La propaganda mediática occidental no se cansa de repetir que los rusos casi no bombardean al Estado Islámico, concentrando sus ataques aéreos contra los rebeldes; que Rusia no está interesada en combatir al Califato, etc.
Todo eso es mentira y lo reconocen con la boca pequeña los mismos americanos. EEUU, durante el mes pasado, hizo unos 100 ataques aéreos, todos contra el Estado Islámico. Rusia hizo más de 800 ataques aéreos, de los que (según el propio Pentágono) entre el 10% y el 15% fueron contra el Califato. Hagan números, el Pentágono está diciendo que Rusia ha hecho, por lo menos, entre 80 y 120 ataques aéreos contra el Estado Islámico. Es decir, Rusia podría estar atacando más al Daesh que EEUU.
También es común leer que Rusia no está interesada en la guerra con el Califato y que sólo se limita a hacer avances territoriales contra los rebeldes. Eso es algo que de nuevo es falso. El objetivo inmediato de la intervención rusa es controlar el área de Aleppo. Según algunos informes, fue en Aleppo comenzó la intervención rusa en Siria a mediados de septiembre (antes de los ataques aéreos que se iniciaron el 30 de septiembre) dirigiendo mediante asesores los ataques terrestres contra el Estado Islámico. Concretamente el inicio de la intervención fue al Este de Aleppo, en los combates por la base aérea de Kweires. El objetivo ruso sería conquistar el área de Kweires y asegurar la base aérea, que sería el segundo principal punto de apoyo de las operaciones rusas en Siria después de la base que opera en Latakia. Rusia también hace ataques contra el Estado Islámico en Raqqa y DeirEzzor.
No obstante, los combates por Kweires (y Aleppo) son los principales, allí los rusos (en su coalición con sirios, iraníes y combatientes de Hezbolá) combaten intensamente contra el Estado Islámico. De hecho ello ha provocado que el Califato esté lanzando contraataques muy violentos tanto en el área de operaciones de Kweires (intentando tomar Safira hace una semana), así como intentando controlar la carretera que va de Hama a Aleppo (área de Ithariya) e intentando cortar la ruta M-5 en Homs.
Que nadie se engañe, Rusia está en Siria por un doble objetivo: 1) mantener un régimen amigo en Siria que le permita tener las bases en suelo sirio (y un pie en Oriente Medio); 2) atacar e intentar destruir al Estado Islámico al considerar que un triunfo yihadista (sea de yihadista "moderados" como del Califato) sería una amenaza muy grave a los intereses rusos en Asia Central y el Cáucaso. Esos dos objetivos van unidos connaturalmente y Rusia no puede renunciar a ninguno de los dos si quiere tener éxito.
En resumen, ni por el número de ataques aéreos ni por las ofensivas terrestre que apoya, Rusia ataca poco al Estado Islámico, de hecho lo ataca bastante. Hay que destacar que de tener éxito la ofensiva rusa en Aleppo-Kweires, sería el mayor golpe contra el Estado Islámico desde que comenzaron las ofensivas internacionales, por el simple hecho de que cortaría de raíz su línea de comunicaciones que va desde la frontera turca hasta Mosul, pasando por su capital, Raqqa.
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