domingo, 22 de mayo de 2011

Seminario. Repensando la Gran Estrategia de Estados Unidos y su Política Exterior.



Viendo una brillante conferencia de Daniel Goure (vídeo que encabeza la entrada), subdirector del Instituto Lexington, me topé con la los seminarios que anualmente hace la Universidad John Hopkins sobre Seguridad Internacional. Aquí el seminario completo del año 2010, y en este otro enlace están los puntos principales de la conferencia de Goure, cuyo análisis sobre las relaciones nucleares y estratégicas (de Disuasión) entre Estados Unidos, Rusia y China es sencillamente preclara. Un lujo enorme poder ver ponencias de tanta calidad, gratuita y cómodamente sin moverse de casa. Aquí el canal de Youtube de la John Hopkins.

Durante la charla de Daniel Goure, sale a relucir otra vez las diferencias de visión sobre la situación estratégica mundial, que hay entre Occidente y el resto del mundo. En Occidente (en esta conferencia Estados Unidos) hay cierto optimismo en cuanto a rebajar el nivel de armas nucleares estratégicas, algo que disminuirá la tensión internacional, y que como dijo Obama en 2009 en Praga, a la postre llevaría al desarme nuclear a muy largo plazo. También en Occidente se da cada vez más importancia al aumento de la disuasión estratégica convencional, es decir, a la capacidad contra-fuerza (del arsenal nuclear y estratégico enemigo) ejecutada con armas no nucleares, cuyo máximo exponente sería el Prompt Global Strike. Esta visión es algo que también se comparte en cierta madida en Francia y Reino Unido.

Esta mentalidad de reducir la importancia de las armas nucleares, queda expuesta con la puesta en duda de los misiles Trident en Reino Unido el año pasado. Muy lejos, lejísimos, quedan los tiempos de la grave crisis entre ese país y los EE.UU., cuando el Secretario de Defensa de este último país, Robert McNamara, intentó destruir la fuerza nuclear estratégica británica en 1962, cancelando el programa del misil Skybolt AGM-48. Habría destruido esa fuerza porque la capacidad disuasoria británica se basaba en sus bombaderos V, armados con bombas de caída libre. Estos bombarderos volarían a gran altura hasta justo encima del objetivo y lanzarían su carga. Pero con el desarrollo por parte de la Unión Soviética de los misiles SA-2, que incluso eran capaz de destruir a los aviones U-2, esta fuerza de bombarderos quedó obsoleta frente a la URSS. En respuesta, el Reino Unido intentó desarrollar un misil que permitiese disparar su carga a los bombarderos a cierta distancia y evitar las defensas antiaéreas (misil Blue Steel, 240 kilómetros), y también intentó desarrollar un misil balístico de alcance intermedio o IRBM (misil Blue Streak). Pero el alcance del Blue Steel era escaso, y el desarrollo de un IRBM complicado y costoso, por lo que decidieron adquirir el misil americano para bombarderos pesados Skybolt, con un alcance de unos 1850 kilómetros. Pero los británicos no contaban con McNamara, que desconfiando de las fuerzas nucleares pequeñas independientes, por su potencial desestabilizador, decidió en noviembre de 1962 (días después de la estresante crisis de Cuba) cancelar dicho programa, aduciendo que estaba teniendo fallos en las pruebas. Esa decisión generó una gran crisis en el Reino Unido, y puso en cuestión la relación especial con los EE.UU., por lo que el primer ministro británico forzó a una reunión en Nassau con el presidente Kennedy en diciembre. La crisis se solucionó con Estados Unidos suministrando misiles balísticos submarinos, los Polaris, antecesores de los Trident actuales, y cuna de los submarinos balísticos estratégicos que desde entonces tienen los británicos (actualmente clase Vanguard con misiles Trident). Muy lejos quedan los tiempos en que las Grandes Potencias europeas la disuasión estratégica recibía una atención pública intensa y bien concienciada.

En Occidente no queremos ver los peligros estratégicos de todo entorno internacional basado en la soberanía nacional y la anarquía internacional, pero esa candidez no se comparte en el resto del mundo. Tal y como pudimos escuchar al ponente ruso en la conferencia del Panel 5 del Simposio del STRATCOM sobre Disuasión, en Rusia el papel de las armas nucleares estratégicas es creciente, debido a las enormes debilidades convencionales rusas. Algo que también recuerda Daniel Goure en su charla, a lo que debe añadirse al papel cada vez más importante que en Rusia ahora se le dan a las armas nucleares tácticas. Por otro lado tenemos la creciente modernización China, que aunque todavía no se plantea abandonar su posición nuclear estratégica basada en la Disuasión Mínima para aumentar su arsenal, desde luego no disminuirá sus cantidades, sino que incluso pueda aumentarlas. Y luego está el papel también creciente de las armas nucleares en países como Pakistán, India, Corea del Norte, Irán o Israel. Algo que a su vez incrementaría los incentivos a sus vecinos para dotarse de armas nucleares, o de extender la disuasión nuclear de Estados Unidos a sus aliados. Es decir, el papel de las armas nucleares en la seguridad internacional se extiende, y no sólo eso, sino que el umbral de disuasión para su uso, se amplia desde la Destrucción Mutua Asegurada, como es el caso de Rusia.

Los discursos como los de Obama en Praga en 2009, y o las perspectivas académicas basadas en los controles de armamentos, limitaciones, no proliferación, reducción y desarme, no son sino un típico producto de mentes burguesitas e insulsas, que creen que las armas, las guerras y el equilibrio del poder, van a desaparecer por la mera fuerza del deseo. Llegar a algún tipo de acuerdo con Rusia y China es bueno, eso nadie lo niega, no estamos abocados a la guerra y al enfrentamiento. Pero creerse la iniquidades intelectuales de las propuestas idealistas de un mundo sin armas atómicas, de un mundo sin equilibrio de poder, lográndolo simplemente a fuerza de tratados y leyes internacionales, es algo que ni Kant se atrevió a pensar. Según Kant, ello sólo sería posible cuando en el mundo sólo hubiese Democracias, pero nunca a través de meros tratados y Regímenes Internacionales.

Resto de ponencias del Seminario.









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