Dado los acontecimientos ocurridos estos últimos tres días en el saliente de Hama (mapa de arriba), en el que las fuerzas rebeldes han conseguido realizar importantes avances contra las fuerzas que apoyan al régimen de Assad (tomando Morek, Sukayk, Atshan, etc), conviene ver con perspectiva lo que está ocurriendo en la guerra de Siria en estos momentos.
Basicamente, el régimen intenta controlar Aleppo tratando de avanzar contra las principales líneas de comunicaciones de la zona rebelde de la ciudad con la región de Idlib. Los rebeldes, para tratar de robar la iniciativa a las fuerzas progubernamentales en Aleppo, están lanzando una ofensiva en Hama y así obligar a Assad a desviar recursos. Sin ir más lejos, los avances de los rebeldes en Hama estaban anunciados hace unas dos semanas, justo después de iniciarse la ofensiva del régimen en Aleppo. Es decir, lo de Hama no es más que una diversión de los rebeldes para intentar que Assad no siga avanzando en Aleppo en dirección a la ruta M-5 (ver mapa abajo de este párrafo). El terreno perdido en Hama es, desde la perspectiva del régimen, sacrificable siempre y cuando se compense con avances en el sur de Aleppo.
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Probablemente, la ofensiva (gubernamental) importante, la que debe centrar nuestra atención por el momento, es la de Aleppo. Las demás son fintas para intentar fijar tropas enemigas (aunque si de paso se logra avanzar en esas fintas pues mejor que mejor).
El plan de operaciones ruso (o sirio, o iraní, o quién quiera lo hiciese) está tratando de explotar las ventajas de las líneas exteriores: abrir el frente lo máximo posible y dispersar los recursos del contrario. Como sabe todo el mundo (que conoce estos temas) para que las líneas exteriores no se conviertan en una debilidad, se ha de gozar de superioridad en la movilidad (para compensar las mayores distancias de abrir el frente contra una línea interior), algo que probablemente el régimen tenga sobre la mayor parte (no todo) del frente (aunque no conozco con el suficiente detalle el teatro de operaciones). También las líneas exteriores han de mantener la presión y los ataques en todo el frente, para así evitar que las líneas interiores puedan concentrarse defensivamente en los puntos decisivos: de ahí probablemente que desde Dara y Quneitra hasta Aleppo, a lo largo de todo el frente las fuerzas pro-Assad estén en ofensiva.
Una de las mejores formas de contrarrestar una línea exterior es explotar la debilidad que su dispersión produce: hacer una contraofensiva concéntradose. Hace dos días, después de comenzar el régimen la ofensiva de Aleppo, el Ejército de la Conquista (rebeldes) anuncia que va a realizar una gran contraofensiva en Hama. Una manera ideal de retraer recursos de Aleppo a la vez que los rebeldes retoman la iniciativa (o lo que es lo mismo, quitan la iniciativa al régimen forzando a posponer su plan de operaciones).
La guerra de Siria no es especialmente compleja, o por lo menos no más que cualquier otra. La cinética de las operaciones es la misma que necesariamente es desde la noche de los tiempos. Es exactamente la misma para Anibal, Napoleón, Patton o Giap, como para la actual guerra en Siria. Los aspectos sociológicos y politológicos también: los parecidos, por ejemplo, con la Revolución Mexicana o la Guerra Civil Española, deben ayudarnos a entender las causas y aspectos profundos de lo que ocurre en Siria.
Los principios de la estrategia y las operaciones, así como los estudios de política comparada, han de ser nuestras guías y nuestro método para analizar este tipo de procesos político-militares.
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Pues bien, sencillamente lo que está ocurriendo ahora es algo que era muy previsible (por lo menos por mí) hace más de dos semanas. La situación por las pérdidas materiales, humanas y territoriales en Hama, no resultan (por el momento) tan graves como podría parecer si no se hace un análisis con más perspectiva. Puede ser un quid pro quo: un paso atrás (pérdidas en Hama), varios pasos adelante (ganancia de Aleppo).
Aleppo es el premio gordo, el auténtico objetivo. Por ello, a pesar de los reveses en Hama, el régimen no distrae demasiados recursos para retomar el terreno perdido en ese área. Aunque si finalmente los rebeldes consiguen romper en Hama y ponen en jaque el despliegue de Assad, este no tendrá más remedio que posponer la batalla por Aleppo.
Viceversa, si los rebeldes aun logrando avances territoriales en Hama no logran romper el frente y desestabilizar a Assad, este tendrá la posibilidad de seguir intentando tomar Aleppo como fruta madura... después de cortar las líneas de comunicaciones rebeldes de esa ciudad (rodeándola) a Idlib. Aleppo, no nos engañemos, siguiendo la terminología clausewitzciana, es el auténtico centro de gravedad sobre el que pivota el dispositivo rebelde. Controlando el área de Aleppo, se desestabiliza todo el despliegue rebelde al Norte de Siria, tal y como puede comprobarse claramente en el mapa de abajo (que realicé el 13 de octubre, de ahí que la línea del frente desfasada en algunos puntos).
Por consiguiente, el éxito o fracaso del régimen en su actual impulso ofensivo, habrá de medirse en los términos expuestos: 1) lograr tomar las líneas de comunicaciones de Aleppo y 2) evitar alguna pérdida territorial realmente importante en cualquier lugar del teatro de operaciones, que obligue al régimen a posponer la ofensiva para controlar Aleppo y alrededores. Que el régimen tenga finalmente éxito, o no, es algo que está por verse y que se está decidiendo ahora mismo en el campo de batalla.
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