lunes, 4 de octubre de 2010

Lecciones aprendidas de Vietnam.



Fragmentos del artículo de William L. Stearman en la Military Review, que critica al anterior artículo de Thomas H. Johnson y M. Chris Mason, titulado "Volver a pelear la última guerra: Afganistán y el patrón de Vietnam."
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Hay una gran diferencia entre el apoyo muy limitado (si procede) a los talibanes que supuestamente han estado recibiendo de Pakistán y de “acaudalados sauditas” con la enorme cantidad de suministros militares que recibió Vietnam del Norte proporcionados por la antigua Unión Soviética y China incluyendo tanques, artillería de largo alcance, cohetes y misiles de tierra a aire de tecnología avanzada.

Los contados desertores del ARVN jamás llegaron a acercarse al lado enemigo. Sin embargo, en 1967, unos 75.000 soldados del Ejército Norvietnamita (NVA) y tropas del Vietcong (VC) se habían cambiado para nuestro bando. Nuestras fuerzas armadas aprovecharon esta situación, especialmente los Infantes de Marina, cuyos Kit Carson Scouts se desempeñaron de manera excelente y demostraron ser excepcionalmente leales. Por mucho tiempo he pensado que cometimos un error fundamental al no formar pequeñas unidades de enemigos desertores integrados con zapadores con experiencia en guerrilla e infiltrarlos en el territorio enemigo para atacar las bases enemigas y las líneas de comunicaciones.

Esta idea la saqué de un desertor del Vietcong de mayor antigüedad que había sido un comandante de regimiento y estaba resentido porque no lo habían promovido debido a que había embarazado a una chica del lugar. Dijo que todo el mundo que él conocía se preguntaba por qué jamás habíamos organizados emboscadas a lo largo de sus Líneas de Comunicaciones (LOC) o atacados sus bases con tropas terrestres. En otras palabras, estábamos dejando que hicieran lo que quisieran en gran parte del país.

Alentado por la inestabilidad que provocó el derrocamiento de Diem, el lado comunista pasó a la ofensiva, y en 1964, comenzó una grave infiltración de tropas NVA. La situación militar se deterioró, y las instalaciones estadounidenses fueron atacadas. Esto dio lugar a ataques aéreos como represalias contra Vietnam del Norte, y en marzo de 1965, el despliegue de las primeras unidades de combate estadounidenses: los batallones de la Infantería de Marina. Cuando llegué a Saigón a finales de 1965, la ciudad estaba prácticamente sitiada. No se podía pasar ni un milímetro más allá de un kilómetro sin arriesgarse a que le dispararan. La ciudad misma parecía estar plagada de terroristas del VC. En los casi veinte meses que estuve apostado en una zona residencial de la ciudad, cerca de tres docenas de civiles fueron asesinados a tres cuadras de donde yo vivía, muchos de ellos como resultado de ataques con cohetes.

Por otro lado, los VC claramente se basaron en el terror para ganar la lealtad popular. De 1964 a 1967, más de 6.000 jefes de aldeas, maestros de escuela, enfermeras y trabajadores sociales fueron asesinados por la misma razón —para obligar a los aldeanos a rendirle lealtad a los VC. Me pareció significativo que siempre que la gente huía del pueblo para escapar de una catástrofe natural o guerra, lo hacían a zonas controladas por el gobierno de la República de Vietnam del Sur, jamás a las controladas por el VC.


Cuando el lado comunista, en su mayoría soldados y cuadros del VC, iniciaron un masivo y sorpresivo ataque (Ofensiva del Tet) la noche del 30 al 31 de enero de 1968, tomó a todos por sorpresa. Lo más impactante fue la capacidad de las fuerzas comunistas para atacar a 34 pueblos de provincias, 64 pueblos de distritos y todas las ciudades autónomas, incluyendo a Saigón.

El declarado propósito de este concertado ataque fue fomentar y apoyar un levantamiento popular general. Este planificado “Gran Levantamiento” jamás se concreto. En cambio, la gran mayoría de los survietnamitas, apoyaron firmemente al gobierno de la República de Vietnam del Sur; la gente y sus fuerzas armadas en todos los niveles resistieron y se defendieron con valentía y determinación,

Con la eliminación efectiva del Viet Cong, la pacificación procedió a buen ritmo. A finales de 1968, 76 por ciento de las aldeas de Vietnam del Sur se declararon “relativamente seguras”, lo que era un buen augurio para el éxito de la pacificación. En 1969, se llevó a cabo una carrera de bicicletas que iba desde el extremo norte hasta el extremo sur del país. Esto habría sido inconcebible antes del Tet. A finales de 1969, gracias a los programas de pacificación activos tanto estadounidenses como vietnamitas, 92 por ciento de la población y 90 por ciento de las aldeas y caseríos fueron declaradas seguras o relativamente seguras. El presidente Thieu había, en abril de 1968, organizado la Fuerza de Autodefensa de los Pueblos a la que cuatro millones de personas se habían unido y estaba equipada con unas 600.000 armas. El programa de pacificación alcanzó su plenitud en una de las reformas de la tierra (para el cultivo) de mayor éxito en la historia, el programa de la “Tierra para el Labrador”, el cual Thieu inició en 1970 y dio como resultado que casi todos los que labraban la tierra fueran propietarios de la misma. La legitimidad hacia el gobierno fue substancialmente fortalecida. El desgaste decisivo de la fuerza del VC como resultado de las medidas tomadas por los survietnamitas y el Ejército estadounidense fue el factor principal en la protección del pueblo y aislamiento del VC, por consiguiente, haciendo viable la pacificación.

No fue sino hasta 1968 que iniciamos un gran esfuerzo para reequipar y mejorar la eficacia del ARVN y el plan de vietnamización. En 1969, el presidente Nixon implementó el programa y en ese verano comenzó a retirar tropas estadounidenses. Las fuerzas del ARVN aumentaron significativamente sus operaciones de combate y les iba bien.

Esto fue ejemplificado por su desempeño en las operaciones combinadas de abril-mayo de 1970 contra los santuarios comunistas en el territorio que antes estaba fuera de los límites de Camboya. Sin embargo, una incursión posterior desacertada en Laos, sin el apoyo de los estadounidenses, la Operación Lam Son 719, culminó con un desordenado retiro con excesivas bajas y muy publicitado.

Con las fuerzas del Viet Cong derrotadas, Hanoi decidió, en 1972 poner a prueba la vietnamización lanzando su más grande ofensiva convencional de la guerra. Esta, la “Ofensiva de Pascua de Resurrección” utilizó el equivalente a 23 divisiones equipadas con cientos de tanques abastecidos por los soviéticos, artillería de largo alcance y cohetes, misiles de superficie a aire y otras armas modernas. Las fuerzas terrestres de Vietnam del Sur—ARVN (Ejército) e Infantería de Marina—con el absolutamente crucial apoyo aéreo, naval y logístico estadounidense, detuvieron la ofensiva y lanzaron una contraofensiva, inter alía, recapturando las posiciones más fuertes del enemigo, Quang Tri, que estaban muy cerca del mismo Vietnam del Norte.
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Si no podían sostener Quang Tri, probablemente no habrían podido sostener ninguna otra cosa. Esta ofensiva le costó a Vietnam del Norte aproximadamente 100.000 muertos en combate, el doble del número de muertos de las tropas muertas en acción estadounidenses en toda la guerra. Tuvo que sacar personal de donde no había para lanzar la ofensiva.

Después de la victoria de Hanoi en 1975, un ex comandante de mayor jerarquía en el Sur, el General Tran Van Tra, reveló en el Órgano del Partido Nhan Dan que, en efecto, sus tropas estaban contra la espada y la pared y a punto de la derrota en 1972. Como expresó el ex Director de la CIA, William Colby, en su libro Lost Victory en 1983, “En el terreno en Vietnam del Sur, la guerra se había ganado [para el otoño de 1972]”.

El afán de Kissinger de poner fin a la guerra a través de la negociación dio como resultado que nos arrebataran, antes de tiempo, de nuestras garras la victoria al concluir el “Acuerdo de Paz” de Paris, el cual lamentablemente dejó a las tropas norvietnamitas en Vietnam del Sur y un mal aconsejado “cese al fuego” vigente. Según convincentemente escribió el General norvietnamita Van Tien Dung en Nhan Dan en 1976, “El Acuerdo de [Paris] representó una gran victoria para nuestro pueblo y una gran derrota para los imperialistas estadounidenses y sus lacayos”.
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Después de todo esto, el Congreso redujo la ayuda militar estadounidense proporcionada a Vietnam del Sur a casi 70 por ciento. El 4 de junio 1973, su enmienda prohibió todas las operaciones militares en Indochina. Esto garantizó contundentemente la derrota de Vietnam del Sur en 1975. Según lo expresó Van Tien Dung: “La disminución de la ayuda estadounidense le hizo imposible a las tropas de Saigón llevar a cabo su combate y los planes de desarrollo de fuerza. “Como Dung lo plasmó en su libro Great Spring Victory, (citado en el libro previamente mencionado de Davidson) “Nguyen Van Thieu se vio obligado a luchar una guerra de hombre pobre. El poder de fuego contra el enemigo había disminuido casi 60 por ciento… su movilidad también se había reducido a la mitad”. Descaradamente traicionamos a nuestro aliado.

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