sábado, 30 de octubre de 2010
La nueva carrera de armamentos.
Tertulia en la que participan personalidades reputadas, y ya de sobra conocidas, sobre asuntos político-militares como Robert Kaplan, Joseph Cicinricione o Richard Butler.
Guerra de Cuarta Generación en Sierra Leona. La Operación Barras.
En este enlace pueden descargarse gratuitamente el libro de Osprey "Certain Death in Sierra Leone – The SAS and Operation Barras 2000." Número 10 de la colección RAID. Relata la famosa Operación Barras en Sierra Leona en el año 2000.
Sierra Leona era una nación azotada por la maldición de los diamantes de sangre, golpes de Estado, guerra civil, señores de la guerra, etc. En agosto del año 2000, una sanguinaria banda (West Side Boys) de exmilitares, delicuentes y niños soldados, cuyos suministros los conseguían en parte a través de corruptos cascos azules jordanos, secuestraron a varios militares británicos para usarlos como elementos de presión contra el gobierno. Ello desencadenó una espectacular operación de rescate por parte de elementos del SAS, SBS y 1 PARA, que destruyó a los West Side Boys, y produjo un efecto dominó que terminó por desmovilizar al resto de grupos guerrilleros y pacificar el país.
Hace algún tiempo subí un documental de la serie Situación Crítica sobre dicha operación y que he insertado al final de esta entrada. Fue toda una típica Guerra de Cuarta Generación (aquí el libro de Thomas Hammes, The Sling and the Stone, donde explica ese concepto de forma más desarrollada que en el clásico artículo de William Lind), una guerra que algunos podrían clasificar de Posmoderna.
No obstante, la táctica usada es vieja como la guerra. La información básica fue suministrada por un papelajo escrito a bolígrafo y entregada en mano, donde se hacía un plano de la localización de los rehenes y los secuestradores; y el resto de la información por una patrulla de reconocimiento. Entre ambos se obtuvo la posición, número y cualidades del enemigo. El resto pues como siempre, a tiro limpio, usando el sigilo y el camuflaje, y tratando de basarse en la sorpresa, superioridad numérica, superior potencia de fuego y/o de una posición favorable, con la que destruir a las fuerzas contrarias.
Los únicos elementos posmodernos de este u otros conflictos es que ocurren en sociedades en las que, bajo cierta estrechez de miras, quedan fuera del clásico esquema de análisis y discurso modernizador de la Sociología Clásica (que básicamente gira entorno a la edificación del Estado Moderno y el desarrollo del Capitalismo).
Bajo el ataque de un A-10 (GAU-8)
Como un auténtico cuerno de guerra, el sonido del cañón GAU-8 nos resulta a muchos cautivador y fascinante. En el primer vídeo se vive bajo lo que parece fuego amigo.
miércoles, 20 de octubre de 2010
¿Caolición Kurda-Suní-ISCI para desbancar a Al Maliki?
Estos acontecimientos significan que los Kurdos han emergido como elementos decisores claves (Kingmakers). Los representantes de los árabes suníes, el Movimiento Nacional Iraquí (INM) de Allawi (notable ultranacionalista que tiene vínculos con los baasistas), ha escogido hacer concesiones a los kurdos (sobre el asunto de Kirkuk, el petróleo, etc) en vez de no ceder y tener en el gobierno del Estado iraquí a los seguidores de Muqtada al-Sader y la infiltración de los intereses iraníes.
Niebla de Guerra. Entrevista en AlJazeera (Frost) al General David Petraeus.
Petraeus no se atreve a hacer una estimación sobre el número de enemigos a los que se enfrenta, dice que muchos insurgentes no son insurgentes, sino gente con necesidades económicas y que cooperan con la insurgencia a cambio de dinero para sobrevivir. Esto es sumamente grave, como dice Clausewitz, las tres preguntas elementales que han de responderse antes de iniciar un plan estratético son: el número de enemigos, sus características (armamento, destrezas, etc), y su posición geográfica.
La Niebla de la guerra jamás desaparecerá, y los Sistemas de Combate Futuro, además de las majaderías aún más grandes de las Guerras Basadas en Redes, Las Dominaciones Rápidas, o las Operaciones Basadas en Efectos, nos lo han demostrado por la vía de la Falsación Científica (errores en la explicación que no pueden enmendarse sin destruir la hipótesis o la teoría).
La falta de intelectualidad, y de la más mínima cultura en Ciencias Sociales y Epistemología, de una gran parte de los estudios y análisis de Defensa de los años 90 y priméra década del 2000, chirríaba, y chirría, en el cerebro de cualquier alma mínimamente sensible. Las inconsistencias y banalidades teóricas de los Eric Shinseki, Arthur Cebrowki, David Deptula o Harlam Ullman son ya hoy indiscutibles.
Pero desde hace algún tiempo las cosas han cambiado, por lo menos un poco. En la Military Review de Marzo y Abril de 2010, 4 de las 12 firmas de los artículos publicados, son Doctores en Filosofía.
lunes, 18 de octubre de 2010
Serios riesgos de desestabilización de Irak.
Informa The New York Times. Las defecciones están ocurriendo por la frustación reinante con el gobierno chiíta de Maliki.
Durante los últimos cuatro meses, la atmósfera ha estado cargándose entre los miembros del Despertar que se encuetran en una situación esquizoide entre las fuerzas de seguridad iraquíes, que han arrestado cientos de antiguos y actuales miembros del Despertar acusándolos de terrorismo, y por las brutales técnicas de reclutamiento que emplea Al Qaeda.
A los miembros del Despertar que no asesina Al Qaeda, esta les ofrece entregas de dinero superiores a los 300 dólares mensuales que les paga el gobierno, y además les dicen que estarán a salvo de ataques.
El gobierno, que aunque dice que trata de integrar a los miembros de Despertar en la sociedad iraquí, en verdad trata de debilitarlos confiscando sus armas bajo la escusa de que carecen de permisos adecuados, o disminuyendo la paga a los líderes del Despertar.
En Julio, a algo menos de la mitad de los miembros del Despertar (41.000 de 94.000) les fueron hechas ofertas de trabajo por el gobierno. Pero muchos de los empleos eran temporales y de baja categoría. El gobierno sólo ha mantenido a 9.000 miembros de Despertar en las fuerzas de seguridad, bajo la escusa de las restricciones presupuestarias.
Líderes del Despertar, que no están entre los miembros que hacen defección, dicen que no se sorprenden de las mismas, que ellos están avisando de la marginalización que están sufriendo por la actitud del gobierno y por el abandono del país que están realizando los militares americanos.
Un hombre que se identificaba así mismo como miembro de Al Qaeda en Mesopotamia, dijo recientemente que el reclutamiento de miembros desafectos del Despertar está siendo un éxito en Baquba, la capital de Diyala.
Desde que Maliki llegó a un acuerdo con la Alianza Nacional Iraquí (del que forma parte Muqtada al-Sadr), tras los siete meses de punto muerto que siguieron a las elecciones del 7 de marzo de 2010, se han sucedido los temores de que ello represente una victoria de Irán al penetrar en el gobierno iraquí, y que esos miembros chiítas radicales del ANI se hicieran cargo de los ministerios de fuerza, dejando inerme a la minoría árabe-suní y desestabilizando Oriente Próximo (apoyos a Hezbolá, Hamás, Yihad Islámica, Siria, insurgentes en Yemen, etc)
Las acusaciones en ese sentido de Iyad Allawi son contínuas y muy directas. Allawi amenaza con boycotear dicho gobierno si no se da cabida a su formación (al-Iraqiyya o Movimiento Nacional Iraquí, lista más votada en las elecciones), reivindicando que la situación en Irak es similar a la de Líbano, donde todos los segmentos sociales tienen alguna clase de representación para evitar tiranías de la mayoría (pactos muy corrientes en democracias pluriculturales, como tradicionalmente ha ocurrido en Holanda).
El objetivo irrealizable de unas Fuerzas de Seguridad Afganas listas para 2011.
Fragmentos de tres artículos sobre las Fuerzas de Seguridad afganas, uno de los dos asuntos claves para el futuro de esta guerra, junto a los acuerdos políticos con las facciones insurgentes.
En los tres se llega a la conclusión que el objetivo de expandir el ENA (Ejército Nacional Afgano) de los 97.000 efectivos actualmente a 171.600 para fines del 2011 y a 240.000 dentro de cinco años, como irrealizable. Algo que no cuadra con la intención de Obama de comenzar la retirada de manera paulatina a mediados de 2011.
Esta guerra es sólo una de los varios escenarios donde se libra la guerra contra la insurgencia salafista global que libran los Estados Unidos y sus aliados (occidentales y musulmanes). Y Afganistán es sólo uno de los países donde se desarrolla la Operación Libertad Duradera.
También ha de tenerse en cuenta la propia dinámica política e intereses nacionales pakistaníes, cuyo servicio de espionaje creó los talibán por el año 1996 para conseguir "profundidad estratégica". En este contexto se encuadra la Guerra en el Noroeste de Pakistán, que libran las fuerzas armadas pakistaníes contra terroristas internacionales (no todos) que atentan contra la ISAF y el gobierno afgano (Al Qaeda, Ejército Islámico de Uzbequistán, talibanes afganos, etc) y contra los elementos locales que reaccionaron a las incursiones del ejército pakistaní, que desde el año 2004 (batalla de Wana) lleva a cabo en las áreas tribales, y que dieron lugar en 2007 a la creación de una suerte de coalición llamada Tehrik-i-Taliban Pakistan, los conocidos como talibanes pakistaníes, en donde se da cabida a unos 13 grupos diferentes.
Ante la impotencia de controlar todo el territorio por si mismo, el Estado pakistaní pacta con grupos que no atenten contra él (como han sido los talibanes pakistaníes de Hafiz Gul Baradar del Norte de Waziristán o la Red Haqqani), y lanza ofensivas contra otros. Algo no muy distinto a lo que se prentende actualmente desde Kabul y la ISAF respecto a los talibanes afganos.
Tras el actual recrudecimiento de la guerra afgana, está el que los talibanes afganos pasaran de unos 11.000 militantes estimados en 2008, a unos 25.000-36.000 en 2010, y su unión (creando el SIM, Consejo de los Mujaidins Unidos, en 2009) con los talibanes pakistaníes (con una fuerza estimada en 35.000 combatientes) para luchar contra las fuerzas internacionales y las de Kabul. Estamos en una fase de escalada entre las fuerzas de Kabul y la OTAN por un lado (envío de 30.000 militares americanos extra y expansión de las Fuerzas de Seguridad afganas) y la pléyade de grupos que componen la insurgencia por el otro. Una escalada que Obama ha declarado que está dispuesto a perder a mediados del año de 2011 (con el anunciado comienzo de la retirada) y el fracaso de conformar un Ejército y Policía afganos suficientemente numerosos y operativos.
1.- Las Fuerzas de Seguridad de Afganistán: ¿listas para el relevo? Por Félix Arteaga y Carlota García Encina. Real Instituto Elcano. Artículo muy extenso donde se hace un repaso detallado, mediante recursos de fuentes abiertas, sobre el estado de las Fuerzas de Seguridad afganas. Termnia concluyendo que no serán capaces de lograr los niveles cuantitativos y cualitativos esperados para hacer factible la retirada anunciada por Obama para mediados de 2011.
2.- Colombia le puede enseñar a Afganistán (y a Estados Unidos) cómo ganar. Por Robert Haddick. Air and Space Journal. En base a la muy positiva evolución de las Fuerzas de Seguridad de Colombia (en donde se primó la calidad y la operatividad frente a la cantidad), en la que su situación de inseguridad en la época de Andrés Pastrana y las negociaciones del Caguán, era peor que la inseguridad del Afganistán de hoy. Haddick recomienda centrarse en la calidad y capacidad operativa de la fuerza, más que en la cantidad.
Recordemos que en la época de aquellas negociaciones las FARC y el ELN tenían una fuerza compuesta por unos 21.500 combatientes, y se consideraban cerca de tomar al asalto el Estado. Pero tras la ayuda militar recibida de Estados Unidos a través del Plan Colombia, y el detonante del secuestro de Jorge Géchem, comenzó la contraofensiva y la aplicación de la exitosa Doctrina de la Seguridad Democrática (y el inmenso escándalo de la Parapolítica) el balance militar y político se invirtió radicalmente. Actualmente la FARC tienen unos 6.000 combatienes, y sólo en los últimos años, unos 3.000 guerrilleros han desertado de las FARC.
No obstante, al centrarse el artículo sólo en las Fuerzas de Seguridad, pasa por alto las radicales diferencias entre los conflictos afgano y colombiano. La guerra en Colombia es producto de dos cleavages clásicos de la Ciencia Política, el de la lucha de clases y el de la ruptura entre campo y ciudad. Esto es, la marginación política de reductos como los de la República de Marquetalia en los años 60, y el fracaso en la integración de la Unión Patriótica, en los años 80, en el proceso político. Mientras que en Afganistán destacan los cleavages nacionalista (conflicto centro-periferia y tensiones étnicas) y el religioso (modernización promovida desde Kabul y las fuerzas internacionales contra el tradicionalismo e islamismo rural y de los grupos yihadistas).
3.- Volver a pelear la última guerra: Afganistán y el patrón de Vietnam. Por Thomas Jonhson y M. Chris Mason. Military Review. En este artículo también se pone en duda las cifras oficiales que logren edificar en Ejército Nacional Afgano que tome el relevo de las tropas internacionales en 2011.
Además se critica la estrategia del proceso de Bonn, de ir expandiendo el Estado afgano por el territorio para generar un entorno de seguridad que genere desarrollo económico y niegue el terreno a los talibanes y terroristas internacionales. Unas críticas muy en la línea de las que hace Rory Stewart.
En la reciente batalla de Marja en la provincia Helmand de Afganistán, la infantería estadounidense y la británica tuvo que encabezar el asalto contra los talibanes, un indicio preocupante en cuanto al apresto del ejército afgano. Cada año, el 19% de los soldados en el ejército afgano renuncia o abandona.
Y a pesar de que el gobierno estadounidense gastó más de $5,6 mil millones de dólares en el año fiscal 2009 adiestrando y dándole apoyo a las fuerzas de seguridad afganas, la cifra de batallones afganos calificados para operar independientemente en realidad disminuyó durante los últimos seis meses. A pesar de estos problemas con el ejército existente de Afganistán, funcionarios afganos y de la OTAN quieren acelerar su expansión, de 97.000 efectivos actualmente a 171.600 para fines del 2011 y a 240.000 dentro de cinco años.
Las fuerzas de contrainsurgencia en Colombia y Afganistán enfrentan varios retos similares.
1. El terreno escabroso en ambos países les ofrece a los insurgentes lugares para esconderse y limita la movilidad terrestre de las fuerzas de contrainsurgencia.
2. Los insurgentes tanto en Colombia como en Afganistán se aprovechan de los santuarios fronterizos.
3. Los insurgentes en ambos países han financiado sus operaciones con el narcotráfico.
4. En el peor de sus casos, ambas fuerzas de insurgentes tenían puntos fuertes similares. En sus momentos de más fortaleza (alrededor del 2001), los grupos insurgentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) pudieron poner en servicio una cifra combinada de 21.500combatientes, alrededor de 1,9 combatientes por cada 1.000 hombres de edad militar en Colombia. El cálculo más elevado de los efectivos actuales del talibán es 17.000 ó 2,3 combatientes por cada 1.000 hombres de edad militar en Afganistán.
5. Cuando Colombia estaba tocando fondo a fines de la década de los años noventa, el ejército colombiano fue ineficaz contra las fuerzas de insurgentes. Las unidades militares de las FARC estaban dispuestas a enfrentar al ejército colombiano en un combate abierto convencional. En agosto de 1996, una fuerza de las FARC invadió una base del ejército colombiano en el departamento Putumayo, neutralizando y capturando a más de cien soldados. En marzo de 1998, los combatientes de las FARC aniquilaron el Batallón de Contraguerrillas 52, considerado en ese entonces una de las unidades selectas del ejército.
6. De mediados a fines de la década de los noventa, el estado de derecho en Colombia era mínimo. En 1995, un cuarto de los municipios de Colombia no contaba con una fuerza policial. La policía y los sistemas de las cortes en Colombia estaban totalmente corrompidos. En el 2009, 2.412 civiles afganos murieron como resultado de la insurrección, alrededor de 8,5 por cada 100.000 afganos. A fines de los años noventa, la tasa anual de asesinatos en Colombia era de 62 por cada 100.000.
En las diferencias: Colombia es más rica que Afganistán, proveyendo una base de ingresos autóctona para sufragar las fuerzas de seguridad.
Colombia al menos contaba con las estructuras del ejército y fuerzas policiales establecidas, no comenzaban desde cero.
Cómo Colombia Arregló su Ejército
La reforma del ejército colombiano comenzó durante el término de Andrés Pastrana como presidente (1998-2002) y cobró velocidad durante la administración del Presidente Álvaro Uribe (2002-presente).
1. Nuevos líderes. En 1998, a insistencia de funcionarios estadounidenses, Pastrana reemplazó a los tres líderes principales en el ejército con generales nuevos que habían sido entrenados en escuelas militares en EE.UU. y quienes tenían extensa experiencia en combate a los niveles de batallón y brigada. Luego, este nuevo trío reemplazo a los comandantes subordinados.
2.Reorganización. Comenzando con la administración de Pastrana y extendiéndose a la administración de Uribe, Colombia reorganizó su ejército convirtiéndolo en un componente móvil y sumamente profesional y en un componente de conscriptos formado para la seguridad local. componente profesional del ejército estableció numerosos batallones aeromóviles, de comandos, de guerra de montañas, antidrogas y de fuerzas especiales. Esas unidades mejoraron la eficacia en general del ejército al especializarse en tareas específicas.
3. Helicópteros. El ejército y la policía de Colombia expandieron su inventario de helicópteros de alrededor de veinte en 1998 a 255 para fines del 2008. Para vencer el terreno montañoso y los bosques de Colombia, el ejército necesitaba movilidad aérea.
El ejército colombiano ha causado graves daños a las FARC y al ELN. Entre 2002 y 2008, en un estudio se calculó que los ataques del ejército redujeron las capacidades de ofensiva de las FARC por un 70 por ciento. Las unidades militares de las FARC, que en los años noventa pudieron aplastar los batallones del ejército colombiano, para el 2008 no pudieron funcionar en unidades con tamaños más grandes que el de una escuadra. Entre el 2006 y el 2008, más de 3.000 combatientes de las FARC abandonaron la organización.
Lecciones de Colombia para Afganistán
1. La calidad le gana a la cantidad. Funcionarios afganos y de la OTAN buscan aumentar el tamaño del ejército afgano de 97.000 a 171.600 para fines del 2011 y más adelante a 240.00023 En Colombia, en comparación, un ejército profesional de tan sólo 86.000 efectivos ha aplastado una insurgencia grande y tenaz y esencialmente apaciguó a un país tan escabroso y casi el doble del tamaño de Afganistán. Ayudada por no más de 800 entrenadores estadounidenses (que no acompañan al ejército colombiano al combate), Colombia se ha enfocado en seleccionar líderes de calidad, capacitar al cuerpo de suboficiales y crear unidades de combate especializadas.
2. Una fuerza afgana de helicópteros. Al igual que Colombia, Afganistán enfrenta el reto de encontrar y concentrarse contra fuerzas insurgentes en terreno difícil. Colombia estableció una fuerza grande de helicópteros para traer movilidad, en lugar de aumentar el número.
3. Crear fuerzas locales de seguridad. Un problema actual con el ejército de Afganistán (y anteriormente un problema en Colombia) fue la falta de voluntad de muchos soldados de servir lejos de sus ciudades y distritos natales. Como resultado, el ejército nacional afgano padece de gran ausentismo y deserción.24 Tal como se mencionó anteriormente, el Presidente Uribe creó pelotones para proteger las ciudades. En la Provincia de Nangarhar, la milicia estadounidense está ofreciendo ayuda directamente a una tribu grande que se ha vuelto en contra de los talibanes.
Lecciones de la Campaña de Estados Unidos en Afganistán.
Los entrenadores militares estadounidenses se enfocarían en mejorar constantemente la calidad, no el tamaño, de ejército nacional afgano de 97.000 efectivos. Además, Ampliar el programa de helicópteros de Afganistán.
Ya en los primeros acuerdos adoptados para restablecer el autogobierno afgano en diciembre de 2001 (Acuerdos de Bonn) se reconoció que la responsabilidad de la seguridad debía ser afgana y se solicitó la cooperación de la asistencia internacional para ayudar a las autoridades, entonces provisionales, de Afganistán a crear y entrenar sus fuerzas de seguridad. De esa forma se evitaría (por deseo de EE.UU.) un despliegue masivo y prolongado de fuerzas tal y como había ocurrido en los Balcanes.
El optimismo post-talibán hizo pensar que los combates de Libertad Duradera acabarían pronto y que el programa de desarme, desmovilización y reintegración de los combatientes funcionaría, subestimándose los indicios de inseguridad como los enfrentamientos armados, la proliferación de armas y grupos armados, el narcotráfico, la delincuencia.
En cuanto al ENA (Ejército Nacional Afganao) se refiere, su formación a partir de 2003 se diseñó para una situación de post-conflicto, donde no existía prisa ni otro objetivo estratégico que poner en marcha la capacidad militar del gobierno.
Las conclusiones reflejan que las FSA no están preparadas para un relevo significativo en 2011 y que en 2014 podrían estarlo o no según evolucionen las condiciones que afectan a su formación.
El deseo de desmovilizar las milicias existentes convivió inicialmente con el de construir una fuerzas afganas sobre esas mismas fuerzas (Afghan Military Forces, AMF), pero la dificultad de conciliar ambos deseos llevó en 2003 a optar por crear un ENA desde cero.
El largo proceso hacia unas Fuerzas de Seguridad Afganas
La creación de las FSA comenzó con el Acuerdo de Bonn, en diciembre de 2001 (Bonn I) cuando se creó la Autoridad Provisional Afgana que se concretó después en la Conferencia celebrada en Petersberg, Bonn, el 2 de diciembre de 2002 (Bonn II). Tras ella, el presidente Karzai fijó mediante decreto un límite máximo de 70.000 miembros para el ENA, y de 62.000 efectivos para la PNA (Policía Nacional Afgana).
El 14 de mayo de 2002, EEUU emprendió la formación de los primeros reclutas afganos en la antigua academia militar del país, a las afueras de Kabul, rebautizada como el Centro Militar de Formación de Kabul (Kabul Military Training Center, KMTC). El programa original estaba basado en la formación simultánea de dos grupos durante un ciclo de 10 semanas (cinco de instrucción individual básica, tres de individual avanzada y dos de pelotón), aunque en la primavera de 2003 el ciclo fue reducido a ocho semanas para acelerar el proceso, y a principios de 2004 se añadió un grupo más en el proceso de formación (Sedra, 2004, p. 4). El programa inicial engendró su primer kandak (batallón) en julio de 2002, pero en mayo de 2003 el ENA sólo contaba con 4.000 miembros, por lo que resultaba inalcanzable el objetivo de formar a 18.000 tropas para octubre de 2003 y de mantenerse ese ritmo se precisarían más del doble de los ocho años previstos para conseguir el objetivo de 70.000. En 2004, las críticas al programa inicial llevaron a un nuevo programa de entrenamiento que incluía un programa de 14 semanas: seis de instrucción individual básica, seis de individual avanzada y 2 dos de pelotón (GAO, 2005, p. 12). Al programa se le añadió una semana más y se mantuvo hasta 2007. Desde el comienzo, EEUU se encontró con problemas de reclutamiento debido a la escasez de cantidad y calidad de los recursos humanos, a su falta de disciplina, a su desequilibrio étnico (menos pastunes que de otros grupos), a la renuencia a vivir fuera de sus lugares de residencia, los bajos salarios y las malas condiciones de vida, lo que disparó la tasa de abandono (atrittion) hasta el 40%.
La Task Force Phoenix, un destacamento creado en mayo de 2003, se encargaba de la formación del ENA en cuestiones de liderazgo, planeamiento, ejecución de operaciones y doctrina. Tras el entrenamiento individual en el KMTC se pasaba a la instrucción y el adiestramiento de las unidades, para lo que la OMC-A decidió en 2004 empotrar equipos de entrenamiento (Embedded Training Teams, ETT) de aproximadamente 16 hombres, oficiales y suboficiales, en las unidades del ENA. Estos equipos acompañaban a la unidad en el terreno, proporcionaban liderazgo, entrenamiento táctico y apoyo logístico......la OMC-A consiguió completar la formación de 18.300 miembros del ENA –un 42% de los 43.000 fijados como objetivo[12] (GAO, 2005, p. 13)–, mientras que el mando central de Kabul contaba con 10.500 tropas y otras 7.800 estaban asignadas a los cuatro mandos regionales. La OMC-A preveía completar la formación de los 24.700 soldados restantes para mediados de 2007, formando cinco batallones al mismo tiempo, además de destinar más tropas de combate a los cuatro mandos regionales de Afganistán. Sin embargo, los integrantes de los ETT iban informando de la progresiva escasez de recursos y equipamiento, lo que afectaba negativamente a la efectividad del Ejército y a la disciplina y, además, se necesitaba incrementar de forma considerable el número de instructores empotrados si se quería formar cinco o seis batallones simultáneamente, por lo que la Task Force Phoenix reasignó oficiales para dicha tarea, e incluso, redujo ocasionalmente los ETT a 12 miembros.
Entre el 31 de enero y 1 el de febrero de 2006, se llevó a cabo en Londres una Conferencia internacional en la que estuvieron presentes unos 50 Estados y organizaciones internacionales que emitieron el Afghanistan Compact.....En el documento se reafirmó el objetivo de alcanzar unas fuerzas de seguridad profesionales, operativas y étnicamente equilibradas a finales de 2010 (70.000 miembros del ENA y 62.000 para la PNA), un objetivo poco realista teniendo en cuenta la situación de partida y la escasez de instructores disponibles.
En 2006, a medida que la OTAN asumía más responsabilidades en Afganistán y que crecía la inseguridad, ISAF inició el programa de los equipos de adiestramiento operacional de enlace (Operational Mentor Liasion Teams, OMLT) para complementar el esfuerzo de los ETT de EEUU
Los progresos, sin embargo, eran lentos y, además, cada vez se necesitaban más soldados afganos capaces de luchar contra la insurgencia por lo que se tomaron dos nuevas medidas: por un lado se abrieron nuevos centros de entrenamiento en varios puntos del país para formar más reclutas y, por otro, se redujo la duración de los programas de entrenamiento de 15 semanas a 10 semanas de instrucción básica de combatiente, lo que permitía formar unos 34.000 soldados al año, 24.000 en el KTMC y 6.000 en los nuevos centros (RAND, 2009, p. 31).
Después de las 10 semanas de entrenamiento básico, parte de los efectivos podían asistir a un curso de adiestramiento avanzado de infantería u otra especialización de seis a ocho semanas de duración. Una vez constituidas, las nuevas unidades afganas recibían, además, un período adicional de formación individual y colectiva antes de empezar a rotar en las operaciones de combate. Cada kandak se acompañaba bien de un ETT, bien de un OMLT, ambos con las mismas funciones de partnering.[20] A medida que las unidades del ENA mejoraban sus capacidades y aumentaban su autonomía operativa, se vio la necesidad de someterles a un proceso de validación para lo que se crearon los Validation Training Teams (VTT) que, asistidos por los ETT y los OMLT, empezaron a evaluar las unidades más capaces a través de una serie de ejercicios de campaña.
En julio de 2007, el ENA planeó y ejecutó su primera gran operación. El general de División Abdul Khaliq, comandante del 203 Cuerpo del Ejército, asumió el mando de la Operación Maiwand en la provincia de Ghazni en la que participaron cerca de 800 soldados afganos, 400 norteamericanos y 200 policías afganos (Cook, 2007)....En abril de 2008 Afganistán contaba con alrededor de 58.000 efectivos militares, formados y asignados, de los cuales 38.000 eran fuerzas de combate. De ellas, sólo dos de las 105 unidades del ENA estaban capacitadas para actuar de forma autónoma, 38 podían actuar con asistencia internacional, mientras que el resto se encontraba en la etapa de formación básica (GAO, 2008, p. 18). Además, las unidades de combate tenían graves carencias, en torno a un 40%, en cuanto a falta de equipamiento como vehículos, armas y radios. También subsistían las dificultades para encontrar candidatos cualificados para posiciones de liderazgo y la falta de instructores en el terreno seguía siendo uno de los principales escollos.
En septiembre de ese mismo año y ante el recrudecimiento de la violencia, el gobierno afgano pidió incrementar el ENA de 80.000 efectivos a 134.000. En septiembre de 2008 el órgano conjunto encargado de supervisar las FSA (Joint Coordination and Monitoring Board, JCMB) aprobó dicho incremento y decidió que la totalidad de los nuevos efectivos debería estar formados y asignados a principios de 2014 (DoD, 2009, p. 34). En total sería una fuerza formada por 20 brigadas, con un nuevo cuartel general en la capital, con cuerpos de artillería, ingenieros y una fuerza de reacción rápida. Para acelerar la disponibilidad de tropas, en octubre de 2009 se redujo la duración del curso individual del KTMC de 10 a ocho semanas aunque se incrementaron las horas lectivas.
No obstante, el sistema de reclutamiento para alcanzar el objetivo de 134.000 soldados en el ENA comenzó a encontrar dificultades para encontrar los 3.400 reclutas necesarios por mes (40.800 por año) y comenzaron a aumentar las bajas definitivas por distintos motivos (atrittion) y las ausencias injustificadas (la tasa media del ENA en julio de 2008 era del 7,2% y la de las unidades en contacto rondaba el 10% –DD, 2009, p. 39–).
Finalmente, y aunque el presente análisis no puede extenderse al Ministerio de Defensa, la evolución del ENA no puede entenderse sin la del Ministerio y de sus responsables. El Ministerio se tuvo que levantar desde la nada y ha recibido asistencia técnica abundante......lo que justifica la necesidad de mantener el número actual de asesores estadounidenses (270) y el envío de asesores adicionales bajo un nuevo programa de choque si se desea alcanzar su plena capacidad a mediados de 2012.
El abandono o la ausencia injustificada eran mayores entre las fuerzas policiales dedicadas a la lucha contra la insurgencia (Afghan National Civil Order Police, ANCOP) que son en realidad unas fuerzas de infantería ligera que recibe más formación, paga y equipamiento que las fuerzas policiales uniformadas aunque, en contrapartida, presentan un alto grado de estrés operacional y de bajas, lo que disminuye su índice de reclutamiento. Para aumentar el reclutamiento se subió la paga mínima hasta los 100 dólares en octubre de 2006 pero eran todavía inferiores a lo que ganaban los soldados del ENA y la mitad de lo que abonaban las empresas privadas de seguridad. La composición étnica de la PNA se reveló también como un problema ya que la superioridad tayika entre los mandos (el 90% de los alumnos de Kabul) crea dificultades de obediencia para la mayoría de los policías que pertenecen a otras etnias.
Déficit de instructores y de coordinación
La escasez de instructores ha perjudicado el cumplimiento de los programas de instrucción y adiestramiento de las FSA, más en el ámbito policial que en militar, y más en funciones complejas que en las de combate. La necesidad de acelerar la formación de las fuerzas afganas de seguridad dio a la disponibilidad de instructores una prioridad que no tenían al principio de la intervención, y su demanda aumentó con cada nueva ampliación de los objetivos de fuerza militar o policial. La carencia afectaba principalmente a los instructores encuadrados en equipos de instructores (ETT, PMT, OMLT y POMLT) imprescindibles para acompañar, formar y apoyar a las unidades del ENA.
A mayo de 2009 sólo estaban operativos 90 de los 635 PMT, 54 de los 65 OMLT y 76 ETT, por lo que se necesitaban 2.560 instructores, y al crearse el NTM-A en noviembre de 2009 ISAF sólo contaba con el 25% de los instructores necesarios y todos los alumnos pasaban los cursos independientemente de su rendimiento y la falta de equipo. Ante esta situación crítica y debido a la necesidad de acelerar el programa de transición, EEUU anunció el despliegue adicional de 37.000 tropas propias, muchas de ellas dedicadas a las funciones de instrucción y adiestramiento y los miembros de ISAF aportaron 1.600 nuevos instructores para los OMLT y POMLT con lo que se alivió en parte la carencia. También se mejoró con la introducción de programas para instruir a futuros instructores afganos.
El déficit de instructores ha afectado al cumplimiento del plan de formación, retrasando el relevo de fuerzas internacionales por afganas, pero también afecta a la calidad de la formación porque la falta de algún componente especializado en un equipo impide adiestrar a la unidad en ese componente.
El relevo se acelera tras el cambio de Administración en EEUU.
Al final del mandato de la Administración Bush se había constatado que la estrategia seguida no había dado todos los resultados esperados y, además, que el auge de la insurgencia ponía en riesgo los resultados logrados.
El cambio de Administración en EEUU condujo a un cambio de las estrategias estadounidenses, a una creciente “americanización” del conflicto y a fijar una fecha del comienzo de la salida de fuerzas de Afganistán (Arteaga, 2010).
El presidente Obama apoyó el cambio y anunció el 27 de marzo de 2009 una Estrategia para Afganistán y Pakistán que era una estrategia de contrainsurgencia avanzada, destinada a separar a la insurgencia afgana de la población civil, por lo que está pasó a ser el centro del enfrentamiento en lugar de la lucha contra los terroristas. El general McChrystal llegó con un equipo nuevo para aplicar la estrategia y comenzó a evaluar la situación y los recursos necesarios para aplicarla, aprovechando el despliegue de los 21.000 soldados recién enviados (4.000 de ellos para entrenar a las tropas afganas).
A partir de 2009, ISAF cambió de comandante y el general Stanley McChrystal se aplicó para llevar a cabo los programas de transformación y comenzó a tomar medidas desde el NTM-A para superar las bajas valoraciones de lo conseguido hasta entonces. En junio de 2009, el general McChrystal, jefe de las fuerzas estadounidenses, asumió el mando de ISAF y de la Operación Libertad Duradera. Enseguida comenzó a evaluar un plan para potenciar y acelerar las FSA. en el que participaron todas las instituciones implicadas y que se envió para su revisión en agosto de 2009 al Consejo Atlántico y a la Secretaría de Defensa.
En la reunión de ministros de Defensa de la OTAN en Bratislava, el 23 de octubre de 2009, el general McChrystal esbozó la estrategia a seguir y se aprobó el concepto de un plan de transición (ISAF Phase 4) destinado a traspasar las operaciones a manos afganas, quedando ISAF a un papel de apoyo. La cuarta fase debería haber venido tras concluirse la tercera de estabilización, pero se forzó el traspaso de liderazgo para permitirlo en aquellas zonas estabilizadas sin esperar a la estabilización total. Un mes después, y en su discurso de West Point, el presidente Obama confirmó el inicio de la transición para la que sería necesario un esfuerzo adicional militar, civil, así como el apoyo de Pakistán, para reforzar al gobierno afgano y que este pudiera ofrecer por sí mismo a sus ciudadanos cuanto antes los servicios que legitimaran y consolidaran su autoridad. La Administración Obama se movilizó para pedir al Congreso que aprobara 6,6 billones de dólares y presionó a sus aliados y a sus servicios para aportar más instructores. A partir de entonces, la disponibilidad de unas FSA capaces de asumir el relevo de las fuerzas internacionales se convirtió en el centro de gravedad para conseguir que julio de 2011 marcara el principio de una estrategia controlada de transición y no de una estrategia incontrolada de salida.[46]
En enero de 2010, la JCMB aprobó los nuevos objetivos de fuerza para el ENA y la PNA, 134.00 y 109.000 respectivamente para octubre de 2010 y de 171.600 y 134.000 para octubre de 2011. En la Conferencia de Londres de enero de 2010 se ratificaron esos objetivos, pero no se tomó en consideración la recomendación del general McChrystal para elevar hasta 400.000 miembros (240.000 ENA y 160.000 PNA) las FSA debido al escepticismo sobre la posibilidad de reclutar y sostener esa cantidad de fuerzas. En Londres también se acordó desarrollar un plan por fases, una transición provincia por provincia del control de las fuerzas de la coalición a las fuerzas de seguridad afganas empezando a finales de 2010 o principios de 2011.
La apuesta por las milicias
Una opción complementaria a las FSA sería el recurso a milicias locales. Estas, de un modo u otro, no han dejado de existir desde el principio bajo el control de señores de la guerra con la permisividad del gobierno afgano y financiada por EEUU como contrapartida a sus servicios de protección.[48] En Afganistán fracasó el intento de crear una fuerza auxiliar de policía en 2006 donde unos 11.000 jóvenes armados con instrucción ligera se hicieran cargo de la defensa de sus localidades.[49] Se disolvieron en 2008 tras la deserción con armas e instrucción de la tercera parte de esas fuerzas (ICG, 2008, p. 4), pero EEUU siguió sopesando su potencial a medida que progresaba la insurgencia. A finales de 2009, y en colaboración con el Ministerio del Interior, pusieron en marcha un programa piloto para crear una fuerza de protección (Afghan Public Protection Force, AP3) en la provincia de Wardak para formar milicias con asistencia del ENA y recibiendo fondos (200 dólares mensuales) y armas del Ministerio del Interior para que colaboren en tareas contrainsurgentes con las FSA (fase hold), protejan infraestructuras críticas y la ejecución de programas de reconstrucción y desarrollo o eliminen trampas explosivas en beneficio de sus comunidades o de las circundantes.[50] A principios de 2010, y tras el relevo de McChrystal por Petraeus, se relanzaron algunas iniciativas para generar capacidades locales de autoprotección (Local Defence Initiative, LDI) que complementaran las del AP3 para suplir la falta de presencia militar o policial en zonas afganas puntuales.
Las Fuerzas de Seguridad Afganas: descripción y valoración de cara al relevo
La valoración oficial de los progresos en las FSA ha seguido los criterios establecidos en 2005 por el sistema de indexación basado en las capacidades alcanzadas (capability Milestone, CM). Pero una unidad calificada como CM1 siempre tendrá más capacidad que una CM2 pero no revela si puede llevar a cabo operaciones independientes ni cuánto tiempo podrá mantener esa calificación. Este sistema ha recibido críticas externas porque frente a los indicadores cuantitativos: reclutamiento, abandono, equipamiento, operatividad y otros tangibles se han postergado los intangibles como la competencia, corrupción, liderazgo, la falta de oficiales y suboficiales, las altas tasas de abandono, bajas y cambios de destino, la baja calidad de las instalaciones o la corrupción y el consumo de drogas.
Las fuerzas de seguridad afganas en sus números
El reclutamiento para el Ejército afgano ha superado los objetivos marcados entre octubre de 2009 y marzo de 2010 y a lo largo de mucho meses ha reclutado a más gente de la que podía formar. Según datos de ISAF, a junio de 2010, el Ejército afgano dispone de unos 120.000 soldados, en cinco cuerpos de Ejército y una División en la capital, Kabul. Cada Cuerpo tiene entre dos y cuatro Brigadas y estas, a su vez, disponen de cuatro o cinco batallones (kandaks) de los que hay alrededor de 109. Los kandaks consisten en tres o cuatro compañías de hasta 658 soldados y cada mando Regional de ISAF alberga al menos un command kandak (actualmente están desplegados siete de los nueve posibles). Menos conocida, la Fuerza Aérea Afgana cuenta a junio de 2010 con 2.876 miembros (de los cuales unos 400 son pilotos), 34 helicópteros y 12 aviones.
La escasez de equipos es uno de los principales problemas del ENA. La falta de garantías en el destino final del equipo y las dificultades para asimilar su mantenimiento explican, además del coste, la renuencia de ISAF a dotar de equipo occidental sofisticado a las FSA.
El aumento del salario medio a unos 165 dólares mensuales, pudiendo llegar a 240 en algunos destinos, favorece el reclutamiento militar y la permanencia en el ENA, aunque es una cifra inferior a la que se ofrece en la seguridad privada[57] o en la insurgencia, pero no basta para garantizar la permanencia en la carrera profesional. En 2010 prorrogaron su compromiso el 57% de los oficiales y el 63% de los suboficiales, mientras que la tasa de abandono fue del 9% (CIGI, 2010, p. 5). La formación cualitativa de los soldados es complicada debido a su escaso grado de formación profesional y personal (según Caldwell, sólo el 14% de los reclutas militares saben leer y escribir).
Las fuerzas afganas, cuando han llevado a cabo operaciones con fuerzas internacionales, ha sufrido más bajas que las tropas aliadas. Entre enero de 2007 y octubre de 2008, las fuerzas internacionales sufrieron 464 bajas en acción, mientras que el ENA perdió 505 y la PNA 1.215.
Las fuerzas armadas afganas en su percepción social.
A la mejora de la percepción ha contribuido la redistribución étnica y aunque no se ha logrado el equilibrio ideal, la composición étnica del ENA es prácticamente la misma que la de la población afgana,[60] con lo que no se justifican las críticas pastunes a la supremacía tayiko aunque los tayikos están representados entre los mandos por encima de su peso demográfico y hazaras y uzbecos por debajo.
El fracaso policial frenó el avance del Estado de Derecho aunque a ello contribuyeron los fracasos judicial, penitenciario y legislativo (Wilder, 2007, pp. 49-50; y UNDP, 2007, pp. 8 y 18) y, como resultado, se deterioró la valoración social de la policía, una policía que se consideraba una fuente de inseguridad, corrupción e incompetencia.
Acostumbrados a buscarse la vida a costa de las poblaciones a las que tienen que proteger, el incremento de las pagas y la mejora de los equipos no ha podido mejorar la percepción policial para satisfacción de la propaganda insurgente.
Las fuerzas de seguridad afganas en su valoración operativa
De un total de 35 unidades (21 kandaks, dos cuerpos de ejército, seis cuarteles generales de brigada y seis unidades de apoyo) son capaces de actuar a nivel batallón sin ayuda internacional (CM1), 48 pueden liderar operaciones con apoyo de ISAF (CM2) y 42 pueden participar en operaciones con ISAF (CM3),[62] pero la revisión del sistema de evolución CM por el CUAT pone en cuarentena las valoraciones mencionadas y, en líneas generales, los análisis externos tienden a cuestionar que las FSA estén dispuestas para asumir el proceso de transición a partir de 2011. El ENA carece de multiplicadores críticos como ISR, CAS, logística y competencia ministerial (CRS, 2010, p. 41) para sacar el máximo partido a la instrucción individual de sus infantes, que mejora progresivamente (el 97% de los reclutas ha pasado las calificaciones de tiro en 2010 frente al 35% de media anterior).
Si se van a enfrentar a la insurgencia siguiendo la doctrina del shape, clear, hold y build, parece que las FSA están más capacitadas para las dos últimas funciones que para las primeras, especialmente en zonas donde la insurgencia disponga de fuerte implantación.
La idiosincrasia afgana hace que sus mandos prefieran combatir sólo que junto a otras unidades (partnering) y ya que en el adiestramiento de sus unidades se ha hecho más hincapié en los aspectos de combate durante el adiestramiento que en los aspectos de mando y control, logística o sanidad, entre otros. Como resultado, su natural capacidad para el combate se ve perjudicada por la falta de voluntad y hábito para planear, ejecutar y sostener operaciones complicadas (sobre el planeamiento pesan las sospechas de que se filtren a la insurgencia las acciones previstas). La idiosincrasia afgana también dificulta la disciplina y la rendición de cuentas.
Conclusiones para un relevo.
Cuando a finales de 2009, el presidente Obama fijó la fecha para el inicio de salida en julio de 2011 no se habían cumplido ninguno de los objetivos estratégicos de la intervención internacional en materia de seguridad, gobernanza y desarrollo, ni se habían conseguido los objetivos fijados en la de la estrategia de seguridad aplicada hasta entonces.
Los objetivos de fuerza previstos para las FSA no son sostenibles por razones fiscales y (pasar de 170.000 a 240.000 soldados costaría 3,5 billones anuales a los que habría que unir 2,2 de mantenimiento) el comienzo de la retirada puede aumentar el incumplimiento actual de desembolsos previstos. No hay garantías de que las FSA controlen los inventarios del material que reciben y su destino último. Tampoco está garantizada la sostenibilidad de los niveles de fuerzas alcanzados porque el reclutamiento empieza a encontrar menos voluntarios y de peor calidad y los abandonos por distintas razones siguen en tasas demasiado altas (del 25% para el ENA y del 17% para la PNA, mostrando que para mantener los objetivos de fuerza previstos se tendrían que reclutar unos 100.000 reclutas anuales según Cordesman –2010, p. 13–), lo que afecta a la operatividad y a la moral de las unidades.
Junto a los criterios tangibles mencionados, existen otros criterios de difícil cuantificación de cara al relevo. Hasta ahora, los indicadores empleados no se han preocupado de evaluar los factores estructurales que inciden en la eficacia de las FSA como la división de la cadena de mando, la falta de disciplina, su afinidad con la insurgencia, la tasas de abandono, su motivación o sus expectativas profesionales. Las FSA no cuentan con suficiente capacidad de mando y control a los niveles superiores, ni con multiplicadores (enablers) que potencien sus capacidades de combate, ni con mecanismos para integrar sus capacidades militares y civiles para desarrollar tareas de contrainsurgencia (shape, clear, hold, build).
El avance de la insurgencia en zonas declaradas seguras, el estancamiento de la contrainsurgencia en zonas inseguras, el desmoronamiento del gobierno de Karzai o su alianza con grupos talibán radicales, la división interna de las FSA, la persistencia de las altas tasas de abandono, el abandono de territorio a manos de la insurgencia para convertirse en santuarios, entre otros “cisnes negros”, podrían aumentar la presión y el desorden en el relevo.
A mediados de 2010, las FSA no están listan para el relevo. De mantenerse el esfuerzo y el ritmo actual, su capacidad para relevar a las tropas internacionales podría madurar en los próximos años de forma progresiva, pero la maduración depende de muchas condiciones que escapan al control militar.
Volver a pelear la última guerra: Afganistán y el patrón de Vietnam.
Como los Jefes del Estado Mayor Conjunto advirtieron al Secretario de Estado John Foster Dulles en 1954, “Se necesitan gobiernos fuertes y estables para poder crear ejércitos fuertes.” Vietnam, al igual que Afganistán, carecía de ambos.
viernes, 15 de octubre de 2010
Nuevo informe pesimista sobre Afganistán. Petraus confirma negociaciones.
En el tercer trimestre de este año, dice el informe, los ataques insurgentes fueron un 59% más numerosos que en el mismo periodo de 2009.
En la evaluación pesimista de la situación de seguridad, se afirma que en algunos distritos del norte del país (como Badghis y Bala Murghab, bajo la responsabilidad española) están en peligro de caer fuera del control gubernamental, y describe los esfuerzos de formar una milicia local que se oponga a los talibanes como "torpe".
El informe dice que los insurgentes administran de forma avanzada en las zonas del sur y este del país. También indica que según sugieren informes de campo, la insurgencia está atrayendo apoyos no pastunes en el norte del país, como son elementos de las comunidades turcomanas, uzbecas y tayikas.
El número de ataques realizados por "grupos armados opositores" este año ha aumentado de manera impresionante. Después de una caída en el número de dichos ataques tras elecciones presidenciales de agosto de 2009, comenzó un incremento desde los 523 de febrero de este año, a la cifra record de 1483 en septiembre.
Mueren 17 militares de la ISAF en tres días.
En sintonía con dicho informe, hoy viernes fueron muertos 3 militares de la ISAF. Se está produciendo un incremento de los ataques contra las fuerza internacionales. Muchas de estas muertes se han debido al empleo de artefactos explosivos improvisados (IED), en un intento de la insurgencia de contrarrestar la intensificación de las operaciones OTAN-Afganistán.
El General Petraus confirma las conversaciones con talibanes.
A pesar de las noticias confusas de los útlimos días a ese respecto, Petraus confirma dichas conversaciones con un número de líderes claves talibanes , y que estos han contactado con las fuerzas internacionales en Afganistán y también con autoridades locales.
No obstante, Petraus también advierte que dichas conversaciones están en sus fases preliminares.
Petraus también confirma que tropas occidentales han facilitado el paso seguro de los líderes talibanes a Kabul, para mantener las conversaciones con el gobierno de Afganistán.
Predators de EE.UU. atacan otra vez Mir Ali. Pakistán quizás ataque Norte de Waziristán.
Se han disparado dos misiles en el pueblo de Machi Khel en la zona de Mir Ali, en el Norte de Waziristán. La inteligencia pakistaní no se ponían de acuerdo sobre el objetivo exacto del ataque. De acuerdo con el diario Dawn, los Predators atacaron vehículos en el pueblo, matando a cuatro personas, pero otros dicen que lo que fue atacado fue un recinto, en el que murieron cinco personas. Ningún alto cargo talibán ha sido informado como muerto en este ataque.
Estados Unidos ha machacado el área de Mir Ali este mes. De los 11 ataques en el Norte de Waziristán de octubre, cinco fueron en Mir Ali.
El área de Mir Ali está considerada como una esfera de influencia de Abu Kasha al Iraqui, un líder de Al Qaeda que sirve como enlace clave del talibán y en los apoyos a las actividades externas de Al Qaeda. Mir Ali es un conocido centro para las operaciones militares de Al Qaeda.
El líder talibán Hafiz Gul Bahadar, y la Red Haqqani, opoyan a Al Qaeda y a otros grupos terroristas del Sur y Centro de Asia. Pero el gobierno pakistaní y sus militares rechazan tomar medidas en el Norte de Waziristán (agencia dentro del FATA, Areas Tribales Administradas Federalmente). Bahadar y la Red Haqqani son vistos como "talibanes buenos" debido a que ellos no atacan al Estado pakistaní.
Como indica esta notica del Dawn, "El Primer Ministro pakistaní, Yousuf Raza Gilani, dice que la decisión de atacar el Norte de Waziristán estará basada en necesidades, y no en dictados."
Rechazando la aseveración del Jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el Almirante Mike Mullen, en la que indicaba que el General Ashfaq Parvez Kayani le había asegurado que lanzaría una operación en el Norte de Waziristán, el Primer Ministro dice que tomará la decisión de forma ajena a presiones externas.
"El gobierno está decidido a tomar acciones contra cualquier torrorista, allí donde exista esa amenaza. Pero antes de adoptar ninguna medida se consultará al liderazgo político tal y como se ha hecho antes con las operaciones lanzadas en Swat y el Sur de Waziristán", dijo Gilani.
Respecto a esta diferenciación entre talibanes buenos y malos, recordemos que a finales de Diciembre de 2008 y comienzos de enero de 2009, el Mulá Omar (líder de los talibanes afganos) mandó una delegación, liderada por el antiguo prisionero de Guantánamo Mulá Abdullah Zakir, para que persuadiera a miembros dirigentes del Tehrik-i-Taliban Pakistan (TTP) (talibanes pakistaníes) para que echaran a un lado sus diferencias y ayudaran a los talibanes afganos en su combate contra la presencia americana en Afganistán. Baitullah Mehsud, Hafiz Gul Bahadur, y Maulavi Nazir, acordaron en febrero formar la Shura Ittehadul Mujahideen (SIM), que ha sido traducido como "Consejo de los Mujaidines Unidos". En un comunicado, los tres afirmaron que ellos habían dejado de lado sus diferencia en pos de la lucha contra las fuerzas lideradas por los americanos. El comunicado incluye una declaración de leatad al Mulá Omar y a Osama bin Laden.
También en ese sentido, el 30 de septiembre nos informaba Bill Roggio que, Waliur Rahman Mehsud, delegado de Hakeemullah Meshud (líder de los talibanes pakistaníes), decía "Al Qaeda es una organización global con diferentas ramas por todo el mundo, como son los países árabes, Europa o América.
Muchas organizaciones están adheridas a ellos. Nosotros estamos totalmente con su ideología y con su agenda. Nosotros expandiremos esta guerra durante los próximos 10 años."
También dijo Rehman que "al menos 2500 combatientes están en el Sur de Waziristán tratando de derrotra al Ejército de Pakistán (estos serían los "talibanes malos" para Pakistán, no como los de Waziristán del Norte), y que hay unos 18.000 combatientes del TTP en todo el país.
Estamos seguros, si Dios quiere, que derrotaremos al ejército de Pakistán algún día (...) Ellos han impuesto una guerra americana sobre nosotros. En vez de conquistar Cachemira, intentan conquistarnos a nosotros."
Perder la guerra en Afganistán es permitir que los yihadistas liberen recursos de Pakistán y Afganistán para incrementar sus acciones en otros lugares, darles mucho territorio desde donde entrenar terroristas y guerrilleros, y dejarles crear un nuevo Mito (como diría Georges Sorel) para acrecentar la Yihad Global con la que conformar el nuevo Califato.
miércoles, 13 de octubre de 2010
Al Qaeda en la Península Arábiga anuncia la formación de un ejército de 12.000 efectivos.
"Estamos dando los primeros pasos del Ejército de Adén-Abyan, para defendar a la nación y la religión (...) y para liberarla de los agentes de los cruzados y los apóstatas."
No es la primera vez que se da una noticia como esta. En julio de este año se anunciaba también el ejército de 12.000 combatientes en Yemen.
Este grupo terrorista también presta apoyo a las operaciones de Al Qaeda en Somalia, según dijeron funcionarios de inteligencia a The Long War Journal. Yemen sirve como un centro de mando y control, como centro logístico, como punto de tránsito entre Asia y la Península Arábiga, y además como fuente de armas y municiones para las organizaciones apoyadas por Al Qaeda, Al Shabaab y Hizbul Islam.
Confusión en las noticias de conversaciones entre Karzai y el Talibán.
"El emirato islámico de Afganistán, como en el pasado, niega estas afirmaciones futiles", dijo Mujahid. "Si el enemigo... insiste en seguir con la guerra en el campo de batalla pero por otra parte disemina propaganda y afirmaciones contradictorias sobre conversaciones de alto nivel, sólo contribuirá a la pérdida de credibilidad".
Este lunes, Karzai confirmó en una entrevista que su gobierno ha mantenido "contactos no oficiales" con los talibanes sobre posibles negociaciones, aunque por el momento no había negociaciones directas.
El embajador estadounidense Richard Holbrooke advirtió el lunes que no se enfatizasen los contactos de Karzai, si bien reconoció que se habían mantenido durante algún tiempo.
Pero Mujahid ha dicho que las conversaciones serían una traición a los guerreros del movimiento.
Los insurgentes también han dicho que el papel de antiguos mandos talibanes en un Consejo Superior de la Paz establecido por Karzai no tiene relevancia.
Recordemos que, en un post de hace unos días, titulábamos "Pakistán trata de impedir las negociaciones con Quetta Shura" (Consejo directivo de los Talibanes afgano)
En el nos hacíamos eco de que "a través del blog de Long War Journal, Threat Matrix, leemos la noticia del Wall Street Journal, en la que se afirma que miembros del espionaje pakistaní, presionan a los talibanes para que combatan a los Estados Unidos y sus aliados en Afganistán (y con ello minar los esfuerzos negociadores que se hacen desde los gobiernos afganos y americanos).
Esta es la acusación explosiva más fuerte que han hecho los Estados Unidos contra Pakistán."
El asesino de dos guardias civiles, y alto cargo talibán, muerto en un raid en el noroeste de Afganistán.
El 9 de octubre, un equipo de operaciones especiales conjunta, mató a Mullah Jamaluddin, que ha sido descrito por la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad como "uno de los posibles candidatos para ser el nuevo gobernador en la sombra de Badghis."
Jamaluddin estaba en la carrera para suceder a Mullah Ismail, el gobernador en la sombra de la provincia de Badghis, quien fue asesindado junto a Abdul Hakim, un alto cargo de la comandancia militar, en un raid el 6 de octubre. Jamaluddin "facilitaba artefactos explosivos improvisados y el movimiento de armas a través de la provincia de Badghis," comunicó la ISAF.
La coalición y las fuerzas afganas también tratan de confirmar que otro alto mando en Badghis fue muerto el 12 de octubre durante un raid, donde múltiples armas, incluyendo un cinturón de explosivos, fueron encontrados después de la operación.
El comandante, del que no fue dado el nombre, lideraba a las fuerzas talibanas en los distritos de Qala-i-Naw, Murghab y Muqur, y "es responsable de los ataques contra las fuerzas afganas y de la coalición, además de operaciones de secuestro", comunicó la ISAF. "También planeó y dirigió una reciente emboscada que mató a dos soldados españoles." Refiriéndose a la muerte de dos guardias civiles.
La coalición y las fuerzas Afganas están realizando una escalada en sus operaciones contra los talibanes en las provincias de Badghis y Faryab, una región en la que ha repuntado la actividad talibana en los últimos cinco años. Qari Ziauddin, el gobernador de la provincia de Faryab, también murió en un "ataque de precisión el 5 de octubre.
lunes, 11 de octubre de 2010
La Guerra Híbrida y la USAF tras la Teoría del "Impacto y Pavor".
EN LA DÉCADA de 1980, el teórico militar israelí Martin van Creveld pronosticó que el conflicto militar convencional entre las fuerzas armadas regulares de las naciones-estado declinaría en frecuencia mientras que los conflictos de baja intensidad llevados a cabo por milicias, caudillos, pandillas criminales y fuerzas paramilitares se incrementarían de forma exponencial en el mundo en desarrollo.
La manifestación más reciente de la tesis original de Creveld es la guerra híbrida. ¿Qué es entonces una guerra híbrida? De acuerdo con Frank Hoffman, principal proponente estadounidense de la teoría,
Las amenazas híbridas incorporan una gama completa de modos diferentes de guerra que incluye capacidades convencionales, tácticas y formaciones irregulares, actos terroristas con violencia e intimidación indiscriminada, y desorden criminal. Las guerras híbridas pueden ser llevadas a cabo por los estados y una variedad de actores que no son estado [con o sin auspicio de un estado]. Estas actividades multimodales pueden ser realizadas por unidades separadas, incluso por la misma unidad, pero generalmente son dirigidas y coordinadas de forma operacional y táctica dentro del espacio de batalla principal para lograr efectos sinérgicos en las dimensiones física y sicológica del conflicto
Sin embargo, incluso Hoffman admite que “la guerra híbrida no representa la derrota o el reemplazo de la ‘guerra a la antigua’ o guerra convencional por la nueva. Aunque sí presenta un factor de complicación para el planeamiento de la defensa en el siglo 21”.
Además, la más reciente estrategia marítima nacional estadounidense refleja la visión del futuro expresada por el General James Conway, comandante de la Infantería de Marina; el Almirante Gary Roughead, jefe de operaciones navales; y el Almirante Thad W. Allen, comandante del Servicio de Guardacostas: “Los conflictos se caracterizan cada vez más por una mezcla híbrida de tácticas tradicionales e irregulares, planeamiento y ejecución descentralizados, y actores que no son estado que utilizan tecnologías simples y sofisticadas de formas novedosas”.
La guerra híbrida parece ser una variación moderna de lo que se ha llamado guerra compuesta, que comienza con una fuerza regular que aumenta sus operaciones con capacidades irregulares. En la Guerra de la Península, el Duque de Wellington expulsó a los franceses de España realizando una lucha convencional contra los mariscales de Napoleón mientras que lanzaba las guerrillas españolas en la retaguardia francesa. El Mariscal de Campo Edmund Allenby hizo lo mismo en Palestina contra los turcos, lanzando un asalto de infantería frontal amplio bajo la cubierta de los cañones de la Artillería Real mientras que al mismo tiempo los irregulares beduinos de T. E. Lawrence se filtraban y cortaban las líneas de suministro otomanas. Mao utilizó tácticas similares contra los nacionalistas y Ho Chi Minh contra los franceses y vietnamitas del sur.
John Arquilla, un asesor cercano al Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, comentó en 2007 que las “redes han mostrado incluso una capacidad de librar guerra frente a frente contra naciones-estado—con algún éxito. . . . Por lo tanto, la gama de opciones de que disponen las redes cubre un espectro completo del conflicto, planteando la posibilidad de un desvanecimiento importante de las líneas entre insurgencia, terror y guerra”.
Ron Tira, del Centro Jaffa en Israel observa que los actores híbridos son a menudo inmunes a la aplicación convencional de fuerza que emplean Israel y Estados Unidos: “El intento de aplicar el concepto Shock and Awe (Impacto e Intimidación) y el método de [operaciones basadas en efectos] contra una organización de guerrillas como Hezbolá es . . . similar a tratar de romperle los huesos a una ameba—usando fuerza que es ajena a las circunstancias, los hechos y la naturaleza de la guerra”.
Como su antecedente irregular, la guerra híbrida requiere una visión que aproveche la ventaja técnica de los Estados Unidos. Esto requiere más sensores no tripulados, aviones pequeños, armas de energía dirigida y guerra cibernética. Es esencial utilizar la energía dirigida y el ataque de redes, así como armar un orden electrónico de batalla a la brevedad posible, y la Fuerza Aérea puede tomar la iniciativa. El Teniente General David A. Deptula, sub-jefe de estado mayor de la Fuerza Aérea para ISR, ya está hablando de desarrollar rápidamente “fuegos electrónicos” (interferencia, energía dirigida y ataque de redes) y sacarlos de los anaqueles. Como la naturaleza del campo de batalla electrónico es muy fluida, puede que las jerarquías tradicionales no sean capaces de moverse con la rapidez necesaria para producir efectos en el campo de batalla. Deben aparecer organizaciones nuevas y descentralizadas, que combinen el espacio, ISR y el terreno para producir resultados.
El Futuro no es lo que era antes.
Por el Coronel (USAF- Ret) John D. Jogerst.
Es indiscutible el valor del poderío aéreo en la contrainsurgencia, pero ésta última nunca será una lucha centrada en el aire
El poderío aéreo permite que pequeñas unidades que operan en terreno complejo creen, ocupen y exploten las alturas. La vigilancia de larga duración de áreas amplias y el reconocimiento aéreo inmediato permiten que las fuerzas amigas descubran al enemigo y anticipen sus acciones, reduciendo la capacidad del insurgente de controlar la iniciativa y lograr sorpresa táctica.
La movilidad aérea permite que las fuerzas amigas respondan a, busquen, o interrumpan contacto con los insurgentes, devolviendo la iniciativa táctica a las fuerzas del gobierno. Esto niega a los insurgentes la capacidad de lograr superioridad local mediante la concentración de fuerzas y limita el tiempo que tienen para llevar a cabo una operación. La movilidad aérea convierte efectivamente su táctica de concentrar fuerzas para lograr superioridad local en oportunidades para que las fuerzas del gobierno las identifiquen y destruyan.
El poderío aéreo proporciona a las unidades pequeñas potencia de fuego inmediata, precisa y escalable. El respaldo aéreo inmediato cambia la ecuación táctica de una paridad de potencia de fuego a una abrumadora superioridad de las fuerzas amigas. La precisión de los disparos con visibilidad y las armas con guía de precisión causa menos daño colateral que los camiones cargados de explosivos o los morteros del arsenal de los insurgentes. El poderío aéreo ofrece una gama de efectos desde saturación de área con armas de pequeño calibre (ametralladoras) hasta fuego de artillería (con el howitzer de 150 mm del AC-130) o la destrucción de blancos fortificados (con misiles Hellfire y otras bombas con guía de precisión). La fuerza amiga puede adaptar los efectos y dirigirlos con precisión para destruir insurgentes mientras limita el daño colateral.
La reciente creación de la Fuerza de Tareas Odin del Ejército en Irak refleja su entendimiento del valor del poderío aéreo y su buena disposición para pagar por ello.16 El Ejército creó una fuerza adecuada de aviones C-12, aviones no tripulados Warrior y Shadow, y helicópteros Apache controlados tácticamente por unidades de tierra estadounidense e iraquí para ver, acercarse, y dispararles a los malos elementos. El Ejército desvió recursos escasos para aumentar la capacidad provista por la Fuerza Aérea del teatro.
El poderío aéreo es sumamente importante para COIN. Tácticamente, ofrece a las unidades pequeñas la conciencia de situación, la movilidad y el poder de fuego necesarios para aplastar a los insurgentes y explota la vulnerabilidad de éstos impidiéndoles que concentren fuerzas o retengan posiciones fijas. Sin embargo, debemos tener cuidado de no exagerar el valor del poderío aéreo.
No se derrota una insurgencia matando a los insurgentes—salvo que se esté dispuesto a matar a un segmento completo de la sociedad cuyas quejas dieron lugar a la insurgencia. La estrategia de “control aéreo” de la Real Fuerza Aérea en Irak durante las décadas de 1920 y 1930, a menudo mencionadas como un buen ejemplo de COIN centrada en el aire, utilizó el poderío aéreo británico junto con fuerzas de tierra pequeñas para atacar a rebeldes concentrados y llevar a cabo ataques de represalias contra sus aldeas. Aunque tuvo éxito en coaccionar a las autoridades tribales locales y proteger las fuerzas de tierra, produjo sólo efectos temporales y no hizo nada para crear un gobierno local en la región. Naturalmente, los británicos no tenían intenciones de establecer instituciones locales que compitan con la influencia imperial. El poderío aéreo no puede proporcionar la presencia personal de un “policía en la esquina”, ni provee servicios comunitarios básicos.
Demostramos en Vietnam y Afganistán que las fuerzas militares estadounidenses pueden aniquilar totalmente a los insurgentes que se concentren o reúnan en formaciones militares convencionales. Como aprendimos entonces, y estamos aprendiendo ahora en Irak, es muy difícil para las fuerzas militares convencionales ubicar y tratar con una fuerza insurgente dispersa que se oculta activamente en áreas urbanas y dentro de la población.
Aunque tácticamente expertas, las fuerzas convencionales bien adiestradas son estratégica y operacionalmente ineptas para realizar contrainsurgencia
Un estudio RAND reciente explica este punto de forma clara y sin ambigüedades. Después de investigar brevemente la experiencia estadounidense en guerras menores anteriores a 1960 y de examinar mejor la Guerra de Vietnam y las operaciones actuales en Irak, encontró que las unidades pequeñas y flexibles sin la carga de doctrina y organizaciones convencionales pueden contrarrestar con éxito la actividad insurgente, directamente y trabajando con las fuerzas locales. Las fuerzas convencionales, a pesar de la buena planificación y doctrina COIN, la ejecutan sin éxito, reflejando una perspectiva y cultura organizacional a gusto con la batalla decisiva y la potencia de fuego pero no con las restricciones de las operaciones político-militar de largo plazo con aliados menos que competentes.21
En la “oleada” reciente de fuerzas de combate en Irak, aún vemos el deseo de buscar la batalla decisiva con los insurgentes y maximizar el uso de nuestra ventaja de potencia de fuego, a pesar del énfasis actual en la educación en COIN dentro del Ejército de los Estados Unidos.
La contrainsurgencia requiere fuerzas organizadas, capacitadas y equipadas para la misión
La Fuerza Aérea necesita tomar en serio el asunto de crear y sostener poderío aéreo local para COIN—creando la Fuerza Aérea de 100 alas sugerida por el Secretario de Defensa Robert Gates. En breve, debemos crear y sostener una capacidad de defensa interna extranjera (FID) para la Fuerza Aérea que pueda crear esas 60 alas adicionales no regulares para las naciones socias.
Para crear una capacidad FID institucional para la Fuerza Aérea y un grupo de expertos en COIN para realizar la misión se requiere establecer un ala permanente centrada en esta misión. ¿Por qué un ala? Porque luchamos, nos capacitamos y asignamos recursos de esa manera. La unidad debe consistir de un ala de capacitación técnica y un ala compuesta operacional, en partes iguales, a la medida para IW y COIN. Llamémosla un Ala IW con un Grupo FID como su componente de capacitación y un Grupo COIN como su brazo de operaciones.
El Grupo FID crearía poderío aéreo para la nación anfitriona o llenaría las brechas en su organización. Muchos países que enfrentan insurgencias o que albergan terroristas no tienen poderío aéreo efectivo.
Las fuerzas de guerra o de contrainsurgencia irregulares dedicadas no tienen que ser excesivamente grandes o costosas.
Las operaciones COIN exitosas requieren que la nación socia atacada por la insurgencia tome la iniciativa en las operaciones. Después de todo, la guerra es para determinar quién ejerce el gobierno sobre la población—y ése no es Estados Unidos. Por lo tanto, la nación socia debe proporcionar y pagar por el grueso de las fuerzas, y nosotros debemos limitar los equipos y sistemas a aquellos que ésta pueda pagar, operar y sostener.
La elección de no dotar los recursos a una organización y capacidad de IW/COIN dedicada es una falsa economía. La ausencia de un Ala IW nos obliga a usar medios convencionales para combatir conflictos irregulares. Cada día, el poderío aéreo demuestra que puede llevar a cabo la misión cinética en Irak y Afganistán, pero lo hace a un costo horrendo: 18 mil millones de dólares (8 mil millones en abastecimientos y 10 mil millones en operaciones y mantenimiento) para ejecutar la parte de operaciones de la Fuerza Aérea en Irak y Afganistán durante el año fiscal de 2007.
Gastar mil millones de dólares al año en una fuerza COIN dedicada en lugar de 18 mil millones eliminaría una presión considerable de las cuentas de sostenimiento y recapitalización de la Fuerza Aérea.
Las fuerzas de contrainsurgencia deben satisfacer nuestro criterio de victoria en la guerra irregular: Podemos volver a casa cuando la nación socia pueda hacerse cargo de la lucha.
Una potencia externa no puede “ganar” la guerra; ésta es una lucha por la legitimidad política entre facciones locales.
En las palabras de T. E. Lawrence, “No intente hacer demasiado con sus propias manos. Es preferible que los árabes lo hagan tolerablemente a que usted lo haga perfectamente. Es su guerra, y usted está para ayudarlo, no para ganarla por ellos”.28 Por lo tanto, pensamos sobre la victoria en términos de que la Fuerza Aérea Iraquí vuele Tucanos y Mi-17 en forma adecuada—no que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos vuele impecablemente los F-22 y CV-22.