turquía es un auténtico rogue state que lo único que quiere es manipular a la OTAN para que le de la cobertura necesaria a sus delirante sueños neootomanos. 2) No sólo Turquía parece que va a tener que renunciar a imponer una esfera de influencia en Siria vía "zonas seguras", zonas de exclusión aéreas y grupos étnicos protegidos, sino que al renunciar a seguir volando con sus aviones de combate en Siria, en la práctica es Rusia la que ha impuesto una zona de exclusión aérea a Turquía. Es decir, Turquía deja de bombardear a los kurdos mientras los rusos han empezado a bombardear masivamente a los turcomanos en Latakia-Idlib y a los yihadistas proxys de Turquía al Norte de Aleppo (incidentes y refriegas que comenzaron ayer y han pasado desapercibidos a los grandes medios de comunicación).

Pero esto no va a quedar así, con simplemente unos pasos atrás por parte de Turquía, más adelante tendrá que recibir la represalia violenta adecuada por parte de Rusia para poner en su sitio a Erdogán y dejarle claro que no es una gran potencia y que no puede hacer lo que quiera.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Lincoln, el yihadismo y la Democracia.


Cada vez que venga un jipi a decir que no podemos endurecer las leyes para combatir a tal o cual enemigo (como el salafismo yihadista), porque ello significaría el fin de la Democracia y las libertades, que ello es lo que buscan los terroristas y que por tanto no podemos darles ese gusto, espétenles una sola palabra para derrumbar sus argumentos: LINCOLN.

Lincoln, para combatir al Sur y exportar la Democracia a los esclavistas sediciosos, impuso durante años un Estado de Excepción y Sitio en toda la Unión: reclutó soldados forzosamente, anuló el Habeas Corpus, suprimió el Posse Comitatus (como sería legislado más adelante), espiaba el correo, cerraba medios de comunicación, reformaba la Constitución corrompiendo al Congreso, anuló al Tribunal Constitucional, machacó la voluntad de las asambleas estatales (la de los Estados sediciosos) e hizo la guerra total a sus enemigos.

Lincoln impuso la Dictadura y el Estado de Sitio pero al mismo tiempo nunca suprimió la Democracia y el Pluralismo Político, algo que según la opinión de muchos politólogos actuales (como Pablo Iglesias) no es posible porque todo estado excepcional implica la muerte de la Democracia.

Pues no señores, Lincoln no acabó con las libertades y los derechos democráticos. La genialidad política sin parangón del presidente Lincoln, demuestra en la práctica que se puede tener estado excepcional y libertad. La Democracia no se debilitó con las políticas de Lincoln, fue justo al revés, la Democracia se fortaleció mediante la Excepción y la Guerra, algo que alabaron pensadores contemporáneos de él tan poco sospechosos como por ejemplo Karl Marx.

Lincoln es la guía, el ejemplo y la inspiración de los auténticos demócratas. Y los "jipillos" que hoy dicen que cualquier tipo de medida de dureza contra el salafismo y el yihadismo, implica necesariamente la muerte de la Democracia, son los que se habrían rendido y perdido la guerra después de la Primera Batalla de Bull Run.

Union Forever and God Bless America.

 

viernes, 20 de noviembre de 2015

El Califato busca el Armagedón.


La revista del Califato, como sabrán algunos, se llama Dabiq. Pero lo que no es tan conocido es el motivo de por qué se llama así esa publicación periódica.

Dabiq (en Siria) es el lugar donde va librarse, según la imaginería apocalíptica musulmana, la batalla armagedónica del fin del mundo. Por ese motivo el Califato no duda en expandirse territorialmente todo lo que pueda en Oriente Medio (además de otros lugares), contra todos los enemigos, y atacando con los atentados más grandes que pueda contra todos los que sean cruzados, laicos, ateos, chíies, etc.

En el plan del Califato, el que sigue ese ejército cada vez más grande de decenas de miles de combatientes, está en hacer todo lo que puedan (ser un Estado cada vez más grande y poderoso, atentar todo lo que puedan contra todos, etc) para provocar una gran guerra apocalíptica que termine dirimiendo el destino mundial. En esa guerra, al hacerla ellos solos contra el resto del mundo, los del Daesh la estarían perdiendo hasta que los últimos 5.000 combatientes, quedaran atrapados en un reducto en Jersulén, momento en que reaparecería Jesús de Nazaret y los guiaría, derrotando a los enemigos del Califato.

El Estado Islámico, el Califato, no son un grupo de pacíficos estudiantes del Corán que quieren que los dejen tranquilos en sus territorio de Siria e Irak mientras hablan de Dios y el Universo. No capullines míos, esta gente sencillamente quiere expandirse sin parar y cometer el mayor número de salvajadas posibles porque creen que es su destino. Quieren un Imperio nuevo que finalmente obligue al resto de países a intervenir militarmente a medida que se expande y les obliga a una guerra o a sencillamente a caer bajo el gobierno del Califa.

Este es un hecho del que se ha alertado otras veces, pero que por algún motivo no termina de llegar a la población, que hace comentarios sobre el Estado Islámico y la poca conveniencia de enfrentarse a él con argumentaciones de lo más peregrino y lo más naïv (caso de la insólita propuesta de diálogo de Manuela Carmena).

Las páginas siguientes han sido extraídas de esta estupenda monografía (de descarga gratuita) sobre el estado actual del yihadismo publicada por el Instituto Español de Estudios Estratégico (IEEE) y el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN)

Batalla apocalíptica de Dabiq:



Aspiraciones territoriales territoriales del Califato.


miércoles, 11 de noviembre de 2015

La necesidad de superportaaviones y de una flota equilibrada.


El Instituto Hudson publicó hace unos días un excelente estudio, sobre el papel de los portaaviones en el futuro de la política militar y exterior de EEUU. Actualmente hay una gran polémica en EEUU sobre el tamaño de la flota (con pocos navíos según muchos analistas), el número y tipo de portaaviones que ha de tener, así como otros aspectos de la flota como puede ser el número y tipo de buques anfibios, etc. El papel que publica el Hudson viene a arrojar luz sobre la polémica de los portaaviones haciendo un auténtico tour-de-force sobre el tema, del que intentaré hacer un resumen.

En primer lugar, el estudio desdeña la idea de que EEUU debe renunciar a los portaaviones (por ser caros y vulnerables) al considerarla una opción militarmente desiquilibrada. Si se quiere cumplir con las funciones tradicionales y normales de toda armada (control marítimo y proyección de fuerzas), ello es inviable sin una considerable fuerza de superficie aeronaval. Con submarinos, misiles basados en plataformas terrestres y aviación en bases terrestres, como mucho sólo se puede negar el espacio marítimo a China (o cualquier país litoral con capacidades A2/AD), pero no hacer un control del mismo y mucho menos proyectar poder desde el mar contra tierra. Además, cualquier intento de proyectar poder queda supeditado a que EEUU tenga bases en países aliados y que permitan su uso en operaciones ofensivas. Proyectar poder desde los EEUU directamente, puede ser logrado por bombarderos estratégicos de baja observavilidad. Pero realizar operaciones ofensivas y defensivas contraaéreas (OCA y DCA respectivamente) hasta la primera cadena de islas, sólo se podrían hacer de manera muy limitada si solamente se pudieran operar los aviones de caza desde bases como Guam o Kadena (y prácticamente nulas si tuvieran que operar desde Hawaii, Austrália, etc), por lo que EEUU además de perder el espacio marítimo, perdería el control del espacio aéreo frente a China en algún conflicto en algún lugar frente a sus costas.

En las páginas 30 a 32 se describen los escenarios probables de las guerras futuras para las que debería diseñarse la armada americana, escenarios que consisten básicamente en algún tipo de enfrentamiento con China por: 1) Taiwán, 2) Shenkaku-Japón, 3) mar del Sur de China (islas Spratley, etc). No obstante, a lo largo del del estudio también se citan a Rusia e Irán como posibles adversarios contra los que habría que realizar operaciones de proyección de fuerza, control marítimo, ofensiva contraaréra, etc.

En segundo lugar, el papel del Hudson demuestra que la opción de construir portaaviones más pequeños en lugar de los actuales superportaaviones no tiene demasiado sentido. Tal opción puede resultar atractiva a primera vista, dado el gran coste que supone un superportaaviones y lo vulnerables que son ante la actual proliferación de sistemas de reconocimiento y vigilancia, misiles antibuque de largo alcance, etc. Según esa lógica, los superportaaviones significan poner todos los huevos (recursos económicos) en unas pocas cestas, cestas que para colmo son muy fáciles de robar. Los recursos económicos disponibles sería mejor emplearlos en submarinos, buques de superficie pequeños y baratos (corbetas, fragatas, destructores, etc) y en un número superior de portaaviones más pequeños pero más numerosos. Se obtendría así unas capacidades aproximadas a los de tener superpotaaviones, a la vez que se dispersa el riesgo y se aumenta la capacidad de supervivencia de la flota.

Tal argumento en realidad es completamente falaz, ya que si se opta por portaaviones de tamaño medio tipo Charles de Gaulle o Kuznetsov (40.000-60.000 toneladas), el precio de cada portaaviones apenas es ligeramente inferior (un 22%) al de un superportaaviones (100.000 toneladas) como por ejemplo la clase Nimitz. Pero con la salvedad de que un superportaaviones es capaz de llegar a operar con un ala aérea de unos 100 aviones mientras que un De Gaulle o Kuznetsov apenas puede operar 30 o 40. Además, cada superportaaviones puede llevar mucha más munición y combustible de aviación. Para colmo, un Kuznetsov al ser de configuración STOBAR en vez de CATOBAR sólo puede proyectar aviones con una carga de armamento y combustible muy limitada, reduciendo considerablemente el alcance y capacidad de ataque del portaaviones (algo de vital importancia si ha de operarse en entornos A2/AD).

Comparativa de costes y de capacidad de almacenaje de fuel y munición de un superportaaviones respecto a tres buques de cubierta plana de tamaño medio
Comparativa de almacenaje de combustible de aviación y naval, así como de municiones, entre un portaaviones de la clase Essex (un portaaviones medio como el Kuznetsov) y otro de la clase Forrestal (el primer superportaaviones de la historia).
Comparativa entre portaaviones de escolta, ligero y medio en número de aviones capaces de albergar.
Como puede comprobarse, incrementar el número de portaaviones reduciendo su tamaño, en realidad es una opción considerablemente más cara (ya que cada portaaviones medio apenas es algo más barato pero habría que contruir un número superior para no reducir en demasía el número de aviones proyectables) a la vez que disminuye de manera importante las capacidades de la flota por reducir el número de aviones, el alcance y carga de combate de los mismos, etc.

En tercer lugar, el estudio describe los conceptos operacionales que han de implementarse si los EEUU quieren ser capaces de realizar el dominio del aire, el control marítimo, la proyección de fuerzas, etc, para que de ese modo el país tenga capacidad de disuasión, disuasión extendida a aliados, coerción, etc, con el que ejercer el control de la situación política internacional.

1) Single Naval Battle. Básicamente consiste en las clásicas operaciones aeronavales y anfibias que se realizaron en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. Si EEUU va a librar una guerra futura en Asia las operaciones no van a diferir esencialmente de las de entonces. Los americanos tendrán que ser capaces de retomar el control de las Shenkaku, de la isla de Quemoy o cualquier puesto avanzado chino, así como de realizar desembarcos en Taiwan en caso de que sufriera una invasión, etc. Por lo tanto, el diseño de la flota ha de ser equilibrado: con superportaaviones y grupos de asalto anfibio, alejándose de la tendencia actual (que hace una falsa economía) de reducir el número de portaaviones y naves anfibias.
2) Air Force-Navy Theater Strike. Este concepto consiste básicamente en operaciones para asegurar el acceso al teatro y área de operaciones, que es en lo que consiste la AirSea Battle, el JOAC o el JCEO: esencialmente operaciones de ataque para erosionar y destruir las capacidades A2/AD. Para ello han de operar de manera conjunta los activos de ataque de la fuerza aérea (bombarderos estratégicos, guerra electrónica, misiones SEAD, etc) y la armada.

Como puede verse en la imagen, si EEUU adopta una política militar más barata pero desequilibrada, las bases aéreas americanas de teatro serían machacadas por salvas masivas de misiles balísticos y de crucero chinos (abrumando las defensas americanas), por lo que las capacidades asimétricas y compesantarias supervivientes (submarinos, misiles basados en tierra, etc) serían la única defensa para evitar asaltos contra Taiwán, Spratley, etc, ya que la armada de superficie sin aviación embarcada suficiente, sería rápidamente hundida o expulsada del área y del teatro.
3) Persistent Suport y 4) Power Pulse.

El Power Pulse es descrito normalmente como una suerte de "hit and run". Las defensas A2/AD están muy desarrolladas y tienen un gran alcance, los portaaviones sólo podrían operar a una gran distancia de la costa y lanzar ataques limitados contra el despligue enemigo. El tipo de aeronave y ala aérea para ese concepto operacional implica desarrollar aviones de mucho más alcance y capacidad de carga que los actuales Superhornets y F-35, además que implica aviones de apoyo específico, como de guerra electrónica y SEAD (incrementar el número de Growlers) y un número superior de aviones de avastecimiento en vuelo.

El Persistent Suport implica que las capacidades A2/AD ya han sido erosionadas en buena medida o no existen, por lo que se puede operar cerca de la costa y dar apoyo aéreo cercano a operaciones terrestres o anfibias. La configuración de un ala áera para ese tipo de operaciones podría ser parecida a la actual, pero como también habría que operar en un entorno mucho más hostil, lo conveniente es que las prestaciones de alcance, carga y número de aeronaves se sitúe a niveles comparables o mayores al que tuvo en los años 60 (con bombarderos de largo alcance embarcados), añadiendo UCLASS también de gran autonomía.
5) Cooperative Multi-CSG Operations y 6) Integrated Multi-CSG Operations.

La Integrated Multi-CSG Operations consiste en hacer operaciones conjuntas entres varios grupos de combate en áereas de operaciones con una A2/AD muy desarrollada, tal y como antaño operaban los grupos de portaaviones bajo un único mando en la SGM (como Halsey en la batalla de Cabo Engaño), pero aprovechando las mejoras en información y guerra basada en redes y realizar ataques alpha-strike masivos.

La Cooperative es sencillamente el tipo de operaciones clásicas en lugares de defensas mucho menos densas y que, por lo tanto, no requieren el esfuerzo conjunto de varios superportaaviones lanzando casi todos sus recursos de una vez contra territorio enemigo. Tal era el caso, por ejemplo, de las operaciones en Yankee Station en el golfo de Tonkin contra Vietnam del Norte.
En tercer lugar, se demuestra que para operar contra un país como China, que exigirá realizar un elevado número de ataques a tierra y mar, así como operaciones ofensivas y defensivas contraaéreas para ayudar a lograr la superioridad aérea, hace falta desplegar en las estaciones de combate un número de portaaviones de entre 5 y 6, al que se escapa de las falsas economías que se están haciendo actualmente en el Pentágono (tanto en el número de portaaviones en servicio, tipo de ala embarcada, aviones de reabastecimiento en vuelo de la armada y la fuerza aérea, etc).

En la siguiente figura puede verse el número de ataques que pueden hacerse a largas distancias con el tipo de aeronaves actualmente disponibles a razón del número de portaaviones, distancia y su hay o no capacidad de repostaje embarcada y de la fuerza aérea. Queda claro que las capacidades disponibles por poseer superportaaviones en vez de portaaviones medios, tener suficientes tanqueros embarcados y que la fuerza aérea adquiera un número elevado de nuevos tanqueros, son muy superiores a realizar falsas economías adquiriendo portaaviones medios y racanear en aviones de reabastecimiento.
En el siguiente gráfico puede comprovarse como el tener más portaaviones así como suficientes tanqueros, incrementa la inclinación de la pendiente en el peso de municiones que pueden llevarse hasta el lugar en el que se disparen, a medida que se acumulan los días de operaciones. La diferencia es abismal.
En la siguiente imagen puede verse como para realizar operaciones contraaéreas contra la fuerza aérea china a 600 millas náuticas de la costa, hacen falta 5 o 6 portaaviones con suficiente capacidad de aviones tanqueros para no estar en inferioridad numérica. Otro argumento muy poderoso para no reducir el número de portaaviones como se está haciendo en la actualidad.
Las pérdidas en combate o atricción en el ala aérea, también es un factor capital a la hora de analizar la necesidad de tener superportaaviones y alas embarcadas no de 50 o 60 aviones como ahora, sino de 90 o 100. En la siguiente figura puede el decrecimiento proporcional según diversas tasas de pérdidas por misión.
De la misma manera que hace una falta una importante flota de aviones tanqueros para reavastecimientos en vuelo, también hace falta una flota logística y una red de bases suficiente y extensa para asegurar el aprovisionamento de municiones, fuel, alimentos, etc, a los grupos de combate aeronavales. En el siguiente gráfico puede observarse como la actual flota logística naval es claramente insuficiente para abastacer de 5 o 6 portaaviones (a más de 2500 millas de las bases) en una hipotética guerra o crisis con China, lo que lo sitúa justo en el límite de posibles pérdidas o hundimientos.
En consecuencia a lo anterior, dado el número de naves logísticas disponibles el punto óptimo para operar de los grupos de portaaviones el situado en el siguiente mapa. Evidentemente, a mayor número de buques logísticos se podrá operar con un alto tempo mucho más cerca de las costas chinas si la erosión de la A2/AD o la situación política y militar lo exige.
En cuarto lugar, en el papel se discute cuántos superportaaviones necesitan los EEUU. Se hace el cálculo convencional de que por cada hub harán falta 4 portaaviones y pico para tener asegurados una permanencia de 365 días sin que pueda producirse algún gap, por lo que harían falta 9 para dicho objetivo de 2 hubs y 365 días. No obstante, ello no tiene en cuenta que en caso de guerra haría falta concentrar un gran número de superportaaviones (como los 5 desplegados para Iraqui Freedom). Además, como han señalado algunos analistas, en verdad las necesidades de seguridad de EEUU pasan por un mundo de 3 hubs, por lo que el número mínimo debería ser el de 12-13 portaaviones, siendo en realidad necesario 15, teniendo en cuenta que una vez comienza una guerra de alta intensidad (como la de 1991 o 2003) y no las operaciones a relativamente menos escala de Afganistán o los bombardeos al Estado Islámico.

Por último, el estudio dedica un capítulo a la evolución de la percepción de la utilidad y deseabilidad de los portaaviones a lo largo de la historia. Cuando es necesario proyecta poder en lugares puntuales en tierra y no hay disponibles abundantes bases aéreas cercanas al área de operaciones, los portaaviones son percibidos como altamente valiosos. Cuando se estima que los portaaviones son vulnerables a los ataques de aviación basada en tierra y no se considera que no son imprescindibles para realizar operaciones ofensivas (como cuando se cree que una flota de bombarderos estratégicos puede hacer dicha función), la percepción de su valor pasa a ser baja (situación en la que estamos actualmente). Ver el siguiente gráfico que representa la evolución histórica de la percepción del portaaviones en EEUU.


En conclusión, EEUU necesita superportaaviones, más de los que tiene ahora, avionas más capaces (más autonomia, especializados, etc) de los que tiene en la actualidad, un ala aérea más numerosa, más buques de asalto anfibio, etc. Es decir, todo lo contrario que está haciendo Obama hasta el día de hoy.

martes, 10 de noviembre de 2015

La batalla de Brunete y la Guerra Civil Siria.

Lo que está ocurriendo actualmente en la guerra Siria, con los rebeldes en ofensiva en el saliente de Hama mientras las fuerzas del gobierno intentan controlar Aleppo, se parece mucho, en mi opinión, a lo que ocurrió durante la batalla de Brunete en nuestra guerra civil.


Durante la guerra civil española, mientras las fuerzas de Franco intentaban conquistar la cornisa cantábrica en el Norte, las fuerzas de la república comenzaron una maniobra diversiva más al sur, intentando embolsar a las fuerzas franquistas que estaban en Madrid y de ese modo obligar a Franco a parar la ofensiva del Norte y evitar un desastre en Madrid. En Siria, el dictador Assad intenta tomar el territorio rebelde al Norte del país en Aleppo (en mi opinión auténtico centro de gravedad del despliegue rebelde), por lo que los rebeldes comienzan a hacer fuertes ofensiva en Hama (con algo de retraso al igual que la república española en Brunete) al sur del Aleppo (en el centro del país, al igual que lo estaba Brunete). Anteriormente se ha explicado la importancia de Aleppo y la ruta M-5, auténtico centro de gravedad del despliegue rebelde al Norte de Siria.


Aunque Brunete tuvo éxito en distraer los recursos de Franco del Norte para llevarlos a Madrid, fracasó en que ello significara la salvación del Norte. En Siria, por el momento los rebeldes no han conseguido robar la iniciativa a Assad obligándole a llevar sus principales recursos a Hama, como tampoco están impidiendo los avances lentos pero continuos de las fuerzas progubernamemntes al sur de dicha ciudad.

No obstante, estamos en Siria aún en una fase de las operaciones demasiado temprana para aventurar el resultado final de estas batallas, pero si bien cada guerra es diferente y cambia como un camaleón tal y como decía Clausewitz, también hay que deducir con Clausewitz que una guerra en el fondo siempre es lo mismo, al igual que un camaleón siempre lo es por más que cambie de color.

-. Mapa de la situación en Aleppo esta mañana 10 de octubre, con la amenaza de avanzar sobre Al Eis, lo que podría derrumbar todo el despliegue rebelde en el sur de Aleppo.


-. Mapa de los intentos rebeldes de romper el frente en el saliente de Hama. Aunque han conseguido avances territoriales, la situación por ahora no es peligrosa para las líneas de Assad ni hay señales de envolvimientos o rupturas, además que el territorio en el saliente de Hama carece de importancia estratégica en comparación con el del Suroeste de Aleppo en Hader-Al Eis-ruta M-5.


viernes, 6 de noviembre de 2015

Centro de gravedad en Aleppo y la ofensiva rebelde de Hama.


Dado los acontecimientos ocurridos estos últimos tres días en el saliente de Hama (mapa de arriba), en el que las fuerzas rebeldes han conseguido realizar importantes avances contra las fuerzas que apoyan al régimen de Assad (tomando Morek, Sukayk, Atshan, etc), conviene ver con perspectiva lo que está ocurriendo en la guerra de Siria en estos momentos.

Basicamente, el régimen intenta controlar Aleppo tratando de avanzar contra las principales líneas de comunicaciones de la zona rebelde de la ciudad con la región de Idlib. Los rebeldes, para tratar de robar la iniciativa a las fuerzas progubernamentales en Aleppo, están lanzando una ofensiva en Hama y así obligar a Assad a desviar recursos. Sin ir más lejos, los avances de los rebeldes en Hama estaban anunciados hace unas dos semanas, justo después de iniciarse la ofensiva del régimen en Aleppo. Es decir, lo de Hama no es más que una diversión de los rebeldes para intentar que Assad no siga avanzando en Aleppo en dirección a la ruta M-5 (ver mapa abajo de este párrafo). El terreno perdido en Hama es, desde la perspectiva del régimen, sacrificable siempre y cuando se compense con avances en el sur de Aleppo.


El 19 de octubre escribí sobre la ofensiva gubernamental en Aleppo y la previsible ofensiva rebelde en Hama (iniciada finalmente el 4 de noviembre). Lo dicho entonces puede darnos, en mi opinión, la perspectiva adecuada de lo que está sucediendo y de lo que podría estar intentando cada bando:

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Probablemente, la ofensiva (gubernamental) importante, la que debe centrar nuestra atención por el momento, es la de Aleppo. Las demás son fintas para intentar fijar tropas enemigas (aunque si de paso se logra avanzar en esas fintas pues mejor que mejor).

El plan de operaciones ruso (o sirio, o iraní, o quién quiera lo hiciese) está tratando de explotar las ventajas de las líneas exteriores: abrir el frente lo máximo posible y dispersar los recursos del contrario. Como sabe todo el mundo (que conoce estos temas) para que las líneas exteriores no se conviertan en una debilidad, se ha de gozar de superioridad en la movilidad (para compensar las mayores distancias de abrir el frente contra una línea interior), algo que probablemente el régimen tenga sobre la mayor parte (no todo) del frente (aunque no conozco con el suficiente detalle el teatro de operaciones). También las líneas exteriores han de mantener la presión y los ataques en todo el frente, para así evitar que las líneas interiores puedan concentrarse defensivamente en los puntos decisivos: de ahí probablemente que desde Dara y Quneitra hasta Aleppo, a lo largo de todo el frente las fuerzas pro-Assad estén en ofensiva.

Una de las mejores formas de contrarrestar una línea exterior es explotar la debilidad que su dispersión produce: hacer una contraofensiva concéntradose. Hace dos días, después de comenzar el régimen la ofensiva de Aleppo, el Ejército de la Conquista (rebeldes) anuncia que va a realizar una gran contraofensiva en Hama. Una manera ideal de retraer recursos de Aleppo a la vez que los rebeldes retoman la iniciativa (o lo que es lo mismo, quitan la iniciativa al régimen forzando a posponer su plan de operaciones).

La guerra de Siria no es especialmente compleja, o por lo menos no más que cualquier otra. La cinética de las operaciones es la misma que necesariamente es desde la noche de los tiempos. Es exactamente la misma para Anibal, Napoleón, Patton o Giap, como para la actual guerra en Siria. Los aspectos sociológicos y politológicos también: los parecidos, por ejemplo, con la Revolución Mexicana o la Guerra Civil Española, deben ayudarnos a entender las causas y aspectos profundos de lo que ocurre en Siria.

Los principios de la estrategia y las operaciones, así como los estudios de política comparada, han de ser nuestras guías y nuestro método para analizar este tipo de procesos político-militares.

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Pues bien, sencillamente lo que está ocurriendo ahora es algo que era muy previsible (por lo menos por mí) hace más de dos semanas. La situación por las pérdidas materiales, humanas y territoriales en Hama, no resultan (por el momento) tan graves como podría parecer si no se hace un análisis con más perspectiva. Puede ser un quid pro quo: un paso atrás (pérdidas en Hama), varios pasos adelante (ganancia de Aleppo).

Aleppo es el premio gordo, el auténtico objetivo. Por ello, a pesar de los reveses en Hama, el régimen no distrae demasiados recursos para retomar el terreno perdido en ese área. Aunque si finalmente los rebeldes consiguen romper en Hama y ponen en jaque el despliegue de Assad, este no tendrá más remedio que posponer la batalla por Aleppo.

Viceversa, si los rebeldes aun logrando avances territoriales en Hama no logran romper el frente y desestabilizar a Assad, este tendrá la posibilidad de seguir intentando tomar Aleppo como fruta madura... después de cortar las líneas de comunicaciones rebeldes de esa ciudad (rodeándola) a Idlib. Aleppo, no nos engañemos, siguiendo la terminología clausewitzciana, es el auténtico centro de gravedad sobre el que pivota el dispositivo rebelde. Controlando el área de Aleppo, se desestabiliza todo el despliegue rebelde al Norte de Siria, tal y como puede comprobarse claramente en el mapa de abajo (que realicé el 13 de octubre, de ahí que la línea del frente desfasada en algunos puntos).


Por consiguiente, el éxito o fracaso del régimen en su actual impulso ofensivo, habrá de medirse en los términos expuestos: 1) lograr tomar las líneas de comunicaciones de Aleppo y 2) evitar alguna pérdida territorial realmente importante en cualquier lugar del teatro de operaciones, que obligue al régimen a posponer la ofensiva para controlar Aleppo y alrededores. Que el régimen tenga finalmente éxito, o no, es algo que está por verse y que se está decidiendo ahora mismo en el campo de batalla.

jueves, 5 de noviembre de 2015

El declive del Ala Aérea de los portaaviones de EEUU.

Los portaaviones de EEUU, debido a la composición de su Ala Aérea típica, tienen cada vez menos capacidad de ataque (peso de las municiones que pueden transportar los aviones de ataque) y menos alcance.

Como es sabido, durante los años 90 (desde la cancelación del A-12) hasta la actualidad, la US Navy ha estado cambiando el Ala Aérea de sus portaaviones realizando falsas economías. El resultado es que de un Ala de unas 90 aeronaves en los años 80 se ha pasado a una de 50. Si en los 80 había una amplia diversidad de aviones especializados con una gran autonomía la mayoría, ahora el Ala está monopolizado por cazabombarderos Hornet y Superhornets, aviones polivalentes de escasa autonomía y una capacidad de carga limitada.

En un entorno mundial cuyo régimen militar es el de la revolución madura en los asuntos militares, la capacidad de ataque antibuque basada en tierra incrementa su efectividad y alcance de forma considerable, haciendo muy vulnerables plataformas como los portaaviones. Que el alcance de ataque a tierra desde los portaaviones sea en la actualidad tan reducido, hace que los grupos de combate de la US Navy queden sin capacidad de contraataque y réplica por el espacio de cientos, e incluso miles, de kilómetros contra las capacidades de la A2/AD china equipada con DF-21, J-20, Tu-22, etc.

Es muy significativo que el actual tipo de ala tenga una gran deficiencia respecto a cuando los portaaviones americanos estuvieron equipados con el bombardero nuclear embarcado A-3 (años 50), o cuando los Intruder y Skyhawk podían ser reabastecidos en vuelo por los KA-3 (años 60).

En el estudio del CNAS titulado Retreat from Range: The Rise and Fall of the Carrier Aviaton, se hace una revisión detallada de la evolución de las capacidades de las alas embarcadas desde los años 20 hasta la actualidad en base a tres parámetros: 1) número de aeronaves, 2) capacidad de carga de municiones de ataque y 3) alcance de los aviones de ataque.

Se ha dicho muchas veces, con razón, que los portaaviones son muy vulnerables en la guerra naval antiacceso y negadora de área actual. El portaaviones, según algunos, podría tener los días contados. Es algo que se escucha en realidad desde los años 80, cuando la URSS puso en jaque a los grupos de combate americanos cuando desarrolló los Tu-22 y los SSGN Oscar y Oscar-II. Ahora que los EEUU tienen el principal foco de su política militar en China (JOAC, AirSea Battle, Third OffSet), se dice que los portaaviones americanos vuelven a ser igual o más vulnerables a cuando lo fueron a fines de los años 80, por lo que sería mejor abandonar los grupos de combates aeronavales por algún tipo de aproximación compensatoria y asimétrica contra China.

El argumento parece muy razonable, pero ello deja que la batalla por el espacio aéreo sería dejada prácticamente en exclusiva a bases en tierra. El problema es que las bases aéreas que tendrían que hacer frente a China (como Kadena o Guam) son mucho más vulnerables a ataques chinos de lo que puede serlo un portaaviones. Si se reduce el número de portaaviones y no se incrementa su ala embarcada, tanto en cantidad de aviones como en el alcance de los mismos, no habrá nada que se interponga a algún intento chino de controlar el mar de China y el espacio aéreo al rededor de Taiwán (una vez destruyese las bases aéreas). Sin superioridad aérea, cualquier aproximación militar de EEUU a China está condenada al fracaso. La solución, por lo tanto, sería la de unos portaaviones con aviones embarcados más grandes o que pudieran operar a mucha más distancia que la actual y con más capacidad de permanencia (aviones no tripulados). En cualquier caso, son las pobres características del F-35 en cuanto a alcance, su casi nulidad en cuanto a combate aéreo (ver aquí y aquí) y su limitada capacidad de carga, lo que verdaderamente condena a los portaaviones americanos actuales frente a un posible conflicto futuro con China o cualquier país costero con capacidades A2/AD.

A continuación, las imágenes del citado estudio del CNAS que ilustra la evolución del ala embarcada en los portaaviones de EEUU, así como las posibles opciones para un futuro próximo.













¿Ataca poco Rusia al Estado Islámico?

La propaganda mediática occidental no se cansa de repetir que los rusos casi no bombardean al Estado Islámico, concentrando sus ataques aéreos contra los rebeldes; que Rusia no está interesada en combatir al Califato, etc.

Todo eso es mentira y lo reconocen con la boca pequeña los mismos americanos. EEUU, durante el mes pasado, hizo unos 100 ataques aéreos, todos contra el Estado Islámico. Rusia hizo más de 800 ataques aéreos, de los que (según el propio Pentágono) entre el 10% y el 15% fueron contra el Califato. Hagan números, el Pentágono está diciendo que Rusia ha hecho, por lo menos, entre 80 y 120 ataques aéreos contra el Estado Islámico. Es decir, Rusia podría estar atacando más al Daesh que EEUU.

También es común leer que Rusia no está interesada en la guerra con el Califato y que sólo se limita a hacer avances territoriales contra los rebeldes. Eso es algo que de nuevo es falso. El objetivo inmediato de la intervención rusa es controlar el área de Aleppo. Según algunos informes, fue en Aleppo comenzó la intervención rusa en Siria a mediados de septiembre (antes de los ataques aéreos que se iniciaron el 30 de septiembre) dirigiendo mediante asesores los ataques terrestres contra el Estado Islámico. Concretamente el inicio de la intervención fue al Este de Aleppo, en los combates por la base aérea de Kweires. El objetivo ruso sería conquistar el área de Kweires y asegurar la base aérea, que sería el segundo principal punto de apoyo de las operaciones rusas en Siria después de la base que opera en Latakia. Rusia también hace ataques contra el Estado Islámico en Raqqa y DeirEzzor.

No obstante, los combates por Kweires (y Aleppo) son los principales, allí los rusos (en su coalición con sirios, iraníes y combatientes de Hezbolá) combaten intensamente contra el Estado Islámico. De hecho ello ha provocado que el Califato esté lanzando contraataques muy violentos tanto en el área de operaciones de Kweires (intentando tomar Safira hace una semana), así como intentando controlar la carretera que va de Hama a Aleppo (área de Ithariya) e intentando cortar la ruta M-5 en Homs.

Que nadie se engañe, Rusia está en Siria por un doble objetivo: 1) mantener un régimen amigo en Siria que le permita tener las bases en suelo sirio (y un pie en Oriente Medio); 2) atacar e intentar destruir al Estado Islámico al considerar que un triunfo yihadista (sea de yihadista "moderados" como del Califato) sería una amenaza muy grave a los intereses rusos en Asia Central y el Cáucaso. Esos dos objetivos van unidos connaturalmente y Rusia no puede renunciar a ninguno de los dos si quiere tener éxito.

En resumen, ni por el número de ataques aéreos ni por las ofensivas terrestre que apoya, Rusia ataca poco al Estado Islámico, de hecho lo ataca bastante. Hay que destacar que de tener éxito la ofensiva rusa en Aleppo-Kweires, sería el mayor golpe contra el Estado Islámico desde que comenzaron las ofensivas internacionales, por el simple hecho de que cortaría de raíz su línea de comunicaciones que va desde la frontera turca hasta Mosul, pasando por su capital, Raqqa.

domingo, 1 de noviembre de 2015

¿Quedan pocos misiles para frenar a Assad?

Durante los últimos siete días de octubre, las fuerzas rebeldes y yihadistas han disminuido de forma muy considerable el ritmo de disparos de misiles antitanque (ATGM), respecto al muy elevado ritmo de disparos que sostuvieron desde que el día 7 de octubre las fuerzas pro-Assad iniciaran sus ofensivas terrestres para reconquistar terreno a los rebeldes (el famoso día de la masacre de tanques en Hama).

Es muy significativo que, mientras están transcurriendo importantes encuentros y combates en la batalla de Aleppo (en los intentos de las fuerzas pro-Assad por tomar Hader/Al-Eis y romper por Khan Tuman hacia la ruta M-5), los rebeldes, que en ocasiones anteriores hicieron demostración de un uso intensivo e indiscriminado de misiles antitanque (incluso disparándolos contra grupos de infantería), no estén intentando frenar los importantes avances territoriales de las fuerzas del régimen (especialmente los días 30 y 31 de octubre y 1 de noviembre)

En octubre se han disparado 140 ATGM, una cifra récord. Este gran aumento en número de disparos comenzó el 7 de octubre con la susodicha ofensiva en Hama. Del día 1 al 6 se dispararon solamente 3 misiles. Del 7 al 24 se dispararon 124 (6,8 disparos al día de media). Mientras que en los últimos siete días del mes, del 25 al 31 de octubre, se dispararon 13 (1,8 de media). Los días 30 y 31 se dispararon solamente 2 misiles cada día, a pesar de los importantes avances de las fuerzas progubernamentales en dirección Hader.



Dado que, aparentemente, los rebeldes y yihadistas están disparando pocos misiles al mismo tiempo que las fuerzas de Assad  hacen importantes progresos territoriales, no sería descabellado pensar que (quizás) los rebeldes andan escasos de misiles y que por ello no pueden frenar a la variopinta fuerza que apoya la causa de al-Assad. De ser así, las noticias que hablaban que los saudíes habían enviado con carácter de urgencia 500 misiles TOW a los opositores, se habrían encontrado con alguna clase de obstáculo.

Evidentemente, hay que esperar a que pasen algunos días y semanas para observar la situación con más perspectiva y ver que se consolide la tendencia (o no), antes de sacar ninguna conclusión. No obstante, durante estos días me había llamado mucho la atención que el ritmo de disparos fuera tan bajo para los importantes avances proAssad que están ocurriendo en Aleppo y que contrastan mucho con, por ejemplo, los días de ofensiva en Hama el 7 de octubre y en Aleppo el 16-17 de octubre.

viernes, 30 de octubre de 2015

Una posible Revolución Diplomática en la guerra de Siria. Tres objetivos y tres opciones.



La situación de las alianzas y alineamientos en Siria podría sufrir un gran cambio de forma inminente.

Hasta ahora el intricado entremado de alianzas en la guerra de Siria llevaba años sin cambios esenciales. Por contra, lo que que si fue evolucionando fue la magnitud de las implicaciones y apoyos a las distintas facciones en la guerra. Si bien es cierto que cada vez los apoyos y apuestas iban siendo mayores, también es cierto que los alineamientos no cambiaban de forma sustancial. Irán apoyaba a Assad como también lo hacía Rusia; turcos, saudíes y qataríes intentaban derrocarle apoyando a los rebeldes; EEUU y Occidente querían derrocar a Assad y apoyaban a rebeldes y kurdos.

EEUU tenía dos objetivos prioritarios: 1) de 2012 en adelante, acabar con la dictadura de Assad (y con las bases rusas en Siria) y 2) desde julio de 2014 (con la caída de Mosul), contener al Estado Islámico. Para conseguir el objetivo 1, EEUU no dudó en apoyar directa o indirectamente a grupos yihadistas, incluso asumiendo el riesgo de que en Siria pudiese instaurarse un Emirato salafista. Esto no es ninguna conspiranoia, el por entonces director de la DIA (general Flynn) ya se opuso en 2012 a seguir el modelo libio por el riesgo que terminara surgiendo un Emirato salafista, cosa que ha terminado sucediendo con el surgimiento del Estado Islámico(1). Es decir, el objetivo 2 es un hijo bastardo de la fallas de la estrategia del objetivo 1. Para implementar la estrategia para conseguir el objetivo 1, se darían armas a la oposición aun sabiendo que muchas acabarían en manos de yihadistas u operadas por no yihadistas pero empotrados en grupos yihadistas (como ha sucedido con los misiles TOW del FSA disparados en unidades empotradas en Al-Nusra). Al mismo tiempo se intentaría formar una milicia siria dirigida por EEUU, que sería el representante de los intereses americanos en las negociaciones político-militares durante la guerra y el posconflicto, algo que finalmente terminó fracasando de forma miserable en el verano de 2015.

El plan americano y de sus aliados turcos, saudíes y qataríes, de dar apoyo a los rebeldes para conseguir el objetivo 1, parecía estar logrando su objetivo de destruir las fuerzas de Assad, culminando importantes victorias militares en Idlib y otros lugares que dejaron a las fuerza pro-Assad al borde del colapso.

Los árabes y/o suníes (Arabia Saudí, Qatar, Turquía), en su particular guerra fría contra Irán y los árabes chiíes, tampoco hacían remilgos en apoyar a casi cualquier grupo de yihadistas que no fuera el Estado Islámico. Su objetivo, además de derrocar a Assad, era evitar la conformación de un arco chií desde Irán a Líbano que daría la preeminencia geopolítica regional a los iraníes, algo que podríamos denominar como objetivo 3. Es decir, esta coalición de intereses además de tener los objetivos 1 (derrocar a Assad y acabar con las bases rusas en Siria) y 2 (contener o destruir al Estado Islámico), tienen un objetivo 3 (impedir el surgimiento de un arco chií e iraní en la región).

Con las derrotas de Assad y la intervención de las monarquías del golfo en Yemen para acabar con los houthis revolucionarios chiíes, Arabia Saudí intentó hace unos meses en la Liga Árabe conformar una Fuerza Árabe Conjunta para intervenir contra los iraníes allí donde hiciera falta (pensando como primer objetivo Siria). Turquía, aunque no formaría parte de dicha fuerza, apoyaría políticamente esa fuerza y actuaría militarmente también de forma conjunta con la fuerza árabe para terminar de derrocar a Assad.

Por otra parte, hay que resaltar que el objetivo 3 (impedir la creación de un arco chií-iraní) no es perseguido por EEUU. En Irak a EEUU le ha dado igual que Irán controle de facto el gobierno e intervenga militarmente. Podría decirse que en Irak, EEUU solamente persigue el objetivo 2 de derrotar al Estado Islámico, siendo indiferente al objetivo 3, al mismo tiempo que al estar ausente algún dictador que derrocar, no persigue ningún objetivo de clase 1.

A pesar de la euforia inicial que se produjo en Arabia Saudí por su intervención en Yemen y la aparente buena acogida que tuvo la idea de la Fuerza Árabe Conjunta, las ilusiones se desvanecieron rápidamente. La guerra en Yemen se estancó miserablemente y la actitud de Egipto respecto a la Fuerza Árabe Conjunta se enfrió. El mundo árabe suní en realidad no tiene comunión de intereses a la hora de fijar los objetivos prioritarios. Si para Arabia Saudí y Qatar lo principal es derrocar a Assad y contener a los chiíes sirviéndose de yihadistas, para Egipto e incluso Jordania, lo principal es combatir a los yihadistas, dejando lo de derrocar a Assad como algo secundario.

No obstante, a pesar de que el ideal de una fuerza panárabe no fuera posible sin Egipto, las monarquías del golfo y Turquía siguieron adelante con su intención de derrocar a Assad, apoyando masivamente (junto a EEUU) con suministros militares a la oposición de rebeldes y yihadistas. Durante la primavera y verano de 2015, el plan parecía que iba a lograr su objetivo final de derrocar a Assad de manera irresistible... hasta que sucedió un acontecimiento que lo cambió todo: la intervención militar de Rusia en Siria. Intervención rusa que estuvo mediada y planeada de forma conjunta con Irán.

Irán tiene como objetivo ser la potencia predominante en la región, un objetivo que se hunde en las raíces milenarias persas, así como por el sempiterno conflicto entre chiíes y suníes dentro del Islam. Teherán busca crear una gran continuidad geopolítica desde sus fronteras hasta el Mediterráneo, enlazando a Hezbolá, Siria e Irak con Irán. Sostener al gobierno de Assad era, por lo tanto, imprescindible para que Hezbolá pueda seguir teniendo una retaguardia logística segura. Por ese motivo, la Guardia Revolucionaria iraní y Hezbolá están involucrados directamente en la guerra de Siria. Como todo responde a un plan cuyo objetivo es crear un arco chií en la región, también hay milicias iraquíes chiíes (auspiciadas por Irán) que luchan en Siria del lado de Assad.



No obstante, aunque Irán y Hezbolá habían estado interviniendo directamente del lado de Assad, tal apoyo no estaba resultando suficiente para evitar lo que parecía una derrota inminente del régimen sirio. Por ello, los iraníes (principalmente el general Soleimani y los Guardas Revolucionarios)(2), durante este verano, estuvieron cabildeando con los rusos para inducirles a que intervinieran en la guerra en conjunción con ellos y darle la vuelta a la situación militar. Finalmente los rusos intervinieron en conjunción y alianza con los iraníes, pudiéndose observar sobre el terreno múltiples muestras de que actúan conjuntamente. La intervención rusa y los refuerzos iraníes han logrado el objetivo inicial de dar la vuelta a la situación militar y evitar el colapso del régimen. El propio Jefe de Estado Mayor Conjunto de EEUU lo ha reconocido públicamente en el Congreso: las fuerzas pro-Assad han pasado de encarar un desmoronamiento inminente a ser los más fuertes y empezar a retomar terreno a los rebeldes a lo largo y ancho del teatro de operaciones(3).

El éxito de la intervención ruso-iraní en estabilizar la situación militar ha puesto los objetivos y la estrategia americana en un callejón sin salida, ya que mientras Irán y Rusia intervengan de manera suficiente, Assad queda blindado y su derrota militar resulta inviable. La única alternativa es una confrontación directa con Rusia, algo que las potencias de la región no pueden hacer por sus propias carencias militares. Pero aunque es una opción que sí está al alcance de las capacidades americanas, su costo (riesgo de una guerra nuclear) lo hace políticamente inaceptable.

El callejón sin salida que ha significado la intervención rusa para EEUU, un auténtico "end game", ha hecho que en Washington se vuelva a la situación de 2011/12, cuando se discutían los objetivos americanos en Siria. Los que triunfaron entonces, que presionaban por derrocar a Assad (el objetivo 1) mediante una estrategia igual a la que se siguió en Libia en 2011 (el liderar desde atrás a yihadistas)(4), ahora se han quedado sin argumentos, ya que la única manera de no perder la guerra es una confrontación directa con Rusia. Y viceversa, los que se oponían a dicha estrategia ahora han recobrado peso.

El único problema es que abandonar la estrategia que EEUU sigue desde 2011/12 supone un cambio que significaría una auténtica Revolución Diplomática(5) en la guerra siria (opción que barajan algunos analistas), ya que implica abandonar como objetivo prioritario el derrocar a Assad, al ser ese un objetivo inviable. La nueva situación implica abandonar el objetivo 1 y quedarse EEUU persiguiendo solamente el objetivo 2, siendo indiferente al 3. O lo que es lo mismo, un escenario en Siria igual al iraquí pero con Rusia operando sobre el terreno. Si finalmente EEUU se decanta por un escenario en Siria como el iraquí, significaría cooperar con rusos e iraníes a la vez que se desprecian los intereses de saudíes, qataríes y turcos. Si los turcos, saudíes y qataríes siguen con sus intenciones de perseguir el objetivo 1 apoyando a los rebeldes (y atacando Turquía a los kurdos apoyados por EEUU), ello los pondría en rumbo de colisión con EEUU y Rusia. Ese cambio en los objetivos americanos significaría una revolución diplomática porque EEUU pasaría a cooperar con Rusia e Irán en vez de enfrentarse a ellos. A su vez EEUU pasaría a enfrentarse a Turquía y Arabia Saudí u obligarlos a aceptar el nuevo juego.

No obstante, lo anterior es sólo un escenario entre muchos otros escenarios posibles. Para hacer un resumen, podrían esquematizarse las opciones americanas más plausibles después de la intervención rusa del siguiente modo.

A) Perseguir tanto el objetivo 1 de derrocar a Assad (y eliminar las bases rusas) para de esa manera reducir la influencia rusa e iraní, como conseguir el objetivo 2 de la destrucción del Estado Islámico (ya no su mera contención como se hacía hasta ahora). Para ello EEUU tendría que seguir la estrategia actual de apoyar a yihadistas, añadiendo además el enfrentamiento directo con Rusia y desplegar alguna suerte de fuerza militar terrestre, para tener al mismo tiempo la capacidad suficiente de destruir al Califato y derrocar a Assad derrotando a iraníes y rusos.

Esta opción, como se indicó anteriormente, aun siendo posible es políticamente inasumible por ningún gobierno norteamericano, dado el riesgo nuclear de enfrentarse a un interés vital ruso.

-. Es decir, la opción A implica que EEUU persigue los objetivos 1, 2 y 3 (derrocar a Assad, destruir al Estado Islámico e impedir el surgimiento de un arco chií-iraní apoyado por Rusia).

B) Renunciar al objetivo 1 pero intentando dividir a la alianza ruso-iraní, proponiendo un gobierno de Assad que incluya miembros de los rebeldes pero echando del país a Hezbolá e Irán, a la vez que se da garantía a los rusos de conservar sus bases en Siria. A continuación, uniendo esfuerzos americanos, rusos, sirios y kurdos, perseguir el objetivo 2 de destruir al Califato así como de destruir también a los yihadistas y rebeldes que se opongan al acuerdo.

Esta opción, aunque es posible, la considero poco probable porque Irán y Hezbolá son actualmente imprescindibles en los equilibrios internos en Siria. Una vez se ausentes los iraníes, nada impediría que los rebeldes que se alzaron contra Assad vuelvan a hacerlo, esta vez con éxito al estar el ejército sirio muy debilitado. Además, la fuerza iraní y de Hezbolá presente en Siria es imprescindible para atacar y vencer al Estado Islámico, tal y como ocurre en Irak.

-. La opción B implica que EEUU persigue los objetivos 2 y 3 mientras renuncia al objetivo 1.

C) Renunciar al objetivo 1 (no derrocar a Assad y/o garantizar la permanencia de las bases rusas) sin tratar de destruir la alianza ruso-iraní, persiguiendo el objetivo 2 de destruir al Califato.

Ello significaría que EEUU se implicara con alguna suerte de fuerza terrestre aunque con el único objetivo de destruir al Estado Islámico. Sería una intervención relativamente limitada y no un gran despliegue, a la vez que también tendría un área de operaciones restringido al Norte de Siria y quizás Ramadi, tal y como reza la nueva estrategia americana de las tres r (Raqqa, Ramadi y Raids). Al mismo tiempo significaría la marginación y derrota de las aspiraciones de Turquía y las monarquías del golfo. Siria se convertiría en una nueva Irak pero con un Assad en el poder (aunque quizás podría darse el caso de un Abadi sirio que sustituyese a Maliki/Assad).

-. En resumen, la opción C implica que EEUU solamente persigue el objetivo 2 (destruir al Califato) mientras renuncia a los objetivos 1 y 3 (derrocar al régimen de Assad e impedir la emergencia del arco chií-iraní apoyado por Rusia). Es decir, un escenario similar al iraquí.

Que Irán haya sido invitada a las negociaciones del viernes en Viena para negociar el fin de la guerra en Siria, parece indicar que los americanos están escogiendo la opción C. Que Egipto también haya sido invitado (país que se alinea con la tesis de enfocarse en el Estado Islámico y ser indiferente respecto a la permanencia de Assad) también abunda en la idea de que EEUU está intentando implementar la opción C.

De terminar siendo así (ya que esto es por el momento sólo una especulación), significaría toda una revolución diplomática en el conflicto y en la geopolítica de la zona. EEUU habría sido derrotado en su objetivo inicial de derrocar a Assad y ganar influencia contra Rusia. La influencia de Rusia e Irán se acrecentaría al ser los garantes del nuevo orden regional, ya que son ellos los que han conseguido hacerse con la capacidad de veto. Los grandes perdedores serían las monarquías del golfo y Turquía, ya que de facto Irán habría logrado conformar su ansiado arco chií. No obstante, Irán no sería ninguna potencia hegemónica regional, ya que su posición depende del apoyo ruso y de que no sea percibida como una gran amenaza por EEUU, Israel y la propia Rusia. Si Irán intentase pasarse de la raya, Rusia podría cambiar su alineamiento de respaldo a Irán y pasar a apoyar al resto de poderes regionales y a EEUU. Eso fue exactamente lo que le ocurrió a Irak cuando trató de convertirse en un hegemón regional: que la URSS dejó de apoyarlo y aprobó las resoluciones del Consejo de Seguridad para echar a Irak de Kuwait. Ese ejemplo es algo que cualquier aspirante a hegemón regional (Irán) no debe olvidar nunca. Aunque por otra parte, es de sobra conocido que a pesar de la experiencia histórica el hombre sigue cometiendo los mismos errores una y otra vez, errores de cálculo que podrían cometer los decisores iraníes.

No obstante, por el momento, eso sólo son cábalas sobre un futuro incierto. Lo único cierto ahora es que Rusia e Irán han intervenido de manera decisiva en Siria, dando un vuelco a la situación militar en favor de Assad y cambiando completamente las reglas del juego, hasta el punto de que tal intervención significa un bloqueo a todos los planes (han logrado lo que en Ciencia Política se conoce como capacidad de veto). Pero que 1) la situación se quede en tablas indefinidamente con una guerra que no termina de ganar nadie (que sería una suerte de Opción D) o 2) que se conforme un nuevo juego (la revolución diplomática) como parece que se está intentando, es algo en realidad incognoscible, aunque en mi opinión es la opción C (la revolución diplomática) la que tiene más probabilidades de imponerse finalmente.

sábado, 29 de agosto de 2015

La subida de tipos de la FED y las tres posturas básicas al respecto.



1) En este vídeo se explica bastante bien como los ciclos de la bolsa preceden y predicen los ciclos en la economía real.

Por lo tanto, una vez la economía real entra en fase de recuperación y en velocidad de crucero tras el despegue, lo lógico y normal es que las bolsas caigan. Con las condiciones monetarias endureciéndose, las bolsas sobrevaloradas (con rentabilidades limitadas) por el efecto de los QE , y la rentabilidad en las inversiones en la economía real mejorando por el auge económico, tendría que haber un trasvase de recursos financieros desde las bolsas y los bonos, al crédito de empresas y particulares.

Esta sería la postura de la FED y los acontecimientos actuales estarían indicando que hay que empezar a subir tipos de interés (y ni hablar de un QE4).

2) Después vienen los Ray Dalio diciendo que lo que hace falta es un nuevo QE para salvar a los mercados. Pretenden que el casino de la bolsa sustituya la economía real y auténtica, la que genera bienes y servicios.

Quieren una economía de casino bursátil siempre ascendente y nuevas medidas de QE, sin importar que eso retrase la recuperación económica o fastidiase la economía de la gran mayoría de la gente de la calle. No dicen que un nuevo QE produciría una disminución del crédito y la inversión para la producción de bienes y servicios y el consumo, ya que el dinero se iría hacia el mercado bursátil por las subidas esperadas que produce el QE (independiente de todo PER y expectativas de negocio, ingresos y beneficios netos).

3) Otra cuestión, que difiere de las visiones tipo Ray Dalio pero coinciden en que tendrá que venir igualmente un QE4, es la que sostienen personas tipo Peter Schiff. Ellos dicen que en realidad las políticas de flexibilización cuantitativa de estos años no han servido para encauzar la economía, sino que crearon una nueva gran burbuja que impidió el ajuste y depuración necesarios de la burbuja anterior.

Los ZIRP, LSAP y QE no sirvieron para encauzar la inversión y el dinero desde la trampa de liquidez y el credit crunch hacia la economía real, sino que distorsionaron el mecanismo de precios e indujeron a realizar una gran cantidad de inversiones relativamente poco rentables que, una vez se normalicen las condiciones monetarias, generarán una oleada de impagos y una nueva crisis y quiebra del sistema financiero.

Por ese motivo, según ellos, el QE4 será inevitable y simple cuestión de tiempo. Las cifras de recuperación económica, dicen, serían un espejismo, por lo que si se se escarba un poco en ellas y algunos fundamentos, se observaría que la recuperación tiene los pies de barro y las cifras de demanda entrarían con relativa rapidez en una nueva recesión (una vez acabasen los estímulos monetarios y se endureciese la política monetaria, que es la fase en la que actualmente estamos).

4) Estas son algunas de las cuestiones esenciales que hay que tener presente para interpretar la realidad de la actual coyuntura económica. Por ese motivo, es tan preocupante el hundimiento de la bolsa china (porque está anticipando un catacroker económico). Por ese motivo, los análisis que decían que no iba a haber problemas en la bolsa americana estaban tan errados (los va a haber ya sea porque la economía real americana vaya a mejor o por si esa mejoría es una mejoría burbuja que explotase), algo que de hecho muchos indicadores estaban mostrando.

No obstante, como siempre digo, es imposible predecir el futuro de nada. No sabemos si la FED va a subir los tipos de interés o no, tampoco sabemos si puede haber un nuevo QE o no, y ni sabemos exactamente qué está pasando en la economía americana real (la que produce bienes y servicios) ni el porqué está haciendo lo que hace (¿se recupera de verdad o es una burbuja a la que no le queda mucho por explotar?).

Esto es lo que hay. Por ese motivo, lo que vaya a ocurrir durante los próximos meses probablemente vaya a ser crucial e histórico (como, por ejemplo, la continuidad o la ruptura de Chimerica).